América Latina y El Caribe se despertaron este viernes 7 de octubre de 2016 con la noticia de que el Comité del Nobel Noruego le había otorgado el Premio Nobel de la Paz al Presidente de Colombia Juan Manuel Santos, en reconocimiento a su iniciativa y esfuerzos por lograr un acuerdo de paz con las FARC-EP.
Sin duda que esta decisión del Comité del Nobel tendrá repercusiones trascendentales para el proceso de paz en Colombia, ya que indirectamente también es un reconocimiento a las FARC-EP, toda vez que un acuerdo de paz se da entre dos partes. Vale la pena recordar aquí que en 1994 el Premio Nobel de la Paz fue otorgado conjuntamente a Yasser Arafat, en representación de los palestinos, y Shimon Peres y Yitzhak Rabin, en representación del Estado de Israel, por sus esfuerzos para crear una paz en el Medio Oriente.
Según explicó la vocera del Comité del Nobel, Kaci Kullmann Five, este reconocimiento otorgado a Juan Manuel Santos debe servir de estímulo para continuar en el camino de construcción de una paz estable y duradera en Colombia, para así poner fin a más de 50 años de conflicto armado.
El Premio Nobel de la Paz para el Presidente de Colombia debe significar también el Premio Nobel de la Paz para las FARC-EP, sobretodo porque seis años de negociaciones para llegar a un acuerdo significa un esfuerzo que tiene que haber sido reconocido en su más amplia dimensión. De hecho, ambas partes se alabaron mutuamente el pasado 26 de septiembre durante la firma de los acuerdos realizada en Cartagena. Allí, tanto Juan Manuel Santos como Rodrigo Londoño Echeverri, a través de sendos discursos, se alabaron mutuamente y manifestaron su voluntad de marchar juntos por el camino de la paz.