Cuando se analizan las diversas informaciones y los recientes sucesos sobre las vertientes financieras en el ámbito mundial, se llega a otear en el horizonte que el dólar estadounidense pasa por un período de transición que lo esta llevando a perder la hegemonía mantenida durante décadas en el mercado monetario.
Mientras Estados Unidos y Occidente aceleran los escenarios de guerra fría y hasta caliente en varias partes del orbe como Siria, Venezuela, Rusia, Ucrania, dos importantes sucesos financieros han tenido lugar en abril: el primero fue que China y Rusia firmaron un acuerdo mediante el cual los suministros energéticos de Moscú a Beijing serán cancelados en yuanes.
Esto ha sido consecuencia directa de las sanciones económicas que Washington y Bruselas han tomado contra Moscú porque este último no se doblegó a las intenciones estadounidense de adueñarse de la estratégica península de Crimea, lo cual pondría en peligro la seguridad del gigante europeo.
El segundo hecho resultó cuando Brasil y China, decidieron deshacerse del dólar estadounidense y comercializar con otra divisa a fin de asegurar sus intercambios alejados de las fluctuaciones de la moneda estadounidense. La cifra alcanza los 30 000 millones de dólares anuales por un período de tres años y casi todos los integrantes del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se han ido distanciando poco a poco de las ataduras del dólar debido a sus vacilaciones actuales. El ministro brasileño de Finanzas, Guido Mantega, anunció que ofrecerá un acuerdo similar a los otros Estados miembros del organismo. El diario South China Morning Post, informó hace pocos días que más de 40 bancos centrales del orbe han invertido en yuan (o renminbi) y otros manifiestan la intención de continuar esa tendencia lo cual ayuda a transformar a la moneda china en un activo de reserva.
Ya suman más de una veintena de naciones de diferentes regiones las que han suscrito acuerdos de intercambio valorados en cerca de 2,5 billones de yuanes.
Beijing ha firmado convenios de canjes comerciales sin utilizar el dólar con Japón, India, Rusia, Brasil, Corea del Sur, irán y Australia, siete de las economías con mayor Producto Interno Bruto del orbe.
Se suman además, Argentina, Venezuela, Belarus, Pakistán, Tailandia, Albania, entre otras.
A partir de 2011, Japón se convirtió en el tercer socio comercial, la mayor fuente de importaciones y el quinto destino de las exportaciones de China, con un volumen de intercambio 400 000 millones de dólares, cifra que representa el 13 % del comercio exterior de Beijing.
Aunque de todas formas el dólar continúa como la principal moneda del orbe, lo cierto es que su poder ha ido decayendo con bastante rapidez en los últimos años, al punto que si en el 2000 representaba el 60 % de las reservas mundiales de divisas, ya en 2013 era de solo el 33 %.
Los bancos centrales estan en busca de la moneda china por la enorme cantidad de lazos comerciales que tiene esa nación con casi toda Asia, Europa, América Latina y Oceanía.
Para Peter Schiff, director ejecutivo de la consultora Euro Pacific Capital, Estados Unidos tiene recursos para incrementar sus reservas, pero el dólar va a colapsar muy pronto. En un sector del mercado lo podría reemplazar el yuan, que de este modo se convertiría en la tercera divisa de reserva en el ámbito mundial.
En opinión de Schiff, la divisa estadounidense ha llegado hasta un punto, (con la constante impresión de dinero por la Reserva Federal) en el que solo es recomendable el oro y otras materias primas como cobertura contra la inflación.
Recordemos que desde los acuerdos de Bretton Wood, en 1944, Estados Unidos logró que el dólar se estableciera como moneda de reserva en el orbe y su valor lo garantizaban sus grandes acumulaciones de oro.
En la década de 1970, Washington alcanzó un acuerdo con la Organización de Países Petroleros (OPEP) por medio del cual todas sus actividades comerciales petrolíferas se efectuarían solo con el billete verde, mientras a la par le garantizaría un rearme militar a Arabia Saudita y protegería a las monarquías del Golfo de posibles invasiones o amenazas internas.
El convenio motivo una demanda artificial de dólares pues si algún país quiere adquirir petróleo a Kuwait o Arabia Saudita, por ejemplo, antes debe comprar dólares estadounidenses en el mercado de cambios para pagar por el suministro. Como el crudo se convirtió en la mercancías más comercializadas del mundo, gran cantidad de naciones optó por el dólar como moneda de reserva. Desde entonces, Washington también separó el dólar de sus reservas de oro y comenzó a imprimir a diestra y sinistra su moneda con lo cual inundó el orbe con esos papeles sin que estos tengan un valor real con las riquezas del país emisor.
China actualmente es el mayor productor de oro del mundo y también ha incrementado la compra del rico mineral en otras naciones. Varios especialistas aseguran que el gigante asiático planea eventualmente respaldar el yuan con oro y tratar de crear una fuerte alternativa al dólar. Podríamos entonces preguntarnos: ¿qué pasaría si Beijing anuncia en un futuro próximo que respaldará el renmimbi con el oro y dejará de usar el dólar en el comercio internacional? La sola mención hace temblar hasta los cimientos en Washington.
Por otra parte, la monopolista compañía de servicios bancarios y financieros, HSBC, estima que la nación asiática tiene tres elementos fundamentales para poder liberar su divisa en el mercado internacional: una cuenta corriente equilibrada, una tasa de cambio más flexible y la rápida expansión del yuan fuera de sus fronteras.
Como los datos indican, en menos de un lustro, el dólar tendrá que compartir el trono y ya no será la principal moneda de reserva internacional.