El Medio Oriente, ocupa una posición de gran importancia para el imperialismo y especialmente en lo que se refiere al proyecto hegemónico de Estados Unidos. Esta posición se debe a tres factores: su riqueza petrolera, su posición geográfica en el corazón del viejo mundo y el hecho de que constituye en la actualidad el “vientre” del sistema mundial.
El acceso al petróleo relativamente barato es vital para su economía y el mejor modo de ver este acceso garantizado consiste, en asegurarse el control político de la región.
Pero la región le debe su importancia también a su posición geográfica, a la misma distancia de París, Pekín, Singapur y Johannesburgo. El control de la región permite entonces, efectivamente, la extensión de la doctrina Monroe hacia el viejo mundo, lo cual constituye el objetivo hegemónico norteamericano.
La región constituía y constituye en el mapa geo-militar norteamericano que cubre al planeta entero, una zona considerada como de primera prioridad (al igual que el Caribe); es decir, una zona donde Estados Unidos se ha otorgado el “derecho” de intervenir militarmente.
Estado Unidos opera en el Medio Oriente en estrecha colaboración con sus aliados Turquía e Israel, fieles e incondicionales. Europa se ha mantenido fuera de la región, aceptando que estados Unidos defiende sólo los intereses vitales globales de la tríada (E.E.U.U., Turquía, e Israel), es decir, el abastecimiento petrolero. Por otra parte, el expansionismo colonial de Israel constituye un desafío real. Israel es el único país del mundo, que rechaza reconocer fronteras definitivas (y por ello carece del derecho de ser miembro de las Naciones Unidas). Israel es el único país que declara abiertamente no sentirse implicado en las resoluciones de la ONU. Ha violado más de cinco mil, y no reconoce al Estado Palestino.
Israel, es el país que recibe más ayuda económica y militar de parte de Estados Unidos. El poderoso arsenal bélico, incluyendo armas atómicas y de destrucción masiva fueron suministradas por el Imperialismo Yanqui para someter al mundo árabe.
Sin duda alguna el gobierno de los Estado Unidos fue el culpable de la agresión al Líbano. Primero fue Irak, luego Palestina, el Líbano, Siria, después será Irán y los demás países árabes. Nos hacemos la siguiente pregunta: ¿cuándo le tocará a Venezuela?
Por eso es, que debemos prepararnos para enfrentar al Coloso del Norte. Ya no mediante un enfrentamiento directo, porque seriamos aniquilados en pocos segundos, sino mediante una guerra asimétrica o de cuarta generación, similar a la aplicada en Vietnam e Irak, en donde una fuerza más poderosa es vencida por una fuerza más débil. Es una guerra de desgaste. Es David contra el gigante Goliat.