Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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El “Canadiense Quieto” a diferencia del “Americano Quieto” cuando realiza sus trabajos, rara vez es atrapado con las manos en la masa.
No obstante, el embajador canadiense, Jamal Khokhar, fue llamado a comparecer al l Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. El Ministro de Exteriores, Luiz Alberto Figueiredo, le expresó su protesta contras las actividades de las agencias canadienses de inteligencia en territorio brasileño. Empleando un programa especial denominado Olympia, el Organismo de Seguridad en las Comunicaciones de Canadá, monitoreó el contenido de las llamadas telefónicas y la correspondencia de los funcionarios de los principales ministerios. Según las denuncias aparecidas en la cadena O Globo, espiaron las comunicaciones hasta de la petrolera brasileña Petrobrás.
El escándalo que rodea a agentes canadienses de inteligencia en Brasil, ha demostrado que el Servicio Canadiense de Inteligencia para la Seguridad, CSIS (sigla en inglés) y el Organismo para la Seguridad en las Comunicaciones de Canadá, CSEC (sigla en inglés) son básicamente sucursales de la CIA y de la NSA. Como norma el personal canadiense de las agencias de inteligencia recibe entrenamiento preparatorio y avanzado en importantes instituciones educativas de Estados Unidos. Tanto la dirección como el personal saben que: una carrera exitosa está garantizada si uno trabaja para el Imperio.
Al igual que sus mentores norteamericanos, las agencias de inteligencia canadienses plantean el postulado que el mundo anglo-sajón debe unirse en torno a la victoria sobre el terrorismo internacional como fachada. La inteligencia canadiense colabora de manera extensa con sus colegas de Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelandia. Uno puede darse cuenta del nivel de confianza en Canadá por el hecho que esta fue admitida en el secretísimo sistema “Cinco Ojos” como participante en el tratado para la vigilancia radio-electrónica conjunta.
Los agentes canadienses están muy activos en América Latina “trabajando” a políticos de países tales como Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Un blanco prioritario es Cuba. Las informaciones que consiguen son transferidas a la CIA, la NSA y otras agencias de inteligencia norteamericanas. A los canadienses no les preocupa el hecho que la meta principal de estas operaciones secretas que les asignan sus colegas norteamericanos contra los gobiernos “populistas” de América Latina, apunten hacia el derrocamiento de gobiernos legalmente elegidos.
Del mismo modo, no les preocupa el involucramiento en actividades de la división más agresiva de la NSA, “Operaciones de Acceso Personalizado”, la cual incluye intrusiones y ataques dirigidos, cosa que es castigada con penas de prisión en Estados Unidos, Canadá y otros países occidentales. Los especialistas señalan que los ciberpiratas de las agencias canadienses de inteligencia operan contra rivales potenciales de Estados Unidos y la OTAN sin ninguna restricción legal.
En Brasil, los espías del “país de la hoja de arce” también se dieron a tareas específicas interesados en las empresas mineras, energéticas y otras, como también en el sector bancario y financiero. Todo esto salió a la luz no solo por las revelaciones de Edward Snowden sino también porque la inteligencia brasileña contra chequeó las informaciones de este cuando el rastro aun estaba caliente y descubrió que los anglo-sajones tenían acceso a toda información estratégicamente importante.
Es imposible no darse cuenta que el escándalo en torno al “espionaje electrónico total” contra Brasil no condujo hacia ningún cambio significativo en la intensidad de las operaciones de los norteamericanos y canadienses en el país. Blogueros brasileños señalan indignados que los funcionarios canadienses se comportan como si nada grave haya pasado. No obstante, activas investigaciones se están llevando a cabo en el Ministerio de Minas y Energía de Brasil y en varios otros ministerios con el objeto de determinar el carácter de algunos funcionarios en sus relaciones informales con diplomáticos canadienses y representantes empresariales. Existen indicios que en el futuro cercano habrá anuncios impactantes sobre agentes canadienses que operan en la esfera del espionaje económico e industrial.
El gobierno canadiense, imitando el estilo del gobierno de Obama, no tiene ningún apuro en pedir disculpas a los líderes brasileños. Luego de una pausa, el Primer Ministro de Canadá, Stephen Harper, hizo una declaración con rodeos sobre este delicado asunto. “Estoy muy preocupado por las acusaciones en el sentido que agentes canadienses de inteligencia espían a funcionarios brasileños.” Harper también informó que funcionarios canadienses están tomando medidas para resolver la situación. Declinó elaborar sobre las actividades de la inteligencia canadiense en Brasil. El representante del Departamento de Seguridad de Canadá, asumió una actitud similar. El gobierno canadiense utilizó a Juneau Katsuya, ex alto funcionario de inteligencia del Servicio de Inteligencia de Seguridad de Canadá para hacer contra acusaciones. Recordó que hace algunos años, los brasileños fueron sorprendidos realizando espionaje comercial, intentando conseguir información sobre los aviones Bombardier y sobre los motores Pratt & Whitney para aviones. Todo esto se estaba haciendo para favorecer a la empresa brasileña Embraer, competidora del Bombardier. “Esto de ningún modo es extraordinario, declaró Juneau-Katsuya.” “Nosotros lo hemos estado haciendo desde hace muy poco tiempo. Ellos (los brasileños) podrán protestar ahora y decir que son la parte ofendida, pero ellos tampoco tienen las manos limpias.”
“Los países que no realizan espionaje industrial están en desventaja. Es parte del juego. En un mundo ideal no deberíamos hacerlo, pero si uno no lo hace se quedaría atrás.”
Los agentes canadienses de inteligencia en Brasil, operan principalmente desde la embajada en la capital o a partir de los consulados en las grandes ciudades tales como Rio de Janeiro, Sao Paulo, Porto Alegre y otras. Sin embargo, varias docenas de agentes se han mezclado en “organizaciones no gubernamentales” con frecuencia en regiones donde recursos estratégicamente importantes se han descubierto o están en explotación. Últimamente representantes empresariales y “turistas” han estado apareciendo cada vez con mayor frecuencia en la Cuenca del Amazonas.
Tomando en cuenta la cautelosa actitud del gobierno brasileño hacia cualquier visitante norteamericano a esa parte del país, es comprensible que hayan hecho ese cambio.
Antes del escándalo con Brasil, el espionaje canadiense en América Latina era considerado de importancia secundaria y poco peligroso. Actualmente, ha quedado en claro que Canadá está actuando como aliado estratégico de Estados Unidos. El Primer Ministro Harper, comparte las posiciones de Obama en muchos asuntos de política exterior. La arrogancia imperial del presidente de Estados Unidos hasta cierto punto se le ha pegado a Harper. Brasil ha perdido toda confianza en sus declaraciones. Por tal motivo, el tácito monitoreo de las actividades de los agentes canadienses será intensificado y la contrainteligencia brasileña prestará más atención a la identificación de sus contactos con círculos de oposición, especialmente los radicalizados. Existen razones para esto. En Venezuela los fondos para financiar las protestas contra el régimen bolivariano fueron transferidos a través de diplomáticos canadienses.
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