¡Ay! Que vivos son Macri y los ejecutivos!

"¡Ay!, ¡qué vivos son los ejecutivos! / qué vivos que son / del sillón al avión /del avión al salón / del harén al edén / siempre tienen razón / y además tienen la sartén / la sartén por el mango / y el mango también".

MARIA ELENA WALSH

.No tomen a mal si digo cuan cansón resulta escribir sobre los papeles de Panamá, el gansterismo de los Macri, su origen fascista-colonialista italiano, el florecimiento de sus empresas bajo la dictadura militar, sus relaciones con Licio Gelli de la Logia P2, con la CIA, con el MI6, con la derecha regional y mundial, etc. Porque nada de eso, sabido o intuido, impidió que millones de "enclarinados" de la clase media y trabajadores descastados lo eligieran Presidente.

Además, Mauricio Macri se abanica con todo eso, porque cuenta con el apoyo de Clarín (y ahora también de los medios oficiales), con parlamentarios de derecha o tránsfugas, y con ese poder judicial prevaricador que tan celosamente protege a la impunidad en Argentina. Está amparado, apoyado y asegurado en su tarea abrir la puerta al neoliberalismo, para servir de bisagra, bien aceitada, entre el Plan Cóndor y el Plan Buitre.

"El mundo nunca ha sido para todo el mundo / mas hoy al parecer es de un señor / que en una escalerita de aeropuerto / cultiva un maletín, pero ninguna flor".

Macri, un ejecutivo muy vivo, sabe que nada le puede pasar en un país donde ha sido tan cuesta arriba castigar a los represores que de una generación hicieron un osario. Macri es un vivo ejecutivo que cuenta con la viveza boba, cínica y sobrada, de la mitad del pueblo argentino al cual por siglos trataron de mal en peor haciéndole creer era mejor que otros pueblos. ¿Acaso los argentinos no sufrieron la experiencia del neoliberalismo, las privatizaciones y el corralito? ¿Acaso no tuvieron que derramar sangre para deshacerse de gobiernos sucesivos, al grito de "¡que se vayan todos!", para poder alcanzar, con los Kirchner, la "década ganada" y ahora perdida tan miserablemente? Mauricio Macri lo sabe, y sonríe.

"El mundo siempre fue de algunos elegidos / hoy es para el que elige lo mejor / Dinámico y rodeado de azafatas / sacrificándose por un millón, o dos. / Sonriente y afeitado para siempre / trajina para darnos la ilusión / de un cielo en technicolor donde muy poquitos / aprenden a jugar al golf".

Como a muchos ejecutivos que pagan por venderse, a Macri el dinero le viene de cuna, porque su abuelo Giorgio se lo ganó en la cama de Mussolini con empresas de construcción en las colonias del fascismo: Libia, Túnez y Abisinia. La construcción y la política, pues en 1946 el nono Giorgio era representante oficioso de la Cofindustria (patronal de la industria italiana) en la fundación del 'Frente del Hombre Cualquiera', (Frente del Uomo Qualunque, FUQ = 30 bancas parlamentarias y el 5% de los votos en las elecciones constituyentes italianas de 1946) con el que la gran burguesía defendía sus exigencias de bajos impuestos y no-intervención estatal, agrupando a la más mediocre clase media bajo la bandera del individualismo indiferente que reniega, o al menos intencionalmente ignora, el aspecto político de vivir en sociedad; el partido del cada quien para sí y los demás que aguanten, después de mí el diluvio del mundo. etc. versión política del tango 'Cambalache' que dio origen a más de una tesis que le atribuía al 'qualunquismos" analogías con la sociología criminal y la psiquiatría forense.

Los argentinos y argentinas que votaron por Macri no son una derecha compacta sino espectadores y consumidores atomizados que nunca tuvieron Patria Grande y ya ni patria chica tienen. Son los que daban vivas al cáncer de Eva Perón y llaman "yegua" a Cristina Kirchner, una de las mujeres más amorosas, admirada y admirable de la historia política de América Latina. Son los pobres ahora cada vez más pobres de bolsillo y de espíritu que admiran e imitan a los ejecutivos. Y al Ejecutivo Mayor, el más vivo, el Capo, Macri.

"Como él tiene de todo menos tiempo / nos aconseja por televisión / ahorrar para tener estatus en la muerte / la eternidad en un reloj. ¡Ay! Que vivos son los ejecutivos".

Pero lo interesante no es lo anterior, sino lo que viene, porque los hechos son tercos y la bofetada es, decía Hegel, argumento filosófico irreversible: estos tres meses de empobrecimiento acelerado van rompiendo el sortilegio espectacular de Macri y aunque la secreta desilusión que viene con el autoengaño no sea suficiente para convertir a sus hinchas en opositores, si lo será para desanimarlos a la hora de salir en su defensa cuando la otra mitad de la Argentina, la que trabaja y ama salga, como ya está saliendo, a decir basta. Y aunque Macri se abanique, repito, con media Argentina empezando por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y sus mejores periodistas, y aunque pretenda desaparecer a TeleSUR, su 'fly by wire' computarizado no es garantía total: "No hay que olvidar el papel de la estupidez en la Historia" decía Marx y la estupidez de Macri reside en que él es Capo, pero no Capo di tutti capi: no ejerce la dictadura militar y le debe obediencia a sus superiores extranjeros. Y, salvo Fujimorazo, en esas condiciones no basta con ser vivo, algunas veces hay que ser inteligente o sino, diría su padre Franco Macri, "la recompensa no valdrá el esfuerzo". A Macri la vanidad le queda chica y Argentina le queda grande, y de torpeza en torpeza ya va tropezando y terminará por caer, sin duda alguna, cuando alzado el pueblo, para el Capital deje de ser solución y sea problema. ¡Ay! Que vivos son los ejecutivos... pero a éste Berlusconi criollo no le arriendo la ganancia a la hora del balance y la rendición de cuentas.



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Eduardo Rothe


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