AMLO reducirá su salario a la mitad; pide al ejecutivo, legislativo y judicial hagan lo mismo: nadie ganará más que él

 

1. Los jueces de la Suprema Corte que cada mes cobran 651 mil pesos; los funcionarios electorales que obtienen alrededor de 500 mil mensuales, y los expresidentes que cada 30 días reciben alrededor de 300 mil pesos, todos ellos con servicios médicos especiales, celulares, automóviles, chores, ayudantes, incluso a los expresidentes, militares guardaespaldas a su servicio, pusieron el grito al suelo cuando López Obrador –el presidente abrumadoramente electo- anunció que no dará ni un paso atrás, que cumplirá con el mandato de la población y que consiste rebajarse el sueldo de presidente a la mitad y no permitir que nadie cobre más que él. Este mandato –con el que el pueblo se ha puesto muy contento por su importancia para el combate contra la corrupción- ha sido aprobado por todos los gobernadores convocados por López Obrador.

2. Debería ser obligatoria esta medida en todos los personajes del país que ganan más de 100 mil pesos al mes, pero también para los cinco mil grandes empresarios que obtienen (no 100 mil) sino 100 millones cada mes y que además, muchas veces, no pagan sus impuestos. Si López Obrador sigue firme por este camino cumpliendo con lo que ha prometido como es que ningún joven sea rechazado en las universidades, que ningún niño llegue a la escuela sin haber desayunado, que todos los profesores cesados regresen a sus plazas, que los padres de familia y los profesores intervengan en unidad, que se atienda el desempleo y la migración; obviamente debe salirse a la calle a apoyar para que obtenga más fuerza para los cambios; pero si por el contrario, comienza a hacer concesiones a los empresarios y al imperio, debemos salir a la calle para repudiarlo.

3. Desde que Krauze dio la idea, la derecha política no ha dejado de hablar de los "contrapesos en las cámaras para evitar la dictadura de AMLO"; por ello –junto con muchos empresarios- buscará unir al PRI, PAN, PRD, toda la oposición derechista y oportunista, para usar cualquier error de gobierno buscando agitar en los medios de información. La izquierda, por el contrario: además de su posición crítica frente al poder, que debe ser una constante, buscando acelerar los servicios al pueblo, a los sectores miserables, deberíamos salir a la calle, ir a las fábricas y demás centros de trabajo, para denunciar el capitalismo y la funesta labor de los sectores que durante muchas décadas han explotado y esquilmado a la población. Espero, si no participamos, que no estemos lloriqueando porque AMLO tuvo que entregarse a la burguesía.

4. Todos los gobiernos tienen por lo general dos alas críticas o de oposición: la derecha que busca que los gobiernos no lesionen (o sólo sirvan) a los intereses empresariales, al capitalismo y la explotación; y, por otro lado, la izquierda que busca la mayor igualdad posible presionando al gobierno para que sirva a los sectores mayoritarios que siempre son los trabajadores. La peor crítica de la izquierda contra López Obrador es que para asegurar su triunfo electoral tuvo que hacer alianzas con personajes derechistas y que algunos de ellos ocuparán altos mandatos. Allí tenemos la obligación de ejercer la más profunda vigilancia posible. Lo más condenable es que sectores de la izquierda cómodamente manden al carajo al gobierno de AMLO y no hagan nada para aprovechar las mil un coyunturas que se presentan para hacer avanzar en serio. (15/VII/18)

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Pedro Echeverría


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