La FIFA, el organismo que rige el deporte del fútbol a escala mundial, ha
tomado la decisión de penalizar al jugador uruguayo Luis Suárez, por haber
mordido en el hombro izquierdo al jugador italiano Massimo Chiellini,
durante el partido de la primera ronda entre la oncena uruguaya y la
oncena italiana, en el marco del Campeonato Mundial de Fútbol que se
realiza en Brasil. La severa sanción impuesta a Suárez implica su
suspensión por nueve partidos oficiales con la selección uruguaya y su
impedimento de realizar, durante cuatro meses, cualquier actividad
relacionada con el deporte rey.
La verdad es que la FIFA, con esta decisión, lo que ha hecho es
simplemente leerle la cartilla de su código de ética a Suárez y
recordársela a cualquier otro jugador de fútbol, para que no se violen
las normas establecidas. Es decir, la FIFA está recordando que durante el
desarrollo de un partido de fútbol, los jugadores no pueden usar recursos
como el morder a otros jugadores, ni nada que se salga de las prácticas
normales. La FIFA está recordando que los jugadores de fútbol sí pueden,
por ejemplo, golpear con la cabeza a otros jugadores, o golpear
fuertemente con el codo en la cara de otros jugadores, hasta hacerlos
sangrar por los ojos. También, de acuerdo con el código de ética de la
FIFA, los jugadores de fútbol, en medio de la fogosidad del juego, pueden
perfectamente golpear a otros jugadores, lanzándoseles a las piernas para
fracturarles los tobillos, las tibias o las rodillas, ya que, a lo
máximo, sólo serán expulsados del partido en curso. Además, la FIFA no ve
con malos ojos el que los jugadores de fútbol, como gladiadores modernos,
sean sometidos a exigentes prácticas de entrenamiento, a riesgo de que
caigan fulminados en medio del campo, producto de un infarto o de un paro
respiratorio. ¡Que el juego continúe!