La guerra perpetua y sus procesos como geopolítica de la muerte
A continuación enumero algunos aspectos sobre la estrategia de guerra permanente o perpetua, que he venido estudiando en diversos trabajos. Prácticamente todos están publicados en Aporrea.
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“El que no escuche los tambores de guerra es porque está sordo”, afirmación que se le atribuye a Kissinger.
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No hay manera de que se acumule capital financiero sino destruyendo al planeta y a la humanidad. En tiempos del capitalismo recesivo del siglo XXI, la violencia es la relación fundamental que emerge del mercado.
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No hay manera de que el capital financiero continúe su marcha arrolladora sin la guerra, en un campo de batalla complejo, que muchas veces ni siquiera percibimos, el campo de batalla de la guerra permanente, de la guerra perpetua, de la vida cotidiana convertida en una batalla por la sobrevivencia, en una guerra de todos contra todos, gobernada por las leyes de la competencia cuando la sociedad va siendo sustituida por el mercado y la tendencia a la subordinación absoluta de los débiles a los más fuertes brota incesantemente desde el infierno del mercado mundial gobernado por el capital financiero.
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No hay manera de derrotar al capital financiero que no sea cercándolo con la paz creada por miles de miles de millones de personas ocupando pacíficamente las calles, las fábricas, las aulas, los parlamentos, las academias, desenmascarando las maniobras guerreristas del capital, para que sus poderosas armas se conviertan en piezas de museo y se pueda cumplir la sentencia bíblica: destruir las espadas para construir los arados. Es probable que esto requiera varias generaciones: las acciones de los que vienen en camino, de los que están naciendo ahora, de los jóvenes de hoy, los de edad madura y los que nos estamos despidiendo de este mundo físico.
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La acelerada acumulación de capital financiero está generando la más espectacular revolución científico-tecnológica que la humanidad haya conocido.
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Esa revolución o contrarrevolución científico-tecnológica persigue lograr la superioridad científico-tecnológica absoluta y sobre esa base establecer la superioridad militar absoluta y colocarse en condiciones de desatar una guerra nuclear como camino para dirimir los actuales conflictos mundiales.
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Tienen la ilusión de que los ecosistemas y la naturaleza destruidas, pueden ser sustituidas por la ciencia y la tecnología que están creando.
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Incluso, la colonización de Marte y la guerra que se está llevando al espacio exterior forman parte de la estrategia de guerra permanente, de guerra perpetua.
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Armados con un fundamentalismo religioso cristiano, juegan a ser dioses que librarán al mundo de todos los males acumulados por los que “atentamos” contra la cultura occidental: los musulmanes, los negros, los mestizos de todos los mestizajes, los pobres, los desempleados, los enfermos crónicos, los “comunistas”, todos los que no podamos ser definidos como blancos, los gitanos, los indios, los que tenemos otra cultura, los que nos sometemos a la guerra, los que queremos la paz...
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Estamos asistiendo a la mayor limpieza étnica que la humanidad pueda haber conocido.
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Nos han declarado la guerra a todos los pueblos y culturas del Sur y aquellos del Norte que, según ellos, se nos parezcan.
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El nazi-fascismo ha renacido en el mundo y lo recorre guadaña en mano arrasando culturas y ecosistemas. Las copas de los árboles, las flores encendidas de vida, las cabezas de mujeres y hombres van siendo segadas, especialmente las conciencias y los imaginarios, mientras simultáneamente se secan los ríos, los lagos, los océanos se mueren, truenan las erupciones volcánicas, los tsunami azotan las costas y los incendios destruyen los bosques... Esta no es una fantasía pesimista. Esto es lo que cotidianamente está ocurriendo y es lo que cotidianamente debemos derrotar. Esto tiene que ser detenido y puede ser detenido. Los pueblos tienen la palabra.
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Esta es la guerra que no derrotaremos con armas de fuego, sino con la fuerza colectiva que vaya sembrando una nueva civilización rompiendo con los patrones de consumo, de producción y de relacionamiento humano y de los humanos con la naturaleza impuestos por las relaciones de producción propias del capital. Relaciones que expresan violencia y no pueden convivir con la paz.
