EEUU: La mentira demócrata y el chiste republicano

Grande son los esfuerzos que viene haciendo Bernie Sanders para ganar la denominación dentro del partido demócrata. Un objetivo muy difícil. ¿Por qué? Todo es debido a la poderosísima manipulación e influencia de los grandes grupos corporativos que apoyan a Hillary Clinton y a los superdelegados quienes hoy controlan el 15% del proceso final hacia la nominación y no asumen “ningún compromiso”. En otras palabras, los superdelagados del Partido Demócrata existen para preservar el poder y la influencia de la élite del Partido Demócrata, para garantizar "equilibrios" puede hacer que un candidato gane sin contar con la mayoría de los electores, son 717 superdelegados, de los cuales ya 451 superdelegados apoyan a la exsecretaria de Estado frente a 19 que están con Sanders. Los súper delegados fueron creados por el partido Demócrata en 1982 después de perder varias elecciones presidenciales con la intención de que los “sabios del partido” tuvieran un papel en la selección del candidato oficial sin importarle el voto mayoritario de los inscritos en el partido en cada proceso electoral primario. Para convertirse en un súper delegado solo basta o por lo general incluye a los senadores y representantes demócratas, gobernadores, líderes estatales del partido e incluso particulares que ni siquiera son políticos (son personas con vínculos o puesto por las corporaciones), pero son seleccionados a discreción del liderazgo del partido. Los superdelegados del 2016 están conformado de la siguiente manera: 20 notables del partido (presidentes o expresidentes, vicepresidentes, líderes del Congreso); 20 gobernadores, incluyendo el alcalde de Washington D.C.; 46 senadores; 193 representantes, incluyendo no votantes, como la delegación de Puerto Rico; y 236 miembros del Comité Nacional Demócrata. Los superdelegados pueden cambiar de opinión tantas veces como lo deseen hasta que se celebre la convención: pueden retirar su voto a Bernie Sanders para dárselo a Hillary Clinton. Para nuestro caso es como si Chávez hubiese recibido el apoyo de la Polar, de Banesco, Fedecamaras y de todos los especuladores de la bolsa de valores.

Pero a qué viene este serio cuento. Primero, porque se trata de Democracia, ya vemos de qué modo es la democracia ejercida por el partido Demócrata, además se sobrentiende que el partido Demócrata es el partido más apegados a las necesidades del pueblo: clase media baja, empleados y obreros, maestros, aliados de los sindicatos, en fin el más popular o el más hacia la Izquierda. Por lo que aquí encontramos un chiste, un chiste que da nausea, un chiste de la inmoralidad. Una gran mentira. En Nueva York vimos como un alcalde “socialista” apoyar a Clinton y no al socialista de Sanders, el colmo fue el apoyo de muchas “uniones” (sindicatos) a Hillary. Como si de la precandidata Clinton decretara una ley para darle a las familias para que su hijos tengan la oportunidad de ir a la universidades gratis, o tal vez los familiares de los inmigrantes no quieran procesar que bajo la administración de Bill Clinton se deportaron casi un millón de personas, bajo Bush hijo más de 2 millones y en el gobierno de Barak Obama, Hillary Clinton en el Departamento de Estado (2009-2013), se deportaron un millón 400 mil (1.400.000) inmigrantes. O esperan los sindicatos un aumento salarial, bono vacacional o de navidad, o lograran una reforma laboral para beneficio de las madres en sus etapas pos maternidad con tres meses mínimo, pago y si votarlas de sus trabajos. O en fin se congelarán los alquileres de los apartamentos que se lleva en muchos casos más de 50% del salario devengado por una familia. Y en relación a los latinos, ¿sabrán muchos de ellos que en el bufete de la Clinton se redactó el decreto de destitución del presidente de Honduras Manuel Zelaya. El mundo al revés.



Por la otra parte, tememos en el caso republicano la odiosa apuesta de Donald Trump, que es el candidato con el discurso político más directo y franco, aunque no del todo sea verdad, me explico. Él dice que pondrá a México a pagar el muro en la frontera. ¿Pero es que acaso el muro hasta lo momento no lo ha pagado México? La propuesta fue aprobada el 15 de diciembre del 2005, bajo la presidencia de George Bush hijo y Obama no ha paralizado su construcción. Pasa igual con las deportaciones o la guerra. Así que si lo dice Trump es un escándalo (aunque lo que diga no lo respaldo) pero es el que lo ha dicho sin pelos en la lengua. De ganar no habrá sorpresa al respecto. El chiste que es no tomará a nadie por sorprendido. Lo cómico es la economía norteamericana necesita mano de obra barata, que se pueda explotar y semiesclavisar. En adición, hay que mencionar que Trump no es parte de la maquinaria orgánica republicana, ni representa a ningún grupo interno que se están apuñalando las espaldas, entre esos grupos están los Bush-Cheney-Rumsfeld en contra de los Rockefeller (en el mundo del petróleo).



Por el éxito de nuestro gobierno chavista y madurista, y nuestra revolución.

agostini375@gmail.com


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Miguel Angel Agostini


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