Ha estado muy fluida en los medios internacionales, los avances en el Medio Oriente y las crueldades de los milicianos del Estado Islámico, que curiosamente se han dedicado a colgar en las redes sociales, videos de los presuntos degüellos de prisioneros, actos por cierto muy sospechosos, porque los condenados al borde de ser decapitados pronuncian sus discursos con mucha tranquilidad y hasta parece gustarles el papel desempeñado en cámaras. Estos detalles no han pasado desapercibidos para los analistas, quienes incluso han lanzado la hipótesis de que se trata de actos trucados como parte del teatro montado por Estados Unidos, para invadir Siria y volver por sus fueros en Irak, donde todavía no ha logrado capturar el petroleo que fue el interés supremos que llevó a George W Bush a inventar la mentira más burda y criminal, como la supuesta existencia de armas de destrucción masiva en ese país árabe, que ponía en peligro la seguridad del mundo.
La verdadera arma de destrucción masiva en Irak, era su presidente Saddam Hussein, a quien Bush, a través de sus cipayos envió a la horca, para cobrarle la osadía de haber anunciado la búsqueda de alternativas para las negociaciones de su petroleo fuera de las órbita del dólar y mantener a su pueblo unido, trabajando para mantener el mejor standar de vida de la región.
Lo cierto de los yijadistas islámicos, es que son producto de la ultraderecha norteamericana y del Mossad, como parte del proyecto de dominación global, que tiene el sionismo internacional, que está dispuesto a llevarse a quien le estorbe. En su organización, adiestramiento y financiamiento han jugado duro el Senador de la ultraderecha y la agencia criminal israelí. La siembra de estos terroristas en el Medio Oriente tiene como finalidad fomentar la desestabilización de los gobiernos no alineados con los gobiernos títeres y las monarquías cuyos dignatarios pagan peaje a Estados Unidos y a la Comunidad Económica Europea, para que les preserven sus testas coronadas. El Estado Islámico, al igual que Alqaeda, creado contra el ejercito Rojo en Afganistan, en los tiempos de la guerra fría, es otra joya del imperio, solo que al final se les convierte en pesadilla de comiquita, como la del Coyote con el Corre camino
Aquel viejo soldado vietnamita, que salvó la vida al criminal que bombardeaba a Hanoi y cuyo avión fue alcanzado por un cohete que lo envío directo al lago adyacente a la ciudad capital, jamás imaginó que estaba arrebatando a la justicia popular a uno de los más rabiosos enemigos de la humanidad. Aquel antiguo militar respetuoso de los tratados internacionales, convenció a la poblada que quería cobrarle sus crímenes contra el pueblo vietnamita, allí mismo, que respetaran su vida, porque estaban ante un prisionero de guerra.
Se trataba nada menos que del Capitán John McCanín, hijo del almirante de cuatro estrellas John Sidney Mc Cain de la armada norteamericana, que luego serviría como trofeo en las negociaciones para poner fin a la injusta y genocida guerra que el imperio norteamericano había impuesto a ese pueblo del sudeste asiático.
Pero McCanín, convirtió su fracaso y el milagro que hizo aquel viejo saldado vietnamita, en un arma para sus planes, de convertirse en un sujeto con influencia determinante en la política yanki. Es así como llegó a ser candidato presidencial Republicano en 2008, batalla en la cual resultó derrotado frente a Barack Hussein Obama el candidato del Club Bilderberg, como muro de contención para soportar la presión que venían ejerciendo las llamadas minorías, afro, latina y asiática, a quienes vendieron el candidato Afro-estadounidense como el trampolín del cambio. A la postre ha resultado peor que su contendor, solo que con mayor inteligencia para hacer la guerra contra el mundo sin aparecer de frente, dando la cara, porque para eso manipula a los nacionales de cada país en la mira, para que hagan la guerra por él. Hoy día McCain y sus muchachos son los mejores aliados de la política guerreristas del Premio Nobel de la Paz, que ya está presto a anunciar la agresión a Siria y por carambola a Irán, que seria matar dos pájaros de una pedrada.
El proyecto de dominación global, acariciado por Estados Unidos y la Unión Europea, como su socia carroñera no es nada nuevo. Durante todo el siglo XX, Estados Unidos y sus socios estuvieron montando todo tipo de estrategias para alcanzar su objetivo, solo que como ocurrió a comienzos del siglo XIX, con la rebelión de las colonias Latinoamericanas; la insurgencia a comienzos del siglo XX de dos pueblos desde las catacumbas del feudalismo, para insertarse en la nueva política mundial, con un provecto inspirado en las ideas de Carlos Marx, su plan se vio postergado nuevamente.
El fenómeno de la revolución bolchevique en Rusia, cuando la esperaban en otras latitudes de la Europa occidental industrializada, se convirtió en pesadilla para los planes del imperio. Con la insurgencia de la China Roja, se agravó la situación.
El trabajo orquestado entre El Vaticano, el sindicalismo polaco, los errores de los líderes soviéticos en la conducción del proceso y la traición de Mijail Gorbachov, dieron al traste con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, importante ensayo del siglo XX, com o esperanza para la humanidad.
Pero de las cenizas de la traición de Gorbachov y un alcohólico como Boris Yeltzin, el pueblo ruso y sus aliados una vez más se levantó y se enrumbó hacía una senda diferente, que hoy día la pone nuevamente como muro de contención frente a los planes hegemónicos del sionismo internacional.
Una vez más este pueblo que durante la Segunda Guerra Mundial, ofrendó 26 millones de vidas en defensa de su soberanía, converge con otro no menos sacrificado y decidido a ser libre, como el pueblo chino, cuyas luchas han catapultado a ese país a ser la primera economía del mundo. Juntas China y Rusia, con el Yuan y el Rublo, con un fuerte y sólido respaldo industrial, enterrarán al imperio fraudulento del dolar y eso aterra a Estados Unidos y sus socios europeos.
Por eso sus planes para cerrar el paso a Rusia y a China, incluso a costa de una confrontación, como se está planteando ahora con la provocación montada en Ucrania, por Occidente, que ha obligado a Rusia a reaccionar. En este escenario vemos, como los voceros de la guerra, como el Secretario General de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y el Jefe del Estado Mayor del Ejercito de Estados Unidos, han emitido declaraciones amenazantes contra Rusia, indirectas que también alcanzan a China, aliada de Rusia en estos momentos.
Las sanciones impuestas a Rusia, podrían convertirse en un boomerang contra las potencias que las están aplicando, dado el amplio abanico de opciones comerciales que conjuntamente con China adelanta la sancionada, en Suramérica, el Caribe y Äfrica, donde seguramente no encontrarán muchos aliados Estados Unidos y la Unión Europea.
El plan macabro de Estados Unidos y sus aliados de Europa, persigue de manera desesperada cerrarle el paso a Rusia y a China, en su crecimiento y expansión con alianzas estratégicas en el mundo, que abre sus puertas a la inversión extranjera, como alianza para el avance y desarrollo armónico, pero con absoluto respeto por su soberanía.
Esta realidad ha llevado a las fuerzas imperiales de Occidente a movilizarse y aumentar su potencial bélico en las regiones de la ex URSS, que abrazaron la oferta de la UE y de EE.UU, contra el Oriente, lo cual nos ha colocado en el escenario de la guerra fría. Mientras tanto los hijos de John McCain sirven como trampolín imperial.