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Sin embargo, este desastre ambiental no llega hasta las salas de las Naciones Unidas donde se discute sobre el cambio climático, donde no ha sido posible llegar a acuerdos para detener el calentamiento global, la pérdida de diversidad biológica y los procesos de desertificación, que están matando a la naturaleza y a la gente. Por eso el Presidente Chávez lo señaló y el Presidente Maduro lo replanteó, la ONU debe ser refundada. Ya el padre Miguel d’Escoto redactó un propuesta de nueva Carta de las Naciones Unidas. Tenemos que desengavetarla.
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La guerra bacteriológica ocupa un lugar esencial en esta guerra perpetua y el ébola forma parte de dicha guerra uno de los aspectos centrales de la guerra en desarrollo. En esta guerra no declarada, los virus se extienden por el mundo entero dirigidos a regiones estratégicamente muy importantes, como se señala en la siguiente cita: “Si los ataques contra Siria se iniciaron a raíz de que en 2003 investigadores noruegos (de la poco recomendable compañía ANSIS) descubrieran en ese país nuevos yacimientos de petróleo y, sobre todo, grandes reservas de gas, este despliegue del ébola parece guardar relación con el hecho de que en 2012 las compañías African Petroleum y Andarko anunciaron el descubrimiento de importantes yacimientos petrolíferos frente a las costas de Liberia y Sierra Leona. Y hace cinco años confirmaron la existencia en Ghana de uno de los mayores campos petrolíferos de toda África.” http://www.migueljara.com/
2014/09/23/los-humanos- portamos-el-virus-del-ebola- el-miedo-ay7l-mismo-seguro/ http://politica.elpais.com/ politica/2014/10/14/ actualidad/1413315251_540020. html Tomado de Ojos para la Paz, firmado por Purificación González de la Blanca
- Tal como he venido insistiendo, la revolución científico-tecnológica ha transformado el campo de batalla. En primer lugar, es un campo de batalla planetario, que incluye el espacio exterior como diciendo: no hay hacia donde huir; en segundo lugar, en el período en que mayor violencia se desarrolla a nivel planetario y más violaciones a los derechos humanos ocurren, el capital financiero se permite hacer las guerras en nombre de la defensa de la democracia, los derechos humanos y la defensa de la paz. A través de una operación mediática, psicológica, cultural, la destrucción de los medios de cohesión social tradicionales y su sustitución por el miedo y el terror; mediante la imposición de la antipolítica y la parapolítica, la derrota de la política construida fuera de las relaciones de dominación, como actividad noble que puede garantizar la paz y la convivencia entre los seres humanos, y su sustitución por la politiquería, la demagogia y la mentira, ha impuesto un imaginario autoritario, fascista, que es un resultado de la derrota de la democracia, es la expresión del triunfo del capital financiero del golpe de Estado mundial que este ha dado; en tercer lugar, como parte del proceso de destrucción de los Estados soberanos, los ejércitos nacionales están siendo sustituidos por ejércitos transnacionales compuestos por mercenarios a la orden de grandes corporaciones internacionales administradas por los bancos y algunos Estados interpuestos, como es el caso de Arabia; en cuarto lugar, el desarrollo de la revolución científico-tecnológica ha potenciado la guerra cibernética, la robótica, la informática, la asociación entre las computadoras y los satélites, ampliando la guerra hacia las ondas radioeléctricas, las ondas hertzianas, la generación de realidades virtuales como parte de la guerra que apoyándose en la dictadura mediática, terminan dominando la realidad e imponiendo la “verdad” virtual sobre la realidad cotidiana; en quinto lugar, el desarrollo de las neurociencias ha desplazado la guerra hacia el intento de controlar y modelar los más íntimos sentimientos, pensamientos, conductas y las más diversas sensaciones humanas; en sexto lugar, este complejo de procesos que la guerra de hoy implica que ha conformado un campo de batalla en el que los espacios concretos donde la gente lucha y se mata, no siempre son el campo de batalla más importante.
Este es el reino del capital financiero, de las realidades que va generando. Si se imponen como nuestros modos de vida cotidiana, pueden significar el fin de la humanidad. Supongo que por estas razones el premio nobel de economía Joseph Stiglitz afirmó hace algunos años, en plena crisis financiera, que mientras no se llevara los banqueros a la cárcel, la crisis no tendría solución, pues la geopolítica del capital financiero implica prácticas claramente delincuenciales.
