Durante los días del mes de mayo de 2014 los habitantes del Estado de Palestina han recibido buenas noticias. La última de ellas ha sido la visita del Papa Francisco, como parte de su viaje a Tierra Santa, a los territorios palestinos de Cisjordania, donde se reunió con el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, visitó a familias y refugiados palestinos, ofició una misa en la Plaza del Pesebre de Belén y oró ante el muro de separación erigido por Israel en la ciudad de Belén.
Este acontecimiento sin duda que significa un respaldo diplomático a la causa palestina y una apuesta por la concreción de una paz duradera entre el Estado de Israel y el Estado de Palestina.
También los palestinos habían recibido la buena noticia que emanó de la visita que recientemente dispensara Mahmoud Abbas a la República Bolivariana de Venezuela, durante la cual se firmaron varios acuerdos entre ambos gobiernos.
Uno de ellos, quizás el de mayor significado geopolítico, es el que tiene que ver con el futuro y progresivo envío de combustible diesel y petróleo que el gobierno venezolano hará a territorios palestinos, con lo cual la economía palestina y la vida de los palestinos en general recibirán un significativo apoyo y aliento.
Por ello, en estos momentos, seguramente que en los territorios del fragmentado Estado de Palestina, en Gaza y en Cisjordania, la espiritualidad y la terrenalidad se deben estar asumiendo con mayor optimismo.