La República de Armenia es un país enclavado en la confluencia de pueblos y culturas de la llamada región del Cáucaso, entre el Mar Negro y el Mar Caspio. Limita al norte con Georgia, al sur con Irán y la República Autónoma de Najicheván de Azerbaiyán, al este con Azerbaiyán y al oeste con Turquía. Tiene una superficie cercana a los 30 mil km² y una población que se aproxima a los 3 millones de habitantes.
Desde el punto de vista geopolítico, se puede decir que Armenia mira hacia el este. Así se desprende del aporte que hace Joris Varjebadian en su artículo “Arménie: non à l’UE oui à l’UEE”, recientemente publicado en www.diploweb.com. Y mira hacia el este, porque sencillamente Armenia está bajo la sombrilla de Rusia y pertenece a dos organismos de integración claves: la Comunidad Económica Euroasiática (Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirgu
Tres datos aportados por Varjebadian son más que contundentes, para explicar la rusificación de Armenia: 1. El 100% del petróleo y gas consumido en Armenia es suministrado por Rusia; 2. Rusia tiene tres bases militares en territorio armenio y las fronteras de Armenia con Turquía y con Irán son protegidas por soldados rusos; 3. La significativa diáspora armenia que reside en Rusia envía una importante cantidad de dinero en forma de remesas a su país de origen. Armenia es, entonces, parte del área de influencia de Rusia.