Si alguien quisiera entender la actitud y el comportamiento de las
élites políticas y económicas colombianas y como han marcado con su
impronta las relaciones con su propio pueblo y con el pueblo
venezolano, bastaría leer solo una novela : Cien años de soledad.de
Gabriel García Márquez
La tragedia de Colombia en realidad ha sido la misma que han sufrido
todos aquellos pueblos que se han visto ,invadidos por una
¨modernidad¨ que ha destruido a sus lideres, a su gente mas
prometedora,que los ha hecho alucinar y olvidar las responsabilidades
que tienen con sus pueblos.
La influencia de los Estados Unidos y Europa con sus adelantos
científicos- tecnológicos y su versión muy particular de La Libertad y
la Democracia ,en vez de retarnos a hacer lo propio y desarrollar
nuestra propia visión del cosmos,ha dejado implantada en nuestra
conciencia individual y colectiva, una versión fraudulenta. Diseñada
para lograr sus objetivos y para que perdamos de vista los nuestros.
Masacres, asesinatos, magnicidios y genocidios, desorden y
desorganización , guerras ,la mentira como política de estado,es lo
que ha prevalecido desde entonces a todo lo largo y ancho del pueblo
suramericano.La tragedia de Macondo se ha convertido en nuestra propia
tragedia.
Es espantoso y hiela la sangre por sus posibles
implicaciones,escuchar los insultos del presidente Colombiano Juan
Manuel Santos,los llamados a asesinar a nuestro presidente Nicolás
Maduro a través de sus medios de comunicación o de llevarlo a una
corte penal internacional,cuando todo el planeta sabe, cuales son los
cimientos. sobre los que se ha levantado la oligarquía colombiana en
los últimos cincuenta años.
Especialmente en aquel momento de la historia en el que la mentira y
la promesa de una Colombia decente, se hizo horror con el asesinato
masivo de dirigentes de la Unión Patriótica ,de sindicalistas, y de
periodistas y cuando la verdadera y principal razón histórica del
éxodo de millones de Colombianos siempre ha sido y es, la pobreza.
Una especie de ¨sortilegio ¨ lanzado desde el norte de América sobre
nuestra población, que les ha permitido acabar con la paz de nuestra
¨aldea ¨.
La alucinante actitud del presidente colombiano nos recuerdo los
efectos que tuvo en José Arcadio Buendia el contacto con un mundo que
solo buscaba el lucro y que llego a Macondo para destruir su espíritu.
Hoy me pregunto si la novela de Gabriel García Márquez es solo la
historia de nuestros pueblos, o sera que...¨ las estirpes condenadas a
cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.