Seguramente por eso, el gobierno de Islandia los llevó a la cárcel, no negoció con el FMI, no pagó la deuda, la usó para la inversión productiva y superó la crisis. Claro, el gobierno de Islandia no fue desestabilizado desde el exterior, no fue invadido por narcoparamilitares, no fue sometido a una guerra económica, no fue escarnecido internacionalmente, no tuvo una oposición golpista con respaldo internacional, no fue sometido a una intensa guerra económica, no era productor de petróleo, no tuvo que dar una batalla por el control de la renta petrolera en un mercado internacional controlado por el capital financiero y no se enfrentó a la corrupción y a la ineficiencia en el grado que se ha presentado en Venezuela. El modelo petrolero tiene que ser revolucionado.
El “fracking” (fracturación hidráulica) como parte de la geopolítica de la muerte
La fracturación hidráulica es el proceso de perforar e inyectar fluido (agua y sustancias químicas) en el suelo a una alta presión con el fin de fracturar las rocas para liberar el gas o petróleo que hay en su interior.
Según el cálculo de Ecologistas en Acción, organización española ( ver http://www.
Con razón el Presidente Maduro ha dicho: “EE.UU. produce unos 9,5 millones de barriles diarios (de petróleo) con un "costo impagable" para el planeta por "la desesperación de tener el control energético". Y “Llamó a un debate a que nuestros expertos se pronuncien sobre esto". Creo que ese llamado es absolutamente necesario y no debe quedar en el vacío.
Según un informe del Congreso de EEUU publicado en 2011, unos 750 compuestos químicos se utilizan como aditivos en la fractura hidráulica. Algunos de los constituyentes químicos utilizados en estos aditivos, de acuerdo a un listado recogido en un informe del Departamento de Conservación Ambiental del Estado de Nueva York, son conocidos carcinógenos. Entre los aditivos utilizados en la fractura hidráulica se encuentran en algunos casos el querosen, benceno, tolueno, xileno y otros formaldehídos. Ecologístas en acción incluye los siguientes aditivos: plomo, uranio, mercurio, radio, metanol, acido clorhídrico,
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos elaboró un informe que asocia la fracturación hidráulica con la contaminación de las aguas en el estado de Wyoming.
Un informe emitido en junio de 2011 por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, concluye que con la fracturación hidráulica se produce una «emisión de contaminantes a la atmósfera, contaminación de las aguas subterráneas debido a caudales de fluidos o gases provocados por escapes o vertidos, fugas de líquidos de fracturación y descargas no controladas de aguas residuales, así como la utilización de más de 600 productos químicos para liberar el gas natural».
Estas informaciones fueron tomadas de Wikipedia, donde están debidamente documentadas.
Como se ve la denuncia hecha por el Presidente Maduro es absolutamente pertinente y su llamamiento a considerar esta situación, es absolutamente pertinente.
Es precisamente “la desesperación de tener el control energético” para controlar a todas las naciones e imponer el dominio imperial. Lo que está en juego como dijo el Presidente Chávez, es el bien más preciado, la independencia y como consecuencia, el bienestar de los venezolanos, la mayor suma de felicidad posible.
Complementando sobre el ébola
El activista y periodista Abayomi Azikiwe ha declarado recientemente en Press TV que Washington está usando la epidemia del ébola para desarrollar su agenda imperialista en el África Occidental.
“¿Alguien puede creer que una epidemia como el ébola se combata con el ejército? (aunque ya sabemos que en Liberia hay orden de disparar contra los sospechosos de estar contagiados) Pues Estados Unidos ha realizado un amplio dispositivo enviando aviones militares a los países afectados, con un despliegue de 4.000 marines, a la par que, según la información de los medios, “ha pedido a España el uso de las bases para su operación militar contra el ébola, en la que 3000 marines han combatido en Sierra Leona”. Nos gustaría que nos aclararan contra quien han combatido esos 3000 marines que indican. ¿Contra el virus? Perdonen pero es que somos un poco ignorantes sobre las estratagemas de los Estados Unidos, y nos parece que esta última tiene poca fiabilidad. Y además nos consta que carecen de escrúpulo alguno para provocar la muerte de miles de personas a la hora de proponerse el saqueo de algún país. Por eso creemos que, con el ébola, nos encontramos ante un nuevo 11-S, y con carambola (eliminan población africana, uno de sus objetivos, venden la vacuna o antídoto, e invaden África).”
