Venezuela se convertirá dentro de quince días en epicentro de la farándula mundial, como en otrora cuando estuvieron Tom Jones, Whitney Houston, Michael Jackson, Madonna, Britney Spears entre otros tantos. En esta ocasión se trata Beyoncé, quien a sus 32 años tiene en su haber 17 Grammy en solitario, 12 MTV Music Awards y un Premio Billboard del Milenio.
Esa gama de premios es su artillería fundamental con la cual la industria de la farándula la reviste, como en su momento a cada uno de los artistas aludidos, para “ocupar” como si fuese intervención militar en Medio Oriente, el sitio o país donde deba presentarse. Ese día, para el que se agotaron los boletos desde comienzos de julio, miles de jóvenes que asistirán al campo de futbol de la Universidad Simón Bolívar tendrán la oportunidad de dejarse enajenar en directo por la “Diva” del pop, sólo separados por las luces led y un entarimado seguramente 3D de última generación.
Como resultado del despliegue de ese tipo de espectáculos de sus artistas dentro y fuera del país, así como de las producciones de videojuegos y cinematográficas, la industria estadounidense del entretenimiento, como finamente se le llama, este año producirá casi un billón de dólares según PricewaterhouseCoopers, con lo cual se constituye en una poderosa fuente de ingresos, junto a otras de carácter abiertamente ilícitas, que ayudará a engrosar el PIB de esa nación. Y cada año será mayor su rentabilidad en la medida que las grandes corporaciones del entretenimiento, maximicen el uso de la tecnología digital para exhibir más eficientemente sus productos, entre ellos los premios que por ejemplo, ostenta Beyoncé, los cuales son sus cartas de presentación y a su vez, símbolos que insinúan logros y prestigios del “sueño americano“, que terminan anclándose en el imaginario de los jóvenes convirtiéndolos en feroces consumidores de esos fetiches gringos.
Por ello, grandes méritos tiene Beyoncé, más que Obama, pues tiene más premios, y por lo dicho se sabe para qué sirven, lo que no pasa con el Premio Nobel de Paz de Obama. No, corrijo, disculpen mi ingenuidad: el Comité del Nobel Noruego dijo que otorgaba el referido premio al presidente estadounidense por sus "…extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la colaboración entre los pueblos” (ver artículo: www.aporrea.org/internacionales/a165548.html). Para tal Comité sirve por cuanto fortalece la diplomacia, perorata y larala… Discursillo que sirvió y está sirviendo como un escudo “moral” para que Estados Unidos acreciente sus políticas intervencionistas donde se le ocurra, inclusive, dándose el tupé de fraguar asaltos unilaterales sin el respaldo de la OTAN, como está sucediendo en este momento con la nación Siria.
Ante esta suerte de infausto símil, finalmente debe apuntarse, que la industria del entretenimiento y la armamentista estadounidense casi se equiparan por su ignominiosa influencia en la deshumanización del mundo de hoy, por ello, tanto los Grammy y sus afines como el Nobel que entrega el desprestigiado Comité de Oslo, SIRVEN A LA HUMANIDAD entre otras tantas cosas indecibles, PARA NADA.