"El mejor truco del diablo es hacernos creer que no existe"
En estos tiempos de guerra total y despiadada contra la patria de Bolívar, donde nos hacen dudar de nuestros gobernantes, de nuestros líderes y hasta de nosotros mismos, es bueno detenerse y pensar en el porqué de las cosas y como diría un gran amigo y maestro ya desaparecido, ir más profundo y siempre cuestionarlo todo.
Por supuesto que no estamos tratando de escribir un escrito filosófico ni mucho menos un tratado de ciencias sociales, solo escribimos para sentirnos útiles y para compartir nuestra humilde opinión, con la que algunos estarán de acuerdo y muchos otros rechazaran totalmente, lo que es absolutamente valido.
Desde tiempo inmemorial la historia ha sido escrita por las elites gobernantes de turno y sus descendientes políticos, los mismos que nos impusieron sus leyes, sus culturas y sus modelos civilizatorios. Casi siempre fueron los sacerdotes los que imponían y dictaban formas de conducta que ayudaban a las clases gobernantes a mantener sus jerarquías y privilegios y el statu quo en general.
Es bueno aclarar que no tenemos nada en contra de la religión como tal, cada uno es libre de creer en el cuento que más le atraiga, así, entre muchísimos cuentos, algunos creen que dios es un viejito caucásico, sabio y justo sentado en un trono en el cielo con su amoroso y sacrificado hijo sentado eternamente a su "diestra". Otros piensan que dios es un hermoso joven azulado que con su flauta encanta a unas vaqueritas con las que danza eternamente en amor trascendental , y para muchos dios es un señor arrecho y vengativo que comanda ejércitos y destruye a sus adversarios (este último parece ser el que tiene más éxito y seguidores).
Escondidas detrás de los sacerdotes, sabios y políticos, casi siempre en el anonimato, las clases dominantes fueron tejiendo sus redes y contando sus cuentos; cuentos de dioses, guerreros implacables, héroes y fuerzas imperiales que siempre dicen tener un mandato divino para llevar la "civilización" a un mundo plagado de salvajes sin sabiduría e incluso a veces, según ellos, sin alma. Amparados en sus fanatismos supremacistas estas fuerzas civilizatorias cometieron y siguen cometiendo los genocidios mas tenebrosos.
Hoy en día, las elites internacionales se esconden, al igual que en los últimos siglos, detrás de las fuerzas imperialistas de algún reino o país en específico, ya sea España o Inglaterra, por solo nombrar algunos de los países "imperialistas", y últimamente su fachada principal son los estados unidos de norte América, el estado nación con la maquinaria de guerra más aberrante y poderosa de la historia, gobernado por unos seres racistas y xenófobos al servicio de los verdaderos dueños del circo: las elites transnacionales que hoy tratan, a sangre y fuego , de mantener y expandir la dictadura corporativa con su cuento de la reproducción y acumulación infinita del capital, cuento que está llevando al total agotamiento de los recursos naturales y a la humanidad hacia un suicidio colectivo.
Escribo esto porque siento que es necesario que podamos reconocer y señalar a nuestros verdaderos enemigos, a los enemigos de los pueblos originarios, de los movimientos sociales progresistas y de todos los que luchamos por un mundo diferente, un mundo que no se crea el cuento del capitalismo y sus supuestos "beneficios", un mundo más justo con una organización social solidaria basada en la colaboración y el respeto a la otredad y a la madre naturaleza." Un mundo donde quepan muchos mundos" en palabras de nuestros hermanos zapatistas.
Detrás del imperialismo, representado por el país de turno, se esconden gigantescas corporaciones y la mayoría de estas pertenecen a unos pocos fondos de inversión, cuyas acciones mayoritariamente están en manos de unas pocas familias, y de unas elites corporativas que casi siempre se relacionan entre sí. Frente a estas elites internacionales enfermas se arrodillan asquerosamente sus lacayos de las oligarquías locales de los países del sur y la mayoría de los políticos corruptos del sistema capitalista que nos han impuesto con mentiras y cuentos, desde hace ya más de un siglo.
Lenin, hace ya tiempo, describió el imperialismo como la fase superior del capitalismo, el momento en que empieza a tomar cuerpo la dominación de monopolios y del capital financiero, la etapa donde comienza la repartición del mundo entre los trust internacionales y donde el reparto de los territorios entre los grandes países capitalistas se ha consumado. Un poco antes Marx había pronosticado que llegaría el momento en que los grandes capitalistas comenzarían a devorarse entre ellos.
Pues bien, ese momento ya está aquí. Estamos enfrentando una guerra entre pranes capitalistas, y cuando las minorías de arriba se pelean, son las grandes mayorías de abajo las que sufren.
Debemos tener muy claro que las guerras nunca han sido "humanitarias" ni para liberarnos de algún tirano y reinstaurar la "democracia" o para derrocar dictaduras. Las guerras son, y siempre han sido, por los territorios y sus recursos. Si las naciones capitalistas se preocuparan en verdad por castigar a los violadores de los derechos humanos, los jeques saudíes, el señor Netanyahu, la mayoría de los líderes y ex presidentes gringos y europeos estarían tras las rejas.
Las elites y sus lacayos, desde las sombras y por medio de sus maquinarias de propaganda hegemónica siempre nos han hecho creer sus cuentos, ya viene siendo la hora de desenmascararlos y empezar a creer nuestros propios cuentos.
Aquellos compatriotas que aún creen que no existe una guerra y que todo el rollo económico es por culpa de las "erradas políticas económicas de Maduro". Les aconsejo que se revisen y revisen también la situación geopolítica internacional. Hoy no solo hay una guerra contra Venezuela sino que existe un estado de guerra global en distintas formas y niveles.
