1. Los 70 mil profesores de Oaxaca llevan 48 días de plantón y, a pesar de esa gran lucha llena de sacrificios -que ha logrado conquistar el apoyo popular- hasta estos momentos no tiene en sus manos nada concreto. Sus principales demandas: renuncia del gobernador Ulises Ruiz, la rezonificación de los profesores y el incremento de becas, desayunos, útiles escolares para los alumnos, no se han logrado. Sólo han recibido una oferta de 80 millones de pesos, por parte del gobierno del estado, que no representa ni siquiera el siete por ciento necesario para subsanar los problemas educativos urgentes. ¿Qué está impidiendo el triunfo de la lucha de estos trabajadores cuyos dirigentes (más de mil 500) analizan, discuten y toman decisiones que llevan a la práctica? ¿Es necesario radicalizar más las luchas para que el Estado cumpla con los gobernados?
2. La brutal represión contra la población campesina de San Salvador Atenco, desatada por los gobiernos del Estado de México y Federal, lleva más de dos meses sin que se haya logrado la liberación de las decenas de los campesinos presos. Marcos, dirigente de los zapatistas y de La Otra Campaña , con apoyo popular, incluso internacional, no ha podido arrancarlos de la prisión ni lograr que se castiguen a los verdaderos culpables. No se vislumbra que el movimiento de protesta de los primeros días de mayo, se recupere ni mucho menos que quienes ordenaron la represión cedan un ápice. Da la impresión que esa represión vengativa contra Atenco también encarceló a La Otra Campaña en la ciudad de México. ¿Cuál podría ser la salida correcta, la que ayude a extender la lucha a nivel nacional? ¿Acaso se han cometido errores tácticos de visión política?
3. López Obrador puede perder la Presidencia si no moviliza a fondo a la población. Él ganó las elecciones pero se le está despojando de los votos. La sentencia del llamado Tribunal Electoral no puede más que beneficiar al candidato oficial Calderón. Basta ya de confiar en organismos o en instituciones integradas por el gobierno de Fox y el panismo. Incluso los dirigentes de casilla en cada estado de la República recibieron las recomendaciones panistas y las bendiciones de la iglesia. Es inaceptable que el panismo siga gobernando este país como una pandilla de delincuentes de “cuello blanco” que en seis años ha hecho peores cosas que sus antecesores priístas. ¿No tuvimos suficiente con la delincuencia de la familia del presidente Fox que serán sustituidos ahora por los cuñados y hermanos de de la familia Calderón? ¿Así somos de por sí?
4. La batalla que libran los trabajadores mineros de Michoacán, de Coahuila y otros estados de la República contra la funesta intervención del gobierno en su vida sindical, es absolutamente justa y de enorme trascendencia. El gobierno foxista busca destruir no sólo los derechos de los mineros sino que trata de intensificar la explotación obrera para beneficio de los empresarios explotadores. El gobierno reaccionario de Fox ordenó la intervención del sindicato con el pretexto de que su dirigencia es corrupta. Si es corrupta o no quienes deben plantearlo y actuar en consecuencia son los propios obreros. ¿Qué autoridad puede tener Fox para hablar de corrupción si su gobierno ha sido uno de los más corruptos de la historia, comenzando con los gigantescos negocios ilícitos de su familia? Parece que también esta batalla obrera está estancada.
5. Los sindicatos de electricistas, telefonistas, universitarios, del IMSS, que durante los últimos años, con sus combativas luchas y manifestaciones, han logrado frenar o simplemente resistir la políticas gubernamental de privatizaciones de los recursos básicos, las pensiones de por sí injustas y de salarios bajos; sin embargo, ante un nuevo gobierno panista, parecen condenados a dar pasos atrás. Al parecer todos sumaron votos al lopezobradorismo por ser el único candidato presidencial con el que coincidían. ¿Puede adivinarse lo que sucederá con la industria básica, patrimonio de la nación, con un movimiento obrero totalmente debilitado? Quizá sea el momento adecuado para la realización de un Cuarto Diálogo Nacional extraordinario al que ahora sí acudan los más importantes sindicatos y los representantes zapatistas.
6. Al parecer todos los movimiento de izquierda y centroizquierda en nuestro país van a la baja, pero quizá esta coyuntura en que la derecha panista, empresarial y clerical, con tintes neofascistas se ha lanzado abiertamente para adueñarse totalmente del país, sepamos aprovecharla para unir ideas y fuerzas. Cada una de las luchas es distinta porque intervienen diferentes factores y se plantean objetivos diversos, pero se requiere una amplia coordinación que sepa hacer a un lado el protagonismo y el sectarismo. Quizá la amenaza de una mayor represión nos obligue a aglutinarnos para frenarla y avanzar. ¿Cómo coordinar la lucha de los profesores de Oaxaca, con la de los mineros, la de Atenco y las que libran los electricistas, telefonistas y la UNAM ? No olvidar que el gobierno, los empresarios, la iglesia, siempre se unen para golpearnos, ¿y nosotros?
7. La lucha contra el fraude electoral y el despojo de votos a López Obrador es prioritaria en estos días. Además que su ascenso a la Presidencia –como he planteado en muchos artículos- puede ayudar a crear espacios para la consolidación de la lucha social. No basta decir que “de todas maneras seguiremos luchando desde abajo”, eso es obvio para muchos. Lo importante en esta coyuntura es lograr espacios –no como funcionario de gobierno o representante parlamentario- sino espacios que posibiliten más avances y mejor consolidación de las luchas sociales. Si bien las amenazas de represión y la misma persecución pueden llevar a la unidad sería totalmente absurdo esperar que ésta se dé para unirnos. Por el momento hay que unificar todas las fuerzas posibles para realizar grandes movilizaciones contra el fraude electoral, después vendrán otras tareas seguramente más importantes.
