Se les volteó la tortilla mexicana a Bush y a Fox. Y no sólo se les volteó, se les les quemó también. Las cifras cambiaron. Pero cambiaron por todas las asquerosas denuncias que se han recibido, las cuales delatan el obvio fraude. López Obrador debe amarrarse bien los pantalones y no dejarse robar las elecciones que visiblemente son suyas. No hay que ser brujo para saber que en las elecciones de Mexico se cometería un Mega-Fraude. El rostro fúnebre de Patricia Janiot de CNN en español era evidente.
PANistas, descarados, lacayos, cachorros de Bush, arrastrados, capaces de tener “la magia” de cambiar todos los resultados de las encuestas que estadísticamente daban como ganador a López Obrador días antes de las elecciones.
Botaron en los basureros cualquier cantidad de votos del PRD, las actas no coinciden, hay irregularidades por todos lados, etc. Son las mismas tácticas, patrañas, marramucias utilizadas en las últimas elecciones de Haití, Perú, Colombia, etc. Y ahora, otra vez en Mexico. Un descarado fraude más para los mexicanos. Otro más. Nunca ha habido elecciones limpias en ese país. Nunca. Y aquí estos granujas opositores sueñan con volver al pasado de: ACTA MATA VOTO. Que se vayan a freír el cerebro.
Los mexicanos van a tener que demostrarse a sí mísmos y al mundo entero si en verdad tienen las que les conté para defender “la verdad” de los votos. Ahora es que comienza el show.
Pobre Humala. El no pudo impugnarlas. En Perú los votos son destruídos luego de “y que” contarlos. Si no, otro gallo cantaría.
