La población de Brasil se encuentra en estos momentos entre dos aguas, especialmente la población votante, que suma unos 147 millones de electores, los cuales están convocados a participar en la segunda vuelta presidencial que se realizará el 28 de este mes de octubre. En la primera vuelta participaron unos 117 millones de electores, lo que significó una abstención de apenas el 20 %.
La segunda vuelta, o lo que se conoce en términos electorales como balotaje, representa el escenario de dos aguas ante el que está el electorado brasileño. Se trata de escoger entre la opción disruptiva, calificada de extrema derecha, de Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal) y la de centroizquierda representada por Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores). La diferencia entre ambos en la primera vuelta, porcentualmente, fue de 17 puntos, y en cifras absolutas, de 18 millones de votos.
De acuerdo a las encuestas que se han publicado, los resultados de la segunda vuelta favorecerían a Bolsonaro con el 58 % de los votos, en tanto que Haddad obtendría el 42 %. Si es así, entonces la victoria del candidado del Partido Social Liberal estaría cantada.
No obstante, algunos analistas optimistas de la izquierda latinoamericana no se dan por vencidos, y echan mano de algunos cálculos que significarían un rayo de esperanza para el candidato del Partido de los Trabajadores.
Al respecto Luis Bilbao, en su reciente artículo titulado "El PT podría ganar la segunda vuelta", considera que si Fernando Haddad, en una especie de TOCOBO (Todos Contra Bolsonaro), logra sumar a su propia votación la obtenida por candidatos no derechistas como Ciro Gomes, Geraldo Alckmin, Marina Silva y Guilherme Boulos, podría emparejar las acciones en tiempo extra, como si fuera un partido de fútbol, bien a través de un penalti, o cobrando un tiro libre. El 28 de octubre se sabrá.