En las principales ciudades de Venezuela hoy en día seguimos viendo desigualdad, mucho menos que antes, pero la seguimos viendo, y también seguimos viendo indígenas y otros indigentes viviendo en las calles pidiendo limosna o buscando algo de comer en la basura. Cosas como estas, que son normales en las principales capitales de la metrópolis capitalista, no se ven en Cuba, ni en Irán, ni se veían en la Siria del "terrible" Assad ni en la libia de Gadafi, mucho menos en el Irak del inefable tirano Sadam Hussein. La verdad, no sé si se ven en la China capitalinista de hoy en día o en la Rusia del elegante, atlético y muy aburguesado Putin, pero definitivamente se ven en nuestra Venezuela .Siempre he pensado que en nuestro país nos esforzamos por copiar lo peor del capitalismo, y nos encanta perpetuar sus vicios .Pero hay muchas formas de ver las cosas.
Cualquier país que trate de desviarse así sea ligeramente de las políticas nefastas instaladas a sangre y fuego por las elites financieras mundiales, se encontrara de frente con sanciones y bloqueos de todo tipo, sabotajes internos y externos, y con el ataque sucio y desmedido, casi siempre lleno de mentiras o medias verdades, de la prostituida prensa internacional y sus socios locales .Los intentos, por más tímidos que sean, de mejorar las condiciones de vida de las grandes mayorías y de construir sociedades más justas e igualitarias serán fuertemente castigados por los amos del mundo, quienes parecen, definitivamente, estar totalmente desquiciados por sus ansias de poder y riquezas, no hay duda que las políticas y planes de crecimiento y endeudamiento infinito en un planeta donde todo tiene carácter finito raya en la locura.
Será que estas elites gobernantes saben algo que los demás no sabemos? O será que en su locura han inventado el juego final, ese donde aquel que muere con todos los juguetes gana? solo el tiempo responderá esas preguntas, aunque es muy probable que la humanidad como la conocemos nunca llegue a escuchar la respuesta.