Hoy escuché a Dilma, la brasileña, con asombro doloroso. Hizo mención en la Cumbre de Mercosur al asunto palestino. Condenó las muertes en Gaza, pero, señaló también el derecho de Israel a la defensa. Aunque para ella ambas cosas sean verdades, hace mucho tiempo que el materialismo histórico demostró que, frente a eso, sólo cuentan los hechos. Lo demás son las interpretaciones y embrollos que de ellos hacen los creyentes, y los que no lo somos.
Los necios y los simples, que se mantienen flotando en la superficie, muy rápidamente y sin elementos objetivos, asumen como verdad lo que se dice a su lado, no entienden que la realidad obliga a un razonamiento profundo confrontado con la práctica social. No saben bucear, o no les interesa hacerlo.
Pero frente a la mentira, que no tiene nada que ver con la interpretación ingenua de los hechos, sino con el ocultamiento consciente de ellos, con el engaño fabricado, con la adulteración aviesa de la información; no hay necios que valgan. Esas perversidades son las que andan por ahí diciendo que la fuerza de gravedad no existe, y muchos simples que las oyen saltan al vacío.
A diario vemos tales saltos, pero, vayamos a la supuesta defensa de los israelitas por el ataque palestino. Viendo que el exterminio que están realizando en Gaza quiere ser justificado con ese alegado derecho a la defensa, me acordé de aquella Ley gringa, la “Stand Your Ground” (desarrollada seguramente por el lobby judío), que permite a los ciudadanos defenderse con armas frente a quien haya entrado por la fuerza a su residencia o tratado de removerlos de ella...
Que a Obama, a la canciller europea o al infeliz coreano de la ONU, les parezca bien aplicar la “Stand Your Ground” a los palestinos, es comprensible, están defendiendo la perversidad. Sólo a los necios o simples, donde, por cierto, deben estar la mayoría de los judíos, cabría gritarles: ¡Coño! revisen los mapas de la progresiva ocupación de Palestina por parte del Estado de Israel.
¡Qué cosa con Dilma!