Un viejo dicho inglés dice: "Cada juez caprichoso hace nuevas leyes más gravosas. Las leyes oprimen al pobre y el rico las dispone."
Cierto es que las leyes las aprueban los gobiernos y los Parlamentos, que también son los que nombran a los altos jueces, y que de esa estrecha relación surge el desprestigio de la justicia en España. Cierto es también que los ricos, o sea los grandes bancos y las grandes empresas, disponen de medios para "presionar" a los políticos y a los jueces para que las leyes les sean favorables. Valga como ejemplo que ha tenido que ser un Tribunal Europeo quien desmontara el robo de las cláusulas suelo de las hipotecas, hace años denunciado en este país de tan poca justicia, y que incluso ahora algunos bancos se resisten a devolver el dinero robado.
Y, bien cierto también es, que bajo el mandato del gobierno del PP se utiliza la represión como elemento político contra el adversario. La Ley Mordaza es un claro ejemplo, como lo es el enjuiciamiento de la presidenta del Parlament catalán, Carme Forcadell, y de la Mesa del Parlament, o los más de 500 concejales encausados en Catalunya. Si este es el caso más escandaloso, por lo que tiene de afrenta democrática a la institución parlamentaria, no lo es menos la persecución de huelguistas o sindicalistas por el hecho de defender y ejercer el derecho de huelga.
Y ese afán represivo no se detiene en nada. Aunque ha pasado un poco desapercibido, los días 16 y 17 de diciembre fueron detenidas 5 personas de nacionalidad francesa en una operación conjunta de la policía española y francesa en el País Vasco francés. Participaban en el desmantelamiento de arsenales de ETA. Uno es el presidente de la Liga de Derechos Humanos, otro es el presidente de la Cámara Agrícola, otro es un reconocido enólogo y un dirigente sindical campesino…O sea, estaban desarrollando el desarme de la organización ETA y colaborando con el desmantelamiento de su arsenal. O sea, estaban dando un paso hacia la paz. Pero tampoco eso es del agrado del gobierno Rajoy y los suyos.
¿Quizás les conviene más seguir manteniendo una supuesta amenaza "terrorista" vasca? ¿Quizás siguen prefiriendo que no haya paz, o mantener a los presos dispersos y a sus familiares sufriendo, incluso incumpliendo sentencias europeas contra seguir manteniendo en la cárcel a presos con enfermedades graves?
Lo que parece evidente es que la debilidad parlamentaria del PP le aboca a hablar, con la boca pequeña, de "diálogo" y "negociación", y en la práctica utilizar la represión para evitar que sus políticas sean puestas en cuestión, ya sea por la protesta sindical, la exigencia de un referéndum en Catalunya o paz y derechos en el País Vasco.
