Para recurrir a Almagro y la OEA, tuvieron que desacreditar la mediación propiciada por Unasur y el Papa Francisco y romper el diálogo. Vienen siendo derrotados en la OEA y Francisco continúa propiciando el diálogo.
Perdieron en Ecuador, donde centraron supremos esfuerzos. Tenían preparada una ofensiva general, particularmente contra Venezuela. Con Ecuador victorioso las luchas por la soberanía toman un nuevo aliento. Es la contraofensiva.
Coincide con un segundo aire para el presidente Maduro, que se levanta en medio de las dificultades económicas. Además, el presidente ha manejado con sabiduría el conflicto surgido por la decisión de la Sala Constitucional del TSJ, que asume ciertas atribuciones de la Asamblea Nacional y suspende la inmunidad de los parlamentarios. La Fiscal General impugnó dicha decisión señalando una ruptura del hilo constitucional. Finalmente, la Sala Constitucional eliminó la decisión sobre la Asamblea Nacional y el presidente pudo tomar la iniciativa para obligar hacia una solución preservando la paz.
La derecha en lugar de proponer soluciones para los problemas que afectan a la población las pone a depender del derrocamiento del gobierno. El pueblo venezolano ha demostrado que no desea violencia. No asiste a las marchas que convoca la oposición pues sabe que la propuesta de elecciones inmediatas, por su inconstitucionalidad conduce a la violencia. El actual CNE no las convocaría. Para convocarlas es necesario, derrocar al gobierno. Es una trampa imperial. Las bases de la OTAN, dirigida por EEUU, están en Colombia, Curazao, Aruba, Haití, Honduras, amenazando a Venezuela.
La amenaza en desarrollo es la ocupación paramilitar por todo el país unida a las bandas tradicionales y redes de narcotráfico. Ellos se encargan de caotizar la vida cotidiana provocando atracos, secuestros, descuartizamientos, generando terror, desmoralización y descontento contra el gobierno, lo que se une a la especulación con los precios, la escasez de alimentos y medicinas, las colas... Más los problemas generados por la ineficiencia y la burocracia corrupta en escuelas, hospitales, el metro, en la distribución de alimentos… Es difícil superar la crisis actual sin enfrentar la corrupción. Hay que relanzar el Congreso de la Patria fundado en las orientaciones que el presidente señaló: rebelión, renovación y renacimiento.