Los dueños del poder, sus generales y sus tanques pensantes han ido adaptando la guerra, de acuerdo al lugar y las circunstancias, a diferentes tipos y modalidades.
Guerras convencionales en diversos puntos del planeta, guerras económicas con sanciones, sabotajes, aranceles y demás, Guerras contra el terrorismo que solo crean más terrorismo. Guerras contra la droga que solo producen más drogas y drogadictos. Como vemos vivimos en un estado de guerra permanente.
Si seguimos el dinero, podremos darnos cuenta de quienes están detrás y se benefician realmente del negocio de la guerra, no es tan difícil… las grandes corporaciones armamentistas, la banca internacional y las grandes compañías encargadas de la reconstrucción (reconstrucción que debe ser pagada por los pueblos agredidos) de las naciones destruidas por sus guerras de conquista. Las elites corporativas tienen el negocio redondo, se pagan y se dan el vuelto. Por medio de oscuras alianzas con los narcos y los paracos terroristas del color que se pinten de acuerdo a las latitudes, mantienen sus inmensas fortunas blindadas y protegidas mientras asesinan a los pueblos y los despojan de sus territorios y sus riquezas naturales.
Por otro lado mantienen el orden a través de sus fuerzas represivas, invirtiendo así grandes cantidades de su capital ocioso en sus propias corporaciones encargadas de las industrias de la seguridad y la tecnología. De esta forma van blindando sus fronteras para impedir la entrada a los millones de refugiados creados por sus guerras de despojo y los conflictos sociales creados por sus salvajes políticas neoliberales y mantienen un ejército de esclavos en sus sistemas penitenciarios en manos privadas.
Para poder llevar a cabo sus planes, la plutocracia internacional ha montado todo un andamiaje propagandístico con el que nos han venido engañando desde hace años. Nos engañaron con su cuento del "descubrimiento" de América, una guerra de conquista que acabo con civilizaciones y cometió el más terrible genocidio, el cual aún continúa, para tratar de destruir la resistencia de nuestros pueblos originarios. Nos mintieron con el cuento de los "cowboys" buenos luchando contra unos salvajes, salvajes que por casualidad eran los verdaderos dueños de las tierras a conquistar, Nos volvieron a engañar con el cuento de la "amenaza comunista" con el cual ampararon las torturas, asesinatos y la desaparición forzada de millones de hombres mujeres y niños en el mundo entero.( si creen que millones es mucho, consulten las matanzas de "comunistas" en la indonesia de Sukarno o la operación gringa de tierra arrasada contra el pueblo de Corea del norte)
Nos mintieron con lo de las armas de destrucción masiva en Irak. Con lo de que Afganistán estaba detrás del atentado de las torres gemelas, sobre la inminente violación de los derechos humanos en la Libia de Gadafi, el país con el nivel más alto de desarrollo social en áfrica, hoy destrozado como resultado de la "guerra Humanitaria" y dividido en varios territorios controlados por grupos armados que facilitan a las corporaciones su trabajo sucio. Nos engañaron con lo de los Balcanes, con lo de la invasión a la isla de Grenada y la de Panamá.
Y nos siguen mintiendo a mansalva, mientras sus industrias culturales hegemónicas nos mantienen narcotizados y nos bombardean continuamente con sus noticias falsas y medias verdades.
A los compatriotas que creen que nada de esto guarda relación con lo que sucede en Venezuela, Les recuerdo que los ejércitos imperiales tienen más de 20 bases militares rodeando a Venezuela, y la nueva oleada neoliberal viene dispuesta a terminar de dividir a nuestra América, y para ellos es imperante dominar y conquistar a Venezuela, que además, los estados unidos han intervenido en nuestra América cientos de veces y conociendo el tipo de oligarquía que gobierna la hermana república, su sociedad con los gringos en el negocio de las drogas, sus nexos con los paramilitares y su anexión a la OTAN, la cuestión no es si se va a dar o no, la cuestión es cuando va a ocurrir el próximo atentado o el falso positivo que desate una guerra interna (con paracos y demás) o algún conflicto armado con alguno de nuestros vecinos.
Así las cosas, los que hemos decidido no salir huyendo, enfrentar los problemas y ayudar a resolverlos tenemos una ardua tarea por delante. Lo primero es no dejarse engañar ni seducir por el enemigo, debemos estudiar, pensar críticamente y esforzarnos en buscarle soluciones efectivas a la crisis por la que atravesamos. Los patriotas que quedan en el gobierno, que no son pocos, deben sacudir la mata para que termine de caer quien tenga que caer, consultar siempre al pueblo de a pie y en lo posible gobernar obedeciendo. El pueblo debe organizarse y actuar en apoyo de nuestros gobernantes, pues no podemos seguir creyendo que solo ellos van a resolverlo todo, no, nuestros gobernantes tienen un mandato y una gran responsabilidad, pero necesitan de una participación ciudadana organizada y contundente. No podemos permanecer solo como espectadores, mucho menos seguir siendo un pueblo de alcahuetes.
Aquellos venezolanos que por el motivo que sea decidieron salir del país, deben empezar a defender su patria desde donde estén y comenzar a hacer campaña para evitar que la dictadura corporativa lleve a cabo su plan guerrerista, de otra forma no tendrán un país ni un hogar al cual regresar.
Un mundo en paz y con justicia social es posible y en las actuales circunstancias más necesario que nunca. Recordemos que el mejor acto de resistencia es permanecer fieles a nuestros principios y a nuestros ideales.