El tema a tratar es un tanto escabroso desde el perfil que nos proponemos enfocarlo y a riesgo de que puedan llamarnos extremistas o quizás iconoclastas, nos atrevemos a decir de manera descarnada lo que a lo mejor muchos piensan, pero que no se atreven a pronunciarse por lo delicado, como el llamado proceso de "paz" en Colombia. Proceso que para nuestra percepción resulta poco creíble y mas que real huele a trampa tanto para los revolucionarios colombianos, como para la revolución bolivariana y su influencia en América y el mundo. Ojalá los camaradas de las FARC-EP y ahora el ELN, no hayan caído en la trampa del Plan Colombia, padre de la "generosidad" del presidente Juan Manuel Santos, que tras una década como arquitecto de los falsos positivos del uribismo contra el pueblo rebelde y digno de Colombia, en su condición de Ministro de la Defensa del gobierno de Álvaro " Dr.Varito" Uribe Vélez se vende ahora ante la comunidad internacional, como el pacifista "Premio Nobel de la Paz".
Es posible que estemos asumiendo con demasiada pasión aquella proclama del guerrillero heroico Ernesto "Ché" Guevara, cuando haciendo una figura de estrechez entre el pulgar e índice de su mano, durante, un discurso afirmó que "Al imperialismo no hay que creerle ni tantito así". Y es precisamente por eso que no cuestionamos el proceso de "paz" para la hermana república, pero si ponemos un tantito de dudas, porque precisamente no se trata de una iniciativa popular, sino de un lineamiento del "Plan Colombia", ideado por Washington para mediante la ocupación militar del vecino país, controlar a la patria de Bolívar, utilizando el vecino y a sus fuerzas armadas como punta de lanza para un artero ataque a Venezuela, lo que siempre ha sido un sueño imperial y del Israel de América,(Colombia) cuya oligarquía ambiciona junto con su amo del norte adueñarse de buena parte del territorio venezolano, por razones fundamentales, como son las riquezas naturales que posee nuestra patria, que el imperio necesita para continuar sustentando su desenfrenado despilfarro y fortalecer su poder hegemónico como columna vertebral del plan de dominación planetaria y por la otra parte explotar a sus anchas, como buenos socios el lucrativo negocio del narcotráfico, contra el cual la República Bolivariana de Venezuela, es "Una amenaza inusual".
Por eso el presidente Santos necesita posicionar su imagen de líder bueno, amante de la paz y para ello articuló también con el estado Vaticano, para recibir el espaldarazo papal con la visita "Pastoral", en la cual como en México, la vedette fue el gobierno, mientras las víctimas de la represión oficial y de las mafias del narcotráfico y los paramilitares fueron silenciadas e ignoradas por el "Santo Padre", que pudo reunirse con Peña Nieto y Juan Manuel Satos y sus bandas, pero no hubo tiempo para los de Ayotzinapa, Chiapas y otros en México, como tampoco en Colombia para las viudas, huerfanos y demás víctimas de la democrática política de los falsos positivos de Uribe,Santos y las Autodefensa Armadas de Colombia, así como de los cientos de cristianos encarcelados en condiciones infrahumanas por el solo hecho de defender sus derechos frente a las oligarquías saqueadoras y genocidas.
Quisiéramos profundizar más en el análisis, pero por asunto de tiempo y para dejar que cada quien libre de prejuicios piense y saque sus propias conclusiones, nos limitaremos a dejar al imaginario, algunas preguntas y breves razonamientos.
En primer lugar, que la "pacificación", no es otra cosa que la desarticulación de un ejército rebelde, incomodo para los planes imperiales y dejar a sus desmovilizados a merced de los paramilitares, que ahora eufemísticamente denominan "Bacri" o bandas criminales, que ya han dado cuenta de mas de un centenar de ex guerrilleros y dirigentes populares, desde el cese bilateral del fuego entre las FARC-EP y el gobierno. ¿Ha hecho algo el presidente premio Nobel, Rey de la mediática colombiana, para evitar esos criminales ataques contra patriotas desarmados? ¿Porque en un país cuyo gobierno busca "desesperadamente la paz", recortan el presupuesto para educación y lo invierten en aprovisionamiento y crecimiento del ya desmesurado aparato militar? ¿Porque si se trata de un gobierno amante de la paz, mantiene en su territorio siete bases militares norteamericanas, repletas de soldados criminales, que violan y matan a mujeres colombianas y amenazan la paz del continente? ¿Porque si el premio Nobel de la Paz y rey de la mediática es un presidente pacifista, busca desesperadamente ingresar a su país como miembro de una organización criminal planetaria como la OTAN, que funge como sicario del sionismo internacional, para barrer a sangre y fuego a pueblos inocentes, como los de Iraq, Libia, Afganistán y Siria? Sin contar el historial diabólico que tiene en los Balcanes.
¿Porque si es pacifista su gobierno provoca constantemente a Venezuela y mantiene en las zonas fronterizas la mayor fuerza bélica, no para combatir el crimen que exporta a nuestro país, sino sin razones aparentes y convincentes?
Eso junto a la visita de Banjamin Netanyau, el sicario imperial del Medio Oriente por esta parte de Suramérica, nos indica que el plato contra Venezuela está servido y que la pacificación solo elimina un obstáculo imperial para atacar a Venezuela, que en un momento dado de confrontación militar pudiera haber tenido en las FARC-EP y el ELN, un aliado contra la oligarquía imperial bogotana y sus amos del norte para la defensa de la Patria Grande. Esa es la arista que no vemos muchos tontos útiles de la izquierda Latinoamericana, que estamos creyendo en la buena voluntad de Uribe y su discípulo Juan Manuel Santos a quienes nos unimos para celebrar "La paz" en la hermana república. Esa es la razón por la cual enfocamos el tema desde la perspectiva de la paz de Colombia y la guerra contra Venezuela.