Hace unos días un amigo me escribió desde Miami para preguntarme cómo se encontraba la situación en Cuba porque en aquella ciudad, algunos de los que llegaban y las emisoras ultraconservadoras controladas todas por la derecha cubanoamericana hablaban e insistían en que en la Isla había una inmensa crisis económica.
El sobrino de mi amigo, que acababa de llegar de Cuba, le dijo que en el pueblo donde vivía, perteneciente a la provincia de Villa Clara, la corriente eléctrica faltaba 12 horas.
Le respondí a mi amigo que esa era una nueva noticia pues en todo el país no ocurrían esos apagones y que el gobierno estaba garantizando con eficiencia ese necesario servicio, al no ser que ocurriera la rotura de un transformador o el cambio de cables y postes eléctricos en zonas determinadas. Cuando esto sucedía, las reparaciones de los transformadores se realizan en tres o cuatro horas y en cuanto a la sustitución de postes y cables, se había decidido no continuarlos hasta después de las vacaciones veraniegas.
En el mismo correo, le sugería a mi remitente que probablemente su sobrino lo que quería era alguna justificación para quedarse a vivir por Miami, y a lo mejor hasta en su casa.
La respuesta no se hizo esperar; resulta que el sobrín, pagó 12 000 CUC (pesos convertibles cubanos) para salir hacia Panamá e iniciar un engorroso trayecto por toda Centroamérica hasta México donde logró pasar inmediatamente la frontera con destino hacia Estados Unidos, debido a las facilidades que Washington le ofrece a cualquier cubano (lo que no otorga a ningún ciudadano de otro país) amparado en la ley de ajuste, "pies secos y pies mojado".
El actor de esta historia dejó en Cuba a la esposa y su pequeña hija de cuatro años, pues está seguro de que el gobierno cubano le garantizará, como a los más de 11 millones de habitantes de la Isla, educación gratuita, eficiente atención médica y seguridad ciudadana.
Cierto que no se puede decir que es una panacea vivir en una nación en desarrollo y que padece desde hace más de 50 años un férreo bloqueo económico y financiero impuesto por Estados Unidos.
Hasta estos momentos, se ha garantizado el servicio de electricidad a todas las regiones del país sin los dañinos apagones que ocurrieron en el llamado período especial cuando se derrumbaron la Unión Soviética y los países ex socialistas con los cuales Cuba mantenía el 85 por ciento de su comercio.
Ahora las condiciones son distintas y la isla del Caribe ha diversificado sustancialmente su comercio con el mundo.
En estos días, la mayoría de las oficinas y algunos centros laborales han reducido la jornada laboral hasta las doce del día (aunque se les paga el salario completo a los empleados), los aires acondicionados se encienden en horarios pre determinados para ahorrar electricidad; los ómnibus públicos tienen garantizado el combustible y piezas de repuesto para prestar el necesario servicio, a la par que se efectúan las entregas de los alimentos comprendidos en la canasta básica de la población.
De noticias alarmantes de la prensa amarilla en contra de Cuba y de los países progresistas, está llena la historia en los medios de desinformación de Miami.
Pero si usted quiere conocer la verdadera realidad, entre chistes y risas criollas, lléguese a Cuba y compruebe por experiencia propia, la realidad cubana que es sumamente diferente a la que divulgan en esos medios. Habló para Radio Miami, Hedelberto López Blanch.