Quien no conoce lo que es una marea se queda sorprendido por esa maravilla de la naturaleza, que es capaz de retirar las aguas para posteriormente por el influjo de la luna volver a ocupar el espacio abandonado. En Galicia se está produciendo en el ámbito político un proceso igual de apasionante.
El pasado 30 de julio, una asamblea constituyente reunida en Vigo decidió constituirse como un nuevo sujeto político: En Marea. Participaron militantes de Anova, Esquerda Unida, otras formaciones gallegas y personas sin ninguna adscripción política. Acordaron que cada militante es un voto, independientemente de su pertenencia política, y que los acuerdos los tomará la mayoría democrática, no por cuotas de las organizaciones. Pero, sobre todo, acordaron hacer todos los esfuerzos para echar al PP de la Xunta en las elecciones del 25 de septiembre.
Una marea es también la voluntad de la gente para cambiar las cosas, para luchar contra la desigualdad, para imponer medidas sociales y económicas favorables a las clases populares, para ejercer los derechos como pueblo.
Podemos de Galicia decidió no participar e intentar a posteriori llegar a un acuerdo de coalición electoral con En Marea. Pero eso no era lo que habían decidido las y los militantes reunidos en Vigo. Las negociaciones han sido complicadas y parecía que otra vez la división se impondría. No ha sido así. Las candidaturas de En Marea representarán a la mayoría de la izquierda gallega a la izquierda del PSOE (excepto al BNG que continúa rechazando los acuerdos unitarios) con la voluntad de levantar una alternativa de izquierdas al gobierno del PP.
Cuando la marea baja es el momento de recoger la cosecha del mar, también el momento de pasear, reflexionar y estar preparado para cuando suba. Ahora es el momento para que En Marea suba, para la movilización, para la campaña electoral y el voto que permita echar al PP de la Xunta.
Todas y todos podemos aprender de Galicia. Se necesita voluntad política para sumar fuerzas; dar la voz y el voto a las personas que participan; nadie debe perder sino aportar sus experiencias; un plan de emergencia social; medidas de ruptura con las políticas del PP y el reconocimiento de los derechos de los pueblos.
