La XXVI Cumbre de la Unión Africana (UA) celebrada el pasado enero en Addis Abeba acordó denominar a 2016 como el Año Africano de los Derechos Humanos con Especial Atención a los Derechos de la Mujer.
La decisión surge a 53 años de la creación de la entonces Organización de la Unidad Africana (OUA) que en julio de 2002, durante el cónclave de Durban, en Sudáfrica, pasó a nombrarse Unión Africana.
Enormes han sido los retos y los logros de esta organización integrada por 54 países, que ha logrado con fuerzas propias, trabajar por la integridad, el avance de sus afiliados, profundizar en la estabilidad y la paz en el continente. Marruecos se retiró de la UA porque todos sus miembros reconocieron a la República Árabe Saharaui Democrática como un Estado independiente
Recordemos que tras varios siglos de colonialismo donde primaron las luchas por las independencias nacionales, contra la esclavitud, el saqueo de los territorios y sus riquezas, el continente africano comenzó a liberarse a fines de las décadas del 50 y principios del 60.
El impulso hacia esas acciones sucedió el 25 de mayo de 1963 cuando 3l líderes africanos se reunieron en Addis Abeba y firmaron la Carta de Principios de la OUA, después de un proceso en el que dejaron a un lado las diferencias regionales e ideológicas que habían sembrado los colonialistas.
Primeramente la OUA se volcó en la ardua tarea de lograr la completa liberación del continente del colonialismo, el apartheid y la discriminación racial.
Los medios de comunicación occidentales, amparados y dirigidos por las antiguas naciones colonizadoras y por las grandes transnacionales que han saqueado el continente, solo hablan o escriben de África noticias o sucesos peyorativos sin exponer los avances sustanciales desarrollados en casi todas esas naciones.
En un continente con una extensión de 30 221 000 kilómetros cuadrados, 1 200 millones de habitantes que hablan 2 000 lenguas diferentes, la Unión Africana ha obtenido progresos relevantes pese a los años de colonialismo, esclavitud, empobrecimiento, dilapidación de los recursos naturales por corporaciones transnacionales, millonarias ventas de armas a las partes en conflicto, entre otros desafíos.
Para este 2016, el Banco Mundial pronostica que la región crecerá un 4,2 %, en comparación con el 3,4 % registrado en 2015. La institución financiera indica que la actividad económica variará de un lugar a otro de África, pues por ejemplo, el aumento del consumo seguirá siendo flojo en los países exportadores de petróleo, mientras que el descenso de la inflación en los países importadores de crudo contribuirá a dar un fuerte impulso al gasto en consumo.
Se prevé que Nigeria crecerá 4,6 %, después del 3,3 % registrado el año pasado, mientras Sudáfrica tendrá un módico crecimiento de 1,4 % frente al 1,3 % del año recién terminado.
En cuanto a las disposiciones tomadas en la XXVI Cumbre,
Mahawa Kaba Wheeler, directora de Mujeres, Género y Desarrollo de la Comisión de la UA significó que ha llegado el momento de actuar para aliviar la multitud de barreras a la igualdad de género.
Wheeler explicó que "estas incluyen, entre otras, la exclusión económica y los sistemas financieros que perpetúan la discriminación de la mujer, su limitada participación en la vida política y pública, su falta de acceso a la educación y la escasa asiduidad de las niñas en las escuelas, la violencia basada en el género, las prácticas culturales nocivas, y la exclusión de las mujeres de las mesas de paz, ya sea como mediadoras o como parte de los equipos de negociación en los conflicto".
Agregó que la UA tiene plena conciencia de que la eliminación de estas barreras, que impiden a las mujeres disfrutar plenamente de sus derechos humanos, puede potenciar a todo el continente.
Paso trascendental para los pueblos de la región fue la aprobación en 2013 de la llamada Agenda 2063 en la que se fijaron siete Aspiraciones.
1.- Un continente africano próspero, basado en el crecimiento integrador y el desarrollo sostenible para erradicar la pobreza y construir la felicidad compartida a través de la transformación social y económica del continente.
2.- Una región integrada, políticamente unida, basada en los ideales del pan-africanismo y la visión del renacimiento de África.
3.- Los gobiernos y pueblos deben tener una cultura universal de buena gobernabilidad, de valores democráticos, de igualdad de género, de respeto a los derechos humanos, de justicia y del imperio de la ley.
4.- Un continente pacífico y seguro, con mecanismos de prevención y resolución de conflictos que se aplique a todos los niveles para que en el año 2020 todas las armas sean silenciadas. Una cultura de paz y tolerancia que se nutrirá en el espíritu de los niños y jóvenes de África a través de educación para la paz.
5.- Una África con una fuerte identidad cultural, patrimonio, valores y ética comunes, con respeto por la diversidad religiosa, la conciencia de los pueblos y de la diáspora interregional.
6.- El desarrollo será impulsado por los pueblos, confiándose en el potencial de los africanos, especialmente sus mujeres, jóvenes, y el cuidado de sus niños.
7.- África será un actor global fuerte, pacífico e influyente, con un papel importante en los asuntos mundiales donde primará la unidad y la solidaridad africanas frente a las injerencias externas, incluyendo los intentos de dividir el continente, las presiones indebidas y las sanciones en algunos países.
La Agenda es amplia y llena de desafíos hasta el 2063 que la Unión Africana se ha comprometido en alcanzar con unidad, solidaridad y perseverancia.