A propósito de las elecciones legislativas en EEUU, tenemos que reconocer que en EEUU, no hay una verdadera democracia:
Por democracia se entiende: el gobierno en el que el pueblo ejerce la soberanía eligiendo a sus dirigentes, este axioma se ha cumplido cabalmente en Venezuela, donde en los 14 años de Gobierno Bolivariano, el pueblo, ha elegido libre y democráticamente a sus representantes.
De acuerdo con este concepto en los Estados Unidos no existe una verdadera democracia. Desde hace mucho tiempo, la democracia en los Estados Unidos ha sido secuestrada por dos partidos que son las caras de una misma moneda.
La “democracia” estadounidense ha sido siempre la de los ricos. Durante los comicios del 2002, un 95 por ciento de los escaños en la cámara de representantes y un 75 por ciento en los del senado fueron adjudicados a los candidatos que más gastaron en la campaña electoral.
El presidente estadounidense George W. Bush, fue elegido en el año 2000 en elecciones fraudulentas, con la minoría de los votos efectivos y representando apenas una cuarta parte de la ciudadanía electoral del país.
Estados Unidos tiene una de las principales economías a nivel mundial, un poderío militar superior al alcanzado por cualquier otro imperio en la historia de la humanidad. La extrema derecha controla en la actualidad los resortes del poder en Washington. La propuesta que ofrece este sector a la humanidad entera, incluyendo a los propios estadounidenses, es clara: hegemonía absoluta de Estados Unidos y plutocracia (un sistema en el que la riqueza es la base principal del poder, un sistema contrario a la democracia). En otros términos: guerra, violencia, despojo, autoritarismo, alienación, injusticia y miseria. Es un país, que ha irrespetado históricamente el derecho a la autodeterminación de otras naciones y ha ignorado la vigencia de los derechos humanos.
El extremo individualismo, la sacralización del dinero, el mensaje narcotizante de los medios de comunicación masivos al servicio del capital, la constante prédica belicista, el consumismo exagerado y la política “del dominio del más fuerte”, ha impactado en la sociedad norteamericana de tal manera, que la ha convertido en victima también del flagelo imperialista. Es así que el ciudadano medio estadounidense sufre en carne propia las consecuencias de un régimen que cada vez más se asemeja al nazi-fascismo.
Los abusos policiales son un problema grave en los Estados Unidos. Son comunes las denuncias sobre el trato discriminatorio que da la policía a las minorías raciales y étnicas. En varios Estados, todavía existe la pena de muerte y casi siempre los condenados a muerte por algún delito son negros y latinos.
Los negros en Estados Unidos representan un 12,9 por ciento de la población total, pero representan el 48 por ciento de los desamparados, los marginados, sin empleo, sin techo. El 43 por ciento de la población negra en edad laboral está desempleáda.
Después de los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington fue adoptada la Ley Patriótica con 98 votos a favor y uno en contra en el senado y en la cámara de representantes 357 a favor y 66 en contra. Con la Ley patriótica el presidente decretó poderes dictatoriales, al establecer tribunales militares anónimos para juzgar a los inmigrantes que parezcan “sospechosos” y a extranjeros “sospechosos”, quienes pueden ser secuestrados y juzgados en los estados Unidos. El hábeas corpus fue suspendido. Todas las cartas, correos electrónicos y llamadas telefónicas están sujetas a control, sin necesidad de ningún tipo de revisión judicial. Los medios de comunicación están al servicio del gobierno.
El Muro de la Infamia: al asumir Bill Clinton la presidencia y bajo presión de sectores derechistas, californianos, se incrementó la lucha contra la inmigración sureña, dentro de otras medidas se construyó un muro metálico de tres metros de altura y 22,4 kilómetros, desde el Océano Pacífico hasta el puesto de San Isidro. Hechas con láminas de acero, que habían sido utilizadas como pistas de aterrizaje en la guerra del golfo, la barrera no logró detener la inmigración clandestina, sino desplazarla al desértico Estado de Arizona, tierra de rancheros ultranacionalistas y racistas, que iniciaron una cacería de ilegales como si se tratara de conejos.
Durante más de 50 años, desde 1947, Estados Unidos integró la comisión de derechos Humanos de las Naciones Unidas. El 3 de mayo de 2001, 28 países votaron contra la presencia de Washington en esa comisión. La comunidad internacional sancionó, así, a uno de los países que más ha irrespetado los derechos humanos en todo el mundo.
Los Estados Unidos llevan más de 100 años de terror intervencionista en todo el mundo: en América Latina, Asia, África y el Medio Oriente, etc.
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