Desde su llegado al Papado de la Iglesia Católica, el antiguo arzobispo de Buenos Aires y miembro de la poderosa Compañía de Jesús, Jorge Mario Bergoglio, ha dado muestra de un original estilo de trabajo y comnunicación con los miembros de su Iglesia, los medios informativos y mandatarios extranjeros, que no dejan dudas acerca de que se mandato al frente de la única Iglesia Universal no será el de simple mayordomo del palacio de Pedro, preservante de los dogmas teológicos y de reforzador de las agotadas estructuras de la Iglesia, los privilegios de la elite religiosa y los vicios de cardenales, obispos y sacerdotes, sino que pretenderá hacer, hasta donde las fuerzas del "status quo" clerical lo permitan, cambios litúrgicos, institucionales, gubernamentales, jurídicos y de actitudes eticas, que supondrán un gran desafío para los más de 700 millones de fieles y los cientos de miles de religiosos, religiosas, laicos y seglares repartidos en todo el planeta.
La elección de quien es conocido como el Papa Francisco fue entendida como la respuesta necesaria de la Curia Romana – el gobierno de la Iglesia -, abrumada por los múltiples problemas éticos y judiciales relacionados con la pederastia, la homosexualidad y el lavado de capitales de algunos de sus religiosos, la pérdida acelerada del interés por los votos sacerdotales por parte de sus miembros y la falta de respuesta efectiva a los problemas reales de los sectores más empobrecidos por parte de quienes estan más dedicados al usufructo de los privilegios que al servicio de los que sufren y los desamparados.
No debería haber dudas acerca de que el Papa Francisco tiene claro su Misión como Jefe de la Iglesia Católica y que esta dispuesto a promover los espacios de reflexion y de debate en todos los niveles de su Iglesia; desde la cuestionada elite de la Curia Romana hasta las parroquias eclesiales, incluyendo a los obispos, sacerdotes y religiosas y Congregaciones de la Iglesia, laicos y seglares, con el fin de operar, dentro del consenso divergente propio de la Iglesia Catolica, un cambio importante del gobierno del Estado Vaticano, las normas del vetusto Codigo Canónigo, la actualización doctrinal en material de matrimonio y divorcio, homosexualidad, ecumenismo y el papel de la Iglesia frente a los efectos que la crisis global del Capitalismo tiene sobre el bienestasr y la seguridad de millones de seres humanos y la preservación de la Paz.
Una muestra novedoda de su estilo particular de participación lo constituye la Encuesta Mundial, con 38 preguntas, enviada por el Vaticano a todos las estructuras regulares y congregacionales de la Iglesia, con el fin de recolectar la opinion de los católicos y las católicas sobre temas controversiales como la admision del sacramento a los divorciados, nulidad de matrimonio, el tratamiento a las parejas del mismo sexo y sus hijos, la homosexialidad, el papel de la mujeres en la Iglesia, los sacramentos a las parejas no matrimoniales y la situación sacramental de sus hijos y otros temas, que abren al interior de la antiquisima Iglesia Católica, a un debate teológico y doctrinal, jurídico y politico, que deberá sacudir una institución que en el corto paspado de Benedicto XVI, concentró el esfuerzo en el reforzamiento de los dogmas y doctrinas de la Iglesia, poniendose de espaldas a los importantes cambios que se estaban produciendo dentro de la Iglesia y en el planeta Tierra y que afecta al mundo católico al igual que al resto de la Humanidad.
Pero más allá de las pretensions del Papa Francisco y del equipo curial que ha venido construyendo a su alrededor en el Vaticano, en desplazamiento del viejo aparato dejado por el renunciante Papa Benedicto XVI, los hechos han venido demostrando que, aún cuando el viaje a Brasil para la Reunión Mudial de la Juventud se dió un “baño de multitudes” y fueron acogidas positivamente sus controversiales pronunciamientos sobre temas tabues de la Iglesia, lo cierto es que Curia Romana, las Conferencias Episcopales y muchas de las Congregaciones religiosas – incluso su Compañía de Jesús – integran un Poder temporal de la Iglesia que no se doblegará facilmente ante los dictados reformistas del Sumo Pontífice Catolico y Jefe del Estado Vaticano; lo que hace previsilble una dura y larga batalla que puede conducir a la convocatoria, del Concilio Vaticano III, que permita supercar las profundas diferencias, construyendo un consenso que guía a los Católicos y las católicos por Buena parte de éste siglo XXI.
No existen razones para suponer la posibilidad de un cisma en el seno de la Iglesia Católica, ni siquiera de deserciones importantes en su seno pero, existen suficientes evidencias que hacen pensar que la profundidad de la crisis de la Iglesia y la pluralidad de corrientes y tendencias que convicen en su seno, no hara posible que la Encuesta Mundial del Papa Francisco, distribuida al mundo católico por el Cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario del Colegio Cardenalicio, pueda ser agotada en el Sínodo (extraordinario) sobre la Familia convocado para el proximo año 2014 ni tampoco en el Sٌínodo ordinario previsto de realizarse en 2015; por lo que no es desestimable que, antes de que termine el Papado del Obispo bonaerense Jorge Mario Bergolio, conocido hoy como el Papa Francisco, éste tenga que convocar al Concilio Vaticano Tercero, el cual tundra la autoridad para definer el nuevo rumbo de la Iglesia Católica Romana en este dificil siglo XXI, en medio de la crisis del sistema Capitalista y la transición civilizatoria de la Humanidad.