Objetivo nº1: Que Rajoy no sea presidente
Tras los resultados electorales del pasado 26-J, la burguesía presiona por todos los medios a su alcance para que Rajoy y su PP sigan en la Moncloa. El primer objetivo de toda la izquierda social y política en todos sus matices y colores debe ser que no lo consiga.
Pero… es el que ha sacado más votos se apresta a decir todo el mundo del sensato orden. Cierto, pero esos votos no le alcanzan para gobernar. Para formar gobierno únicamente tiene dos caminos que en realidad son casi el mismo: (A) unir las fuerzas de todas las facciones burguesas tras de sí, empezando por C's, pero siguiendo con el PNV, Convergencia y coalición Canaria o/y, (B) lograr que una parte de la izquierda más conservadora, con su abstención, propicie la formación de ese nuevo gobierno del PP. Todas las demás combinaciones pasan por alguna variante de esas opciones, por si alguien no lo cree, puede comprobarlo aquí.
En resumen, para que siga la política de recortes, de saqueo a la caja y cuentas públicas, de ayuda sin control a la banca, de crecimiento de la pobreza, de reducción de los subsidios, de pisoteo de los derechos de catalanes, vascos o gallegos, de ataque a las mujeres, de mentiras ministeriales y de corrupción por todos los poros, hace falta que toda la burguesía se una y que, además, haya neutralidad de una parte de la izquierda. Sin ello, Rajoy y su PP no podrían formar gobierno. Ese es el "sí bwana" para que la oligarquía española, los burócratas de Bruselas y su troika trabajan.
¿Lo lograrán? Para empezar, Zapatero nunca tuvo los votos del PP, tampoco contó con ella Pedro Sánchez cuando intentó su reciente aventura con Rivera. ¿Por qué ahora deberíamos las víctimas aceptar que, con nuestro apoyo, siga la política austericida? ¿Qué obliga a Rivera y a sus C’s a apuntalar ahora a Rajoy? Sus votantes no quieren la corrupción que vive perfectamente alojada en el PP, que mancha a todo el Estado e impide la modernización. Su voto o abstención a Rajoy ayudaría a mantenerla. ¿Qué ganará la derecha catalana?, ¿más escuchas ilegales?, ¿más humillación a la soberanía de sus instituciones y lengua? Y ¿el PNV?, mayores incumplimientos de los compromisos estatutarios que llevan años sin cumplirse, esa será toda su cosecha.
Los mentideros de la prensa orquestada señalan que Rajoy está dispuesto a realizar concesiones. Pero la pregunta es: ¿si Rajoy está dispuesto a hacer una política diferente a la del PP en la que, además, no creerá de qué sirve que siga en la Moncloa?
Es mejor "evitar la esquizofrenia", prescindiendo de que sea presidente. En realidad, toda la historia sobre las cesiones de Rajoy, son cuentos para suavizar la amarga píldora por la que los poderosos trabajan y en la que solo ganan ellos.
Ahora que ya sabemos en qué se afanan los dueños del reino y sus más altos funcionarios y banqueros, sería bueno ver ¿para qué está trabajando la izquierda? De momento, se lame las heridas, mal asunto. Es hora de pasar a la acción. Es necesario usar el parlamento para desarrollar una propuesta que, teniendo en cuenta los números de hoy, peores que los del 20-D, impida al PP gobernar.
Unidos Podemos y el PSOE deben junto a las confluencias y las opciones soberanistas e independentistas avanzar una alternativa que permita hacer frente al PP que tapona todo cambio. Los sindicatos y el resto de organizaciones populares deben defender claramente que no haya un gobierno de Rajoy.
Los gobiernos municipales del cambio deben llamar a lo mismo en nombre de su propia soberanía. Es el momento de trabajar lentamente en la calle, de realizar reuniones, de recomponer unidades por encima de las siglas, de defender medidas claras y precisas de apoyo a las personas. La unidad entorno a ellas es posible. No hacerla solo traerá más sufrimiento.
No podemos permitir que el PP consiga por la puerta de atrás aquello que las urnas no le dieron.
