El futuro de Colombia proyecta una reestructuración total de su sistema político, partiendo de su sistema de partidos. Colombia clásicamente se había manejado bajo un sistema bipartidista, predecesor del bipartidismo venezolano, incluso con su propio Pacto de Punto Fijo, también predecesor a nuestro caso, que garantizaba la alternabilidad en el poder del partido Liberal y Conservador.
Con la victoria de Uribe con un cuestionado 62% de preferencia de los electores activos, obtenidos a través de Primero Colombia, organización creada por Uribe para este proceso electoral que podríamos afirmar es una escisión del Partido Liberal, de donde originalmente viene el Presidente Uribe, a los venezolanos nos hace recordar a Convergencia, partido que nace de una división del partido Copei, con el cual obtuvo el triunfo el expresidente Caldera.
Si ha esto le sumamos que la segunda fuerza electoral de Colombia, como consecuencia del reciente proceso electoral, va de la mano del llamado Polo Democrático Alternativo dirigido por Gaviria, reconocido hombre de izquierda, que obtuvo un 23%, superando exponencialmente lo obtenido históricamente por la izquierda activamente electoral de Colombia, y de colofón ponemos al Partido Liberal liderado por Zerpa, con un 12%, no queda otra que declarar la muerte del Bipartidismo y la asunción del multipartidismo, tal como sucedió en Venezuela después del golpe de estado de 1992.
Es probable que siguiendo estos pasos, ahora Colombia pase a un proceso de reacomodo de fuerzas donde la tendencia sería la polarización de la sociedad, con una preeminencia en la discusión ideológica que defina las fuerzas, tal como ha pasado en Venezuela, la única diferencia hasta ahora insalvable es que siendo el centro ideológico de discusión en nuestro país el socialismo, en Colombia el centro de atención es la sumisión actual ante el imperialismo y el neoliberalismo campante en las políticas del estado. Tan cerca y tan lejos.
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