Será afroestadounidense, Premio Nobel y vendrá de pobre… pero es gringo

Apenas era un candidato cuando escribimos, sobre Obama, una nota cuyo
título era el mismo de ésta.

Al revisarla hoy, no pudimos dejar de sentir tristeza por lo acertado que
estuvimos. Nada será diferente y cuidado y no resulta peor, dijimos en
aquel entonces: “El negrito no va a llegar a la Casa Blanca a cambiar algo;
no fue seleccionado para eso, no tiene la libertad para hacerlo y le
costaría la vida si lo intentara”.

Agregamos en aquella nota que “Obama será tan peligroso para el mundo, con
todo y su Premio Nobel de la Paz, como lo fue Bush. Cuidado y no más, pues
se encargará de hacer pedazos la esperanza de millones de negros y latinos
que ingenuamente piensan que un presidente negro podría redimir a quienes
por siempre han sido ciudadanos de segunda en los países capitalistas”

Lamentablemente la historia nos dio la razón. El gringo no sólo ha
profundizado la política guerrerista de Bush, ha sumido en la miseria a
millones de negros y ha perseguido a latinos como delincuentes; sino que ha
mostrado una prepotencia jamás vista. Quienes le precedieron por lo menos
intentaron cuidar las formas, pero éste ni eso.

Lo denuncian, con pruebas, como un espía universal y su respuesta es
declarar delincuente a quien lo denuncia. Lo persigue por todo el mundo y
obliga a los presidentes de otros países a cumplir órdenes como la de
sabotear el vuelo del presidente Evo Morales.

El tipejo desprecia la opinión pública con descaro. Todo el mundo sabe que
creó una realidad ficticia para acabar con un país próspero como Libia y no
sólo lo hizo, sino que se vanagloria de ello ante el universo.

Con él no hay respeto por la confidencialidad en ningún rincón del planeta
y poco le importa que se sepa o que se sientan indignados gobernantes,
empresarios, organizaciones y ciudadanos. El HDP se siente el dueño del
mundo y como tal actúa.

Afortunadamente Rusia y China parecen haber despertado y entendido que
permitirle tanto abuso puede generar una situación que el planeta entero
lamentaría y ya comienzan, aunque tímidamente, a oponerse a sus planes.
Ahora bien, no escribimos esta nota para llover sobre mojado, lo que nos
interesa es hacerles llegar nuestra reflexión sobre el papel que juega en
nuestra patria una derecha que cada vez se muestra más cipaya e
identificada con la posición del negro.

Obama viola los derechos humanos de millones y a los escuálidos les parece
de pinga; acelera la destrucción del planeta con su rechazo al protocolo de
Kioto y esos bichos que tenemos en Venezuela aplauden como focas.
El gringo busca apoderarse del petróleo del mundo aunque tenga que destruir
a sus dueños y ellos no sólo están felices; sino dispuestos a ayudarlo en
lo que a Venezuela se refiere.

Pudiéramos concluir entonces que tal y como dijimos Obama es una mierda,
pero peores que él son los escuálidos venezolanos (¿serán venezolanos de
verdad?) pues por lo menos aquel no intenta someter su país a la voluntad
de nadie.



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Alexis Arellano


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