ONU y la Agenda Post 2015, ¿será posible?

Más allá de problemas económicos que puedan existir, las decisiones políticas que tomen los gobiernos a favor de aumentar programas sociales que involucren a la mayoría de sus habitantes será la clave para que en 2030 la Agenda para el Desarrollo Sostenible Post-2015 pueda lograr los 17 objetivos que buscan el fin a la pobreza y del hambre, la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición, promover acciones contra el cambio climático, una agricultura sostenible y el bienestar social.

Con la asistencia de más de 150 jefes de Estado y Gobierno, cancilleres y otros altos funcionarios, la Asamblea General de Naciones Unidas escuchó en la Cumbre realizada del 25 al 27 de septiembre, las grandes esperanzas de los pueblos del mundo para avanzar en los principales aspectos del desarrollo equitativo mundial.

La Agenda para el Desarrollo Sostenible Post-2015 fue el resultado de más de dos años de negociaciones entre los 193 Estados miembros de la ONU y esta compuesta por 17 nuevos Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas.

No se puede negar que pese a los grandes desafíos que aun subsisten a nivel mundial, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) acordados en el año 2000 y que se extendieron hasta 2015, dieron sus resultados y también representaron una luz para que se comprendieran los graves problemas que se deben continuar enfrentando.

Los avances en el cumplimiento de los ODM demostraron que estrategias de cooperación entre diferentes actores de la comunidad internacional son posibles siempre que exista un verdadero compromiso de las partes.

No obstante, la mayoría de los oradores en la Cumbre, sobre todo los de los países en vías de desarrollo, alertaron acerca de las guerras impuestas por los poderosos, así como la falta de medidas concretas y medios necesarios para la implementación de ese programa. En el mundo los pobres suman 2 700 millones y los analfabetos más de 800 millones.

En ese sentido, advirtieron sobre la necesidad de una transferencia de recursos financieros y de tecnologías apropiadas en un mundo inmerso en un orden internacional desigual, injusto y excluyente.

Según datos de ONU (basados en los que aportan los Gobiernos y que en ocasiones no son tan exactos) solo 17 países de América Latina y el Caribe cumplieron la meta de reducir a la mitad el número de personas que viven en pobreza extrema y otras que sufren hambre.

Las naciones señaladas son Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, Costa Rica, República Dominicana, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, Perú, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Uruguay y Venezuela.

Varios documentos de Organizaciones No Gubernamentales y artículos aparecidos en periódicos como La Jornada, indican que a veces los informes no concuerdan con la realidad.

Por ejemplo, se puntualiza que con la entrada en 1994 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de los 110 millones de habitantes mexicanos, 55 millones se hallan en estado de pobreza e insalubridad. El 86 % de las importaciones mexicanas provienen del Norte mientras que el 70 % de sus exportaciones van hacia ese mercado, controladas en su mayoría por compañías estadounidenses y transnacionales que obtienen abundantes ganancias.

La quiebra del campesinado, aseguran, ha sido profunda y los núcleos familiares se trasladan hacia las ciudades para tratar de buscar algún sustento, lo cual es aprovechado por empresarios y comerciantes para explotarlos como mano de obra barata, mientras otros caen en las redes del narcotráfico y la prostitución.

Otro caso puede ser Chile que según el estatal Instituto Nacional de Estadística (INE), el ingreso promedio de la gran masa trabajadora es 50 veces menos que lo que perciben los gerentes de las empresas más grandes del país.

Hace cinco años, la distancia era 34 veces entre lo que percibía el 10 % más pobre de la población y el 10 % más rico. Pese a su desarrollo y crecimiento económico, han aumentado las brechas sociales como subraya el 95 % de la población en una encuesta realizada por Latinobarómetro, al asegurar que no es justa la distribución de la riqueza.

El Presidente cubano, Raúl Castro, expuso ante el podio de la Cumbre que "los avances, quince años después de adoptados los ODM, son insuficientes y desigualmente distribuidos. Persisten, e incluso se agravan en muchos casos, niveles inaceptables de pobreza y desigualdad social, incluso en las propias naciones industrializadas. La brecha entre el Norte y el Sur y la polarización de la riqueza se incrementan".

El dirigente cubano agregó que la inestabilidad en numerosas regiones tiene sus raíces en la situación de subdesarrollo en que viven dos tercios de la población mundial.

La inequidad se ha hecho consustancial con el orden económico imperante en el planeta lo que ha provocado que las 85 personas más ricas del mundo posean tanto dinero como la mitad más pobre de la población mundial que ya alcanza 7 000 000, según un informe publicado por Oxfam, una organización benéfica que lucha contra la pobreza.

La directora Ejecutiva de Oxfam, Winnie Byanyima significó que resulta "asombroso que en el Siglo XXI, la mitad de la población mundial posee menos que una pequeña élite cuyo número podría sentarse cómodamente en un solo vagón de tren".

Las acumulaciones de grandes capitales por una pequeña minoría, también han motivado que no solo en los países en desarrollo ocurran emigraciones, sino también en los desarrollados, como ocurre en la Unión Europea, donde sus ciudadanos estan saliendo en grandes oleadas en busca de otros horizontes para tratar de salvar a sus familias del desempleo, los desahucios y el hambre.

Son grandes los desafíos que tiene por delante la humanidad. La mayoría de los pueblos del mundo, junto a las Naciones Unidas, tendrán que trabajar muy fuerte y al unísono para lograr que en 2030, los Objetivos para el Desarrollo Sostenible pueden ser alcanzados.



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Hedelberto López Blanch

Graduado de contador (1967) y Licenciado en Periodismo (1972). Ha reportado numerosos eventos internacionales celebrados en Cuba, Angola, Zambia, Mozambique, Libia, Tanzania, Qatar, Zimbabwe, Sudáfrica, Alemania y Rusia. Fue corresponsal permanente de Juventud Rebelde en Nicaragua y asesor de redacción del diario Barricada en esa nación centroamericana entre 1985 y 1987. Ha obtenido varios premios de periodismo.

 hedelberto@yahoo.es

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