Si de algo pueden hablar con absoluta propiedad los habitantes de la región del Catatumbo, es de sufrimiento y dolor. Ha sido una parte de Colombia muy devastada y de historia muy cruenta. Su gente ha vivido en carne propia las arremetidas constantes de las trasnacionales explotadoras.
Todo ello con el auspicio y complicidad del estado colombiano. Es que el Catatumbo es una zona de grandes riquezas naturales. Además del petróleo, le hacen muy “provocativa” también su carbón, sus ríos y la muy conocida fertilidad de sus tierras. Riquezas que por supuesto se la han devorado los grandes monopolios, tanto nacionales como extranjeros.
He ahí el meollo de todo el asunto y el centro del conflicto que hoy se está viviendo en dicha región, pues aquel campesinado ha dicho ¡basta! A seguir viviendo en condiciones de absoluta pobreza. Y su respuesta a esa lamentable condición hambreadora que impone la lógica del capital, ha sido la organización, la protesta y la movilización. Los dos meses de protesta se han convertido en el obstáculo más grande que ha enfrentado Juan Manuel Santos en su gestión presidencial, que con las represiones iniciales solo logro avivar aun mas una situación que amenaza con empalmar con otros conflictos que está enfrentando su gobierno en otras regiones del país. Los enfrentamientos y la persistencia de los
campesinos, le están dando un mensaje claro a la oligarquía colombiana y al mundo: los miles de hombres, mujeres, ancianos e incluso niños que encarnan dicha lucha, han perdido el miedo. La exigencia de crear una zona de reserva campesina ha tensionado al gobierno y tiene con carcoma a los latifundistas, ya que precisamente dicha figura de demarcación territorial, es uno de los temas explícitos en las discusiones que se están desarrollando en La Habana entre el gobierno y las FARC.
El levantamiento temporal del cierre de las principales vías por parte de los manifestantes, han dado paso para el inicio de unas mesas de negociaciones en las cuales estarán altos funcionarios del gobierno, incluyendo al vicepresidente Angelino Garzón, quien ha dicho que propondrá hacer foros sobre las zonas de reservas campesinas con
campesinos de todo el país.
Una cosa esta clara. El conflicto del Catatumbo ha podido golpear al gobierno de Santos. Y de esta pelea se desprenden grandes enseñanzas. La organización ha permitido sumar voluntades y esta se ha transformado en formidable capacidad de lucha. Y esa misma disposición es la que deben llevar los voceros que estén en las discusiones. Que permitan consolidar la mayor victoria posible, dejando claro que otro Catatumbo es posible, que otra Colombia es posible.
*Miembro de Marea Socialista