Geopolítica del Terror

El gabinete de Trump es un gabinete de guerra, integrado por militares y millonarios. El capital quiere gobernar sin intermediarios en cargos claves. Un poder mundial racista, fascista, antiecológico, y maltusiano, tiene una "solución final": el exterminio de los pobres y los diferentes, guiado por la supremacía blanca.

Los recientes bombardeos ordenados por Trump no son casuales. Es una política terrorista que pretende restablecer la unipolaridad, fundada en la superioridad militar, que recuperaría el aparato productivo estadounidense. Eso es difícil, pero puede costarle al planeta "sangre, sudor y lágrimas", pérdida de biodiversidad, desertificación, crisis del clima… amenazas a los gobiernos soberanos, los que, según el plan imperial, no serían sólo agredidos, sino destruidos, aniquilados geopolíticamente y expropiados. Caso de Venezuela.

Debilitar a China y Rusia, amenazarlas con la súper bomba y el chantaje nuclear. Destruir las alianzas que han hecho en Europa, Asia, África y la región latinocaribeña. En medio oriente terminar con Siria y destruir Irán. En Asia, a Corea del Norte y en la región latinocaribeña a Venezuela, Cuba y demás países soberanos. El capital transnacional, utilizando a EEUU, no podrá realizar eso sin que gobiernos y pueblos se rebelen. Pero puede causar daños tremendos, incluso la guerra nuclear.

Esta no es sólo una batalla en lo material, se desarrolla en lo moral y espiritual. Armas que son decisivas. Ellos tienen un gran poder militar, el poder del dinero y el odio. Pero nunca estos poderes han derrotado los poderes morales y espirituales que unan a los pueblos en pos de la justicia, la paz y el amor.

Trump y sus fuerzas pueden ser agentes de su destrucción. Las armas no lo deciden todo. En Leningrado, II GM, en pleno combate, sonó la sinfonía de Leningrado, de Shostakovich, como gran arma moral. Podemos derrotarlos políticamente ganando en Venezuela y el mundo, incluido lo simbólico, la batalla por la paz, reivindicando el diálogo contra la intervención. El firme discurso del presidente maduro del 16-04, sentó una base: dentro de la constitución es posible un acuerdo. El derrocamiento del gobierno no cabe ahí. Llenar las calles de violencia y terrorismo obedece a un fin mediático internacional, que "demostraría" una situación violenta provocada por el gobierno para justificar una intervención que destruiría la patria.



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Julio Escalona


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