En el 70 aniversario de Las Naciones Unidas, el Papa Francisco pronunció un discurso verdaderamente extraordinario, ojala que el mundo y sus líderes allí presentes sepan asimilarlo y aplicarlo a cabalidad, aunque tenemos nuestras dudas, pues afecta muchos intereses, tanto de tipo político, económico, social y hasta de índole religioso.
Esta es la quinta vez, que un Papa visita las Naciones Unidas, lo hicieron: Pablo VI en 1965, Juan Pablo II en 1979 y 1995, el Papa emérito Benedicto XVI, en 2008 y ahora el Papa Francisco. Pero ninguno se había expresado con tanta claridad y valentía como lo hizo el Papa Francisco, sin rodeos de ninguna naturaleza y colocando los puntos sobre las íes, como debe ser, de acuerdo a su investidura religiosa y a la gran responsabilidad que tiene ante el mundo de denunciar los graves problemas que lo aquejan en la actualidad.
Empezó dando una clase magistral, de Derecho Internacional, y después abordo los temas más importantes que afectan a la humanidad. Haciendo un breve análisis, trataremos de ser lo más objetivo posible.
Se refirió a la pobreza extrema que padece el mundo por culpa de grupos o individualidades decía ‘’Dar a cada uno lo suyo, siguiendo la definición clásica de justicia, significa que ningún individuo o grupo humano, se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la dignidad y los derechos de las otras personas, singulares o de sus agrupaciones sociales’’.
El problema de la destrucción del medio ambiente, e hizo un llamado a los gobiernos del mundo a tratar de protegerlo, hablo en contra de la droga y su poder destructivo, decía: ‘’Hay que preservar el medio ambiente natural, y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica con sus tristes consecuencias, del trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimines Internacional organizado’’.
Hizo un llamado a todos los países a evitar las guerras y abogó por la prohibición de todas las armas nucleares, pues la utilización de ellas en una tercera guerra mundial acarearía la destrucción de la humanidad. Se refirió también a las guerras en Ucrania, Siria, Irak, Libia, Afganistán, en Sudan del Sur y en la región de los Grandes Lagos. Esto ha ocasionado éxodos masivos a otros países.
Se refirió en forma velada al Capitalismo teniendo el cuidado de no mencionarlo por su verdadero nombre (El CAPITALISMO SALVAJE. Dijo ‘’Los organismos financieros internacionales, han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de estos sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia’’, esto se refiere sin ninguna duda Al Fondo Monetario Internacional.
Critico la pena de muerte y pidió su abolición. Estuvo en contra de cualquier discriminación y se refirió a la ‘’cultura del descarte’’ para lo cual reclama a todos los gobernantes una voluntad efectiva y práctica para dar pasos concretos al respecto.
En países muy ricos y esto refiriéndose entre ellos a EEUU, no se justifican personas sin techo propio, pocos tienen muchos y muchos tienen pocos. Recordemos la crisis inmobiliaria que vivió no hace mucho EEUU, que miles de estadounidenses perdieron sus hogares, y la que está padeciendo actualmente Europa y sobre todo España con los llamados desalojos, donde utilizan los métodos policiales más violentos sin contemplaciones de ninguna especie. Esto lo digo yo.
Crítico la Burocratización de las Naciones Unidas, y recordó con tristeza, que algunos de estos planteamientos que hizo hace 50 años en este mismo organismo el Papa Pablo VI todavía no se han cumplido, a pesar de haberse resuelto algunos, muchos todavía están pendiente. Esperamos que para el 2030, que es la meta que se han fijado, muchos de estos problemas estén resueltos. Aunque no somos muy optimistas.