Este texto es tomado también de la organización Ojos para la Paz.
Algunas consecuencias del protagonismo del Ejército Islámico
No voy a referir a las que ya son evidentes, incluso, algunas que ya he comentado anteriormente. Quiero destacar dos hechos que son resaltados por Thierry Meyssan en su trabajo Geopolítica de la Guerra contra Siria y contra Daesh (Emirato Islámico), publicado por la Red Voltaire.
En relación al mercado petrolero Meyssan afirma lo siguiente que tiene una gran importancia para el mercado petrolero, muy especialmente para Venezuela y las fluctuaciones de los precios del petróleo y de cómo la guerra, en este caso, empuja los precios hacia la baja. Veamos:
“El conjunto de las instalaciones petroleras utilizadas por las compañías chinas simplemente fueron destruidas. De hecho, el petróleo iraquí y el petróleo sirio ya no están ahora al alcance de los compradores chinos… pero volvieron al mercado internacional controlado por Estados Unidos.”
La otra afirmación de Meyssan que deseo resaltar es la siguiente:
“Para terminar, Rusia y China deberían intervenir urgentemente contra Daesh, en Irak, Siria y Líbano, no por compasión hacia las poblaciones locales sino porque Estados Unidos utilizará próximamente contra ellas ese grupo yihadista –también denominado como Emirato Islámico. Aunque está bajo las órdenes del príncipe saudita Abdul Rahman –el hombre que pone el dinero– y del autoproclamado califa Ibrahim, Daesh ya cuenta en este momento con georgianos –todos miembros de los servicios secretos de Georgia– que fungen como sus principales oficiales y con algunos chinos de lengua turca. El ministro georgiano de Defensa incluso reconoció, antes de corregir esas declaraciones, la existencia en Georgia de campos de entrenamiento de yihadistas. Si Moscú y Pekín no se deciden pronto, tendrán que acabar enfrentando a Daesh en el Cáucaso, en el valle de Ferghana y en la región china de Xinjiang.”
Como se observa esta es una guerra que no tiene fronteras y la acumulación de capital financiero suministra la logística capaz de movilizar a los mercenarios hacia cualquier lugar del mundo. Solamente hacia Siria fueron movilizados 250.000 mercenarios bien armados y con un aprovisionamiento completo de todo necesario para resistir durante años.
Ahora Meyssan, que maneja información privilegiada nos dice que si no son derrotados, aplastados en el medio oriente, pronto estarán actuando en Rusia y China.
Con razón el Presidente Maduro ha dicho: “EE.UU. ha pretendido golpear a Rusia, afectar a Irán y darle con el otro codo a Venezuela". Este codazo es prolongado y es posible que todavía no hayamos visto todos sus efectos.
La batalla por Venezuela está en pleno proceso. La destitución del ministro del interior, como resultado de los hechos de “Quinta Crespo”, la movilización popular y el artículo de José Vicente Rangel donde cuestiona firmemente a los cuerpos policiales, debería ser el camino que se tome con respecto a los $ 60 millones que el “cadivismo” asociado a la oligarquía, transfirió hacia cuentas que están en bancos del extranjero y financian la desestabilización del gobierno bolivariano.
El asesinato de Robert Serra y de María Herrera, de muchas maneras, también fue financiado con dinero procedente de la corrupción que transfiere renta petrolera del sector público al capital privado. También vale la pena protestar por esto. Yo tengo la seguridad de que el Presidente Maduro va a seguir adelante y de esa manera, el pueblo chavista se fortalecerá, se sentirá más unido y dispuesto a seguir batallando. El ilegal plebiscito que Capriles convocó en diciembre pasado fue derrotado porque el Presidente Maduro tomó medidas firmes contra la especulación y el acaparamiento. Por eso se garantizó un diciembre en paz. Sin embargo, en febrero comenzó la violencia... Esta no ha concluido. No hay una solución distinta al camino de la paz. En ese camino es posible unir al pueblo chavista y por lo menos a sectores del pueblo no chavista ¡El pueblo unido jamás será vencido!