La humanidad entera abriga esperanzas sobre la posibilidad de establecer un nuevo orden económico en paz y sin posibilidades de conflagración guerrerista derivada de la reacción de los poderes de las grandes multinacionales que dominan a los gobiernos que mantienen y aspiran a continuar haciéndolo, no es una exageración decir que el gobierno de EEUU y la hoy denominada UNIÓN EUROPEA, harán lo posible para mantener la hegemonía sobre la economía mundial.
A partir de 1948, se modificó la norma económica, el surgimiento de EEUU como potencia dominante y la eliminación del acuerdo de Bretton Wood que fijaba el patrón oro como referencia para el intercambio comercial y de negocios, introdujo un cambio radical en la composición de las economías y la forma de relación entre naciones, surge el dólar como moneda preferencial para las transacciones financieras a escala mundial, es decir que el dominio en lo militar como país ganador en la segunda guerra mundial, se convirtió en el dominio económico hasta nuestros días. Indudablemente que esto trajo como consecuencia en lo político la sujeción de gobiernos a los designios del naciente imperio, el derribo de gobiernos que declaraban autonomía e independencia para ejercer la soberanía o el asesinato de presidentes, precedido de invasiones militares en muchos países que así se declaraban y generando hambre y miseria en estos países intervenidos y manejados por lacayos que se beneficiaban de tal insolencia.
La segunda mitad del siglo XX, fue escenario del libre albedrío que el imperio impuso, primero en el campo militar y luego en el terreno financiero, creando organismos especializados en “ayudar” a los países denominados subdesarrollados a partir de compromisos que permitían aplicar políticas en cada uno de estos países. Es de esta manera que surgen organismos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, todo bajo la sombra de la Organización de las Naciones Unidas, manejada por el imperio y en aprovechamiento de la guerra fría con la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), con lo cual se alineaban todos los países que seguían bajo la tutela de los EEUU. Europa se tambaleaba, por las enormes brechas entre los países europeos del Sur con los del Norte, ante tal situación deciden conformar un mercado común y más tarde la llamada Unión Europea, adoptando una moneda única llamada el Euro, con la excepción del Reino Unido que solo se integró pero no adoptó la moneda única.
El mundo surgido de toda esta situación comenzó a sufrir los embates del dominio económico y financiero de las potencias y sumiendo a países en simples espectadores del saqueo a sus riquezas y la creación de enormes volúmenes de pobres y alarmantes niveles de atraso y miseria que hoy día es demostrable por donde se le mire. La unipolaridad mantenía el dominio económico y financiero a sus anchas, mientras que el mundo financiero se convertía en el adalid de la acumulación más ostensible en la historia de la humanidad, corporaciones multinacionales dominaban los mercados imponiendo sus reglas a través de otros organismos creados para subsumir la dominación como la OMC (Organización Mundial del Comercio) que dictaba las pautas del comercio mundial.
Pues bien, llegado el siglo XXI, un país para muchos lejano como China, comenzó silenciosamente a recuperar el aparato económico, convirtiéndose hoy día en el primer exportador y los pronósticos para el año 2016 en la primera potencia económica del mundo; esta circunstancia operó a favor de la conversión de otros grandes países a dar el paso no para competir sino por el contrario producir un nuevo orden económico mundial, es de esta manera que surge el denominado grupo BRICS, conformado por Brasil, China, Rusia, Sudafrica y la India, que juntos conforman un poco mas del 40% de la población mundial y dominan otro tanto el comercio mundial.
Precisamente, acaba de celebrarse en la ciudad brasileña de Fortaleza, la tercera reunión del grupo, tomando decisiones valientes y decididas a favor del establecimiento de nuevos mecanismos de financiamiento y la creación del Banco del Sur y un organismo especial para el establecimiento de un Fondo de Inversión para el desarrollo de otros países cuya asistencia requieran fuera de los organismos internacionales conocidos y sin la intemperancia y exigencias de estos.
Venezuela aplaudió estas iniciativas y se aboca a fortalecer lazos de cooperación y amistad con los países que conforman el Brics, más allá de los convenios bilaterales existentes previamente como el caso de la relación con China y Brasil. Surge entonces una nueva estructura económica-financiera que hará historia y surgirá la creación de un mundo multicéntrico y pluripolar que permitirá que el proceso civilizatorio esté más seguro para las generaciones venideras.