Hace algunos días tuve la oportunidad de ver por el canal internacional RT
una entrevista con Mamadou Dia, el joven emigrante senegalés autor del
libro "3052. Persiguiendo un sueño", en la que aporta algunos datos
interesantes. Durante la media hora que dura la entrevista, Mamadou Dia
cuenta de manera resumida esa suerte de odisea que le tocó vivir,
durante los 3.052 kilómetros de recorrido por mar, desde Senegal hasta
España.
Cuenta este joven senegalés que su partida se debió, principalmente, a la
precaria situación económica en que se encontraban él y su familia, ya que
la actividad pesquera de la que vivieron por muchos años, se había venido
a menos, porque los bancos de peces de las aguas marinas de Senegal
habían sido completamente arrasados, precisamente, por los barcos
pesqueros españoles.
También explica Mamadou Dia, durante la entrevista, la brutal forma como
son tratados los inmigrantes africanos en España, llegando a decir
incluso, que en el país ibérico los animales reciben mejor trato,
recordando que muchos inmigrantes quedan a la deriva, deambulando por las
calles de Barcelona, Madrid o Valencia, presos de la prostitución y la
drogadicción.
La historia contada por Mamadou Dia es un buen ejemplo de la compleja
situación que viven millones de africanos, especialmente jóvenes
africanos, ante la falta de perspectivas de una vida digna, por lo que
inevitablemente tienen que llegar a considerar la posibilidad de emigrar.
Al respecto vale la pena mencionar el dato que aporta Jean-Jacque
Konadje en su reciente artículo "Etre jeune en Afrique. Géopolitique d’un
tsunami", quien escribe: "África es la región más joven del mundo en
términos de población. Según las últimas estimaciones de Naciones Unidas,
la juventud africana representa más del 60% de la población total del
continente y más del 40% de la población activa… La juventud africana
constituye en su conjunto una verdadera bomba de tiempo".