Capitales distraídos: revoluciones de colores

En un reciente “estudio” realizado por el siempre anónimo pero agresivo conglomerado de empresas de ingeniería financiera (nada o poco se sabe de ellas), componente del área de seguridad (asociado a comunidades de inteligencia), de las más prestigiosas firmas calificadoras de riesgos y reaseguradoras, aparece lo que en su argot, han denominado "nichos monetarios". Son localidades altamente comerciales, distritos financieros o paraísos fiscales, en los cuales aparecen, por razones nada claras hasta ahora, espacios ambiguos ("huecos financieros") donde deambulan, en infinitos laberintos, descomunales masas monetarias sin dueño alguno, o los mejor conocidos como "capitales distraídos". Estos pudiesen definirse, dado el alto grado especulativo del tema (supóngase usted por qué) como "fondos perdidos", sustraídos del torrente económico mundial, por múltiples razones, algunas legales, pero en su gran mayoría ilegales. Se mantienen en calidad de “productos flotantes", sin ningún registro o codificación bancaria, fuera del sistema, en donde nadie tiene su control hasta tanto aparecen por arte de magia, cuando algún "buceador" (por lo general hackers), se los topa. El más célebre de estos nichos monetarios, el que pareciera ser el secreto más difundido de la actualidad, está localizado en la populosa ciudad de Miami (Edo. Florida, EEUU), específicamente en su exclusivo foco inversionista: Brickell. Pero más que la suspicacia, la sensatez, dice que hay muchos, a los cuales se les ha arrojado convenientemente un oscuro manto de misterio.

Algunos grupos académicos de vanguardia con especificidad económica, asentados en el viejo continente, los más cercanos a la Comunidad Europea, manejan con mucho recelo este secreto a voces. Sostienen que muchos de estos nichos y huecos financieros, surgieron de la dinámica misma del sistema, de su fundamento acumulativo insustentable, y parecieran obedecer a zonas marginales de depósitos de excedentes inmanejables, de allí la denominación de “distraídos” o más bien “malversados”, pero algunos de ellos son simplemente el resultado de actos de piratería y pillaje por medio de los cuales, se amparan, con el consentimiento de grandes poderes económicos mundiales, la realización de operaciones al margen de la ley.

El tema de los capitales distraídos es altamente peligroso por su naturaleza. En él solo se interesan factores económicos de poder, cuya seguridad no solo está garantizada por el manejo de alta tecnología armamentista, sino por la influencia que se tenga sobre el complejo militar industrial imperial. Esto no le merma los ímpetus a aventureros de toda ralea: buscadores de tesoros perdidos, caza fortunas, investigadores financieros, contratistas, los imprescindibles piratas cibernéticos y hasta narcotraficantes, etc. No se tiene noticias aun, de éxito alguno en estas empresas independientes, pero estamos seguros que si los hubiere, como es de suponerse, jamás lo sabríamos, no existiría la fuente viva, capaz de proporcionar la información.

Nuestro interés en este asunto se limita a seguirle la pista cuando estos (los capitales distraídos) aparecen asociados al financiamiento de las muy de moda revoluciones de colores. Nos toca de cerca porque dos de los episodios, aparentemente desconectados, que se desarrollaron simultáneamente en los últimos meses, fueron financiados con estos fondos. El ucraniano en el que supuestamente tuvieron éxito por ahora, buena parte de la macolla, que la hay en abundancia entre el medio oriente y las fronteras rusas, fue desviada a otros destinos, de allí la aun no subsanada diferencia, entre los grupos de choque mercenarios, que incendiaron Kiev, y los intermediarios, que como siempre, se quedan con la mayor parte. Y el más escandaloso aun, el caso venezolano, donde ciertamente fue literalmente distraída, una pelota de dinero, entre los testaferros radicados en Miami y los operadores políticos activados en Caracas. Pero es que el prontuario de la derecha venezolana es de agarrar palco. Si en Ucrania hubo desacuerdo entre delincuentes, a la hora de los pagos, en Venezuela fue un “quieto” a todo el mundo. Dícese que de la multimillonaria cantidad exonerada desde el norte, solo la décima parte llegó a los operadores en Venezuela, y de esta, un repele fue lo que se invirtió en la arremetida fascista de los tres últimos meses, de allí su escuálida actuación con relación a su par europea. Como diría J.J. Rendón: “Lo demás se quedó en el camino”. La diferencia estriba en que mientras los neonazis que incendiaron La Plaza de La Independencia de Kiev (creando un espejo para las acciones venezolanas), están claros en que los timaron y por lo cual están dispuestos a seguir matando, pero ahora a quien se les atraviese en el camino, los fascistas venezolanos están mareados, no tienen ni idea de cuánto hubo pa’ eso, ni quién se lo quedó.



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Milton Gómez Burgos

Artista Plástico, Promotor Cultural.

 miltongomezburgos@yahoo.es      @MiltonGomezB

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