Robo de gas, desaire en Auschwitz… Rusia tiene todo el derecho de poner fin a los insultos

¿Cuántos insultos espera la Unión Europea que Rusia soporte sin que haya consecuencias?   La expulsión étnica de poblaciones rusas realizadas por el  régimen de Kiev  apoyado por Bruselas, la crisis de los refugiados en las fronteras de Rusia, las sanciones económicas basadas sobre acusaciones sin fundamento que perjudican a la sociedad rusa –y ahora esto—la camarilla neonazi que se alzó con el poder en Ucrania con apoyo de la CIA el año pasado, reiteradamente ha sido encontrada culpable de sustraer gas natural de las exportaciones de Rusia hacia la Unión Europea.

Encima de todo esto viene el insulto de ignorar al Presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin junto a los demás líderes europeos invitados para asistir al 70º aniversario de la liberación del Campo de Concentración de Auschwitz.  Más adelante vuelvo sobre esto.

El primer problema es con la exportación de gas natural.  Finalmente esta semana Rusia respondió al incorregible bandidaje del régimen de Kiev, informándole que suspendería el suministro del gas que transita a través de Ucrania, el cual fluctúa entre 40 y 50 por ciento del suministro de gas a la Unión Europea.  Esto en medio de un invierno con temperaturas en caída, se informa que la medida de la estatal Gazprom  hizo que los funcionarios de Bruselas entraran en pánico.

Sin duda alguna, la comedida prensa corporativa occidental le dará manija al relato sobre “Putin el super malo”.  Familias enteras congelándose por toda Europa por culpa del “genio del mal” del “planificador soviético”.

El Vicepresidente de la Comisión Europea para la Energía, Maros Safconic, dijo que la decisión de Gazprom de suspender el suministro de gas perjudicará la reputación de Rusia como proveedor internacional.  Su reconvención repite llamamientos anteriores del comisionado para la energía de Europa, Gunther Oettinger, quien solicitó a Rusia no “politizar” el comercio energético.

Para Ud. amable lector, será algo humorístico.  Rusia no ha politizado nada.  Es la burocracia de Bruselas junto a su cohorte norteamericana quienes han tratado de politizarlo todo y tratan de no dejarle a Moscú espacio de maniobra.

El gerente general de Gazprom, Alexei Miller, esta semana le recordó a los medios de prensa internacionales que Rusia ha sido un proveedor confiable de gas natural a Europa durante las últimas cuatro décadas –incluso durante la agresiva Guerra Fría de Occidente.

Por otra parte, el propósito del último corte de suministro de Rusia no es poner fin al comercio energético con Europa.  Rusia se encuentra planificando enviar futuros suministros a Europa a través de Turquía.  Como lo señalara Miller, es cuestión de la Unión Europea construir ahora la necesaria infraestructura para llevar el suministro de gas desde la frontera de Turquía a Grecia y más allá.

El propósito de Rusia es sencillamente poner fin al robo sistemático de gas ruso de exportación a Europa por parte del régimen de Kiev.  ¿Habría algo más razonable que esto?

Imaginémonos cómo reaccionaría Gran Bretaña si Escocia decidiera retener el petróleo del Mar del Norte en tránsito a través de su territorio.  O cómo respondería Francia si sus exportaciones de vino fueran desviadas en ruta por un tercer factor.  O Estados Unidos si se descubriera que México subrepticiamente “extrae” de sus exportaciones al resto de América del Sur.

Se trata de una queja absurda la de los funcionarios y de los gobiernos de la Unión Europea que ahora acusan a Rusia de “chantaje energético”.  Después de todo, fue Bruselas quien puso fin al proyecto gasífero ruso South Stream vía Mar Negro el año pasado, de este modo, en efecto, presionar a Rusia para que retroceda a la ruta de tránsito ucraniana.  Como se habrá notado, esa ruta se ha tornado intransitable debido a que el régimen de Kiev de manera constante extrae ilegalmente gas de exportación ruso.

De tal modo, ¿Qué es lo que quiere la Unión Europea que haga Rusia?  ¿Qué continúe regalando gas al régimen mafioso de Kiev  que se niega a pagar su propio consumo de gas, que bombardea y asesina a rusos étnicos en las regiones orientales de Ucrania?

Rusia tiene todo el derecho de tomar medidas para proteger sus vitales intereses económicos.  Un gasoducto alternativo a través de Turquía brindaría un arco en el sur, complementario a la actual ruta de suministro de gas ruso vía Mar Báltico hacia Alemania—el North Stream.  Por lo tanto, resulta ridículo acusar a Rusia de suspender el suministro de gas a la Unión Europea.  Rusia sencillamente está cortando la interferencia ilegal a sus exportaciones por parte de un tercer factor –el Reich de Kiev.

