Los resultados de las recientes elecciones presidenciales y legislativas en Ecuador¹ presagian que vendrá una crisis política, no sólo por el cómo ha quedado conformada la Asamblea en ese país (la mayoría en favor de Alianza País, el partido oficialista), sino por las primeras declaraciones del presidente Rafael Correa², intuyendo lo que probablemente ocurrirá en la segunda vuelta (balotaje) para elegir a su sucesor.

En la constitución ecuatoriana existe el principio de “muerte cruzada”,  la cual, dependiendo de la forma en cómo se desarrolle el evento, se podría convocar a elecciones adelantadas, siempre que la Asamblea determine que el Poder Ejecutivo, de acuerdo con el artículo 130 de tal normativa jurídica, no está cumpliendo con sus responsabilidades. Para lograr una acción de esa naturaleza, la Asamblea necesitaría, además de previa autorización de la Corte Constitucional, la aprobación de las dos terceras partes de quienes integren su cuerpo legislativo, es decir, 91 diputados de un total de 137; cifra que no tienen en este momento, ni Alianza País (AP), con 74 representantes, es decir como principal fuerza política, y menos los más fuertes sectores de oposición que apenas alcanzaron 47 escaños. El resto de las curules quedaron distribuidas entre partidos minoritarios y las llamadas representaciones provinciales³.

También se puede dar la “muerte cruzada”, sí el presidente de la República de Ecuador, considera que la Asamblea tampoco está cumpliendo con sus disposiciones constitucionales, razón por la cual, el artículo 148 de la constitución, también con previo pronunciamiento de la Corte Constitucional, faculta al Jefe de Estado para disolver el parlamento.

En ambos casos, la “muerte cruzada”, sólo puede intentarse en su aplicación por una sola vez durante el período constitucional, y su finalidad estaría centrada en el adelanto de elecciones generales para ambos poderes, y de cuyos resultados, serían definitivos para concluir ese lapso de su decurso político.

Correa es un estadista y un analista político. La oposición ecuatoriana reconoce el liderazgo que representa el actual presidente en Ecuador. Lamentablemente, para desgracia de la revolución ciudadana en el país meridional, Maduro ha arrastrado a toda la izquierda progresista por el nefasto camino de la derrota, y aunque las huestes y viudas de ese insensato madurismo,  digan lo contrario, esa es la realidad que ha ocurrido en los recientes procesos electorales de Argentina, Bolivia y ahora Ecuador, sin obviar el trance político de Brasil.

Sólo con unas declaraciones que permitan convencer al voto indeciso ecuatoriano, en que Lenin Moreno no representa los intereses de Maduro podrá preservarse la revolución ciudadana iniciada por Correa. La otra alternativa estaría centrada en la llamada “muerte cruzada”, que por ahora, sin mayoría de las dos terceras partes en la Asamblea, luce improbable en su ejecución.

Rafael Correa sabe lo negativo que significa e impacta la gestión corrupta y ramplona de Maduro para los resultados de una segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Ecuador.  Tímidamente se ha desmarcado de Maduro⁴, pero no es suficiente. Correa junto con Lenin Moreno deben condenar al gobierno venezolano por haberse desviado del camino de la revolución bolivariana, y decir sin ambigüedades que Maduro traicionó a la izquierda en la región, y por ende, afirmar que las políticas del relevo de Chávez  han sido de la más extrema derecha en unión con los sectores más férreos del capital.

¿Condenarán Rafael Correa y Lenin Moreno a Maduro, o perderán la revolución ciudadana? A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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¹http://www.eluniverso.com/noticias/2017/02/28/nota/6067204/conteo-terminado-ente-cne-muestra-escanos
²http://www.elmundo.es/internacional/2017/02/23/58af27e846163f30278b45b0.html
³https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_legislativas_de_Ecuador_de_2017
⁴https://www.aporrea.org/internacionales/n304826.html