Entendemos que existiría un problema crítico de suministro este invierno para la Unión Europea hasta que la ruta por Turquía sea implementada.  Pero ese no sería un problema de Rusia.  Ese es un problema de Bruselas por haber bloqueado la construcción del proyecto South Stream y por su incesante indulgencia con el régimen de Kiev con toda su criminalidad. 

En todo caso, las admoniciones de la Unión Europea en el sentido que Rusia estaría dañando su reputación como proveedora energética internacional suenan huecas.  Rusia ya ha encontrado en China una mercado alternativo para sus exportaciones de gas, luego que Vladimir Putin y Xi Jinping firmaron un acuerdo record de 400 mil millones de dólares el año pasado.  El mercado asiático para los prodigiosos recursos energéticos de Rusia se proyecta y eclipsa al mercado de la Unión Europea.  Además, la asociación Moscú-Beiyín será financiada con rublos y yenes lo cual libera a Rusia y a China de la artificial dependencia del dólar norteamericano.

Pareciera el colmo de la desfachatez de Europa tratar de sermonear a Rusia en torno a la ética comercial cuando esta última ha impuesto gratuitamente un embargo contra Moscú sobre acusaciones sin fundamentos de interferencia en Ucrania.  Se trata de la oligarquía europea y su aliado de Washington quienes han estado sistemáticamente interfiriendo en Ucrania y provocando una guerra de agresión en las regiones orientales del país –con una cifra de muertos cercana a las cinco mil víctimas el año pasado y un millón de refugiados.  Si se respetara el derecho internacional y la moral, serian Bruselas y Washington los que debieran ser sancionados sino también juzgados por la criminalidad que han desatado personificada por el régimen de Kiev.

La hipocresía y la actitud doble de Europa son puestas en evidencia por la actual derogación unilateral del contrato que Francia tenía con Rusia para el suministro de dos navíos de guerra.  Rusia ya ha pagado más de mil millones de dólares por la entrega de los navíos clase Mistral, sin embargo, París se niega a honrar el contrato.  Una calificación menos cortés pero si muy precisa, sería denominar esta mala conducta francesa como “piratería patrocinada por el estado”

Se dice que Washington le está soplando al oído al gobierno francés para que no ceda en su  vergonzosa liquidación del contrato con Rusia por los navíos Mistral, todo lo cual si que daña la “reputación” de Francia de manera mucho más grave.  Francia no solo dejó de ser confiable como socio comercial, su “independencia soberana” está notoriamente a merced de los abusos de Washington.  ¿Cómo alguien podría confiar en el gobierno francés que cumpla con cualquier compromiso a la luz de esta cobarde postración

Pero he aquí el golpe de gracia para la insolencia europea para con Rusia.  El presidente francés François Hollande y su homólogo alemán, Joachim Gauck, estarán entre los líderes europeos que asistirán al 70º aniversario de la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz a fin de mes.  La ceremonia estará encabezada por el presidente de Polonia, Bronislav Komoroswki.

Se informa que una invitación oficial no ha sido enviada a Moscú.  El portavoz de Vladimir Putin, Dmitry Peskov,  señaló esta semana que en consecuencia el presidente ruso no participará en el evento de Auschwitz.

En el mes de enero del año 1945 el Ejército Rojo Ruso liberó el campo de exterminio nazi, el cual desde entonces simboliza los crímenes de la Alemania Nazi y al Fascismo Europeo en general.  Las tropas rusas liberaron a miles de polacos, judíos y de otras nacionalidades de una muerte inminente en Auschwitz, donde ya había perecido más de un millón.  El régimen francés de Vichy, colaborador de la Alemania Nazi,  envió a cientos de miles a la muerte en Auschwitz y a otros centros de exterminio.

Luego de setenta años, Rusia es desairada a pesar de su más heroica contribución a Europa –la derrota de la Alemania Fascista con sus programas de exterminio en masa.

Resulta asombroso como de manera relativamente rápida la historia europea están siendo reescrita y por países que fueron perpetradores de los horrores de la II Guerra Mundial.

Pero, ¿deberíamos en realidad sorprendernos?  Rusia le salvó el cuello a Europa del fascismo y continúa salvándole el cuello de un invierno congelante con el suministro de gas natural.  Y a pesar de todo esto, Rusia tiene que recibir insultos y provocaciones permanentes de parte de una elite europea mal agradecida.

Ya es hora que se produzcan consecuencias ante semejante ciega y horrible arrogancia europea.  Rusia puede de manera legítima trasladar su generosa prodigalidad a otra parte en el mundo ¡y dejar que los incorregibles ingratos se congelen, si ellos así lo quieren!

Traducción Sergio R. Anacona

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Finian Cunningham

Analista internacional


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