Varias veces he escuchado y leído la expresión “la paz no se da, se construye”. También varias veces me he formulado la pregunta ¿cómo construir la paz? Antes he tenido que responder a la interrogante ¿qué es la paz? Para esta última pregunta me he conformado con la siguiente respuesta: la paz es aquella situación que, como resultado de la interacción entre las personas, se caracteriza por la no manifestación de la violencia física, verbal o psicológica. Esta situación puede existir entre dos personas durante unos minutos, horas o días, o también puede darse entre miles de personas y durante varios años.
Ahora bien, para dar respuesta a la primera pregunta, debo decir que toda situación de paz se construye, ya que es el resultado de las acciones de las personas, bien si se dan de manera espontánea o porque han sido planificadas. Lo contrario también ocurre, es decir, las situaciones de no paz son igualmente el producto de las acciones personales. Si uno se ubica desde la perspectiva de la construcción de la paz, tendría que definir bien cuáles son las acciones que contribuyen al logro de ese objetivo. De igual forma, es necesario precisar cuáles son los motivos que conducen a las acciones personales que fomentan la no-paz. Estos motivos pueden ser de origen racial, político, religioso o de lucha por los recursos para la subsistencia.
Con relación a este último punto, la lucha por el acceso al agua y los alimentos es uno de los motivos que a diario provoca situaciones de no-paz, en las cuales se ven involucradas comunidades de miles o millones de personas. Estas situaciones pueden llegar a ser calificadas como conflictos de grandes proporciones o incluso guerras, signadas por las hambrunas y los desplazamientos humanos. Dichos conflictos tienden a agudizarse en la medida en que no se crean las condiciones para disminuir o suprimir las causas que los motivan. Y la solución no pareciera fácil.
Sin embargo, debo mencionar que durante los últimos años numerosas iniciativas han surgido en diferentes lugares del mundo, en procura de echar las bases para la construcción de la paz. Es el caso de la bióloga keniana Wangari Maathai, Premio Nobel de la Paz 2004 y fundadora del movimiento Cinturón Verde, a través del cual ha impulsado programas de siembra de árboles y protección de los bosques en su país, a fin de anumentar las posibilidades para la producción de agua y alimentos. También está el caso del economista bangladeshí Mohamed Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006, fundador del Grameen Bank, quien ha otorgado millones de microcréditos a los más desposeídos de su país, a fin de que tengan más oportunidades de producir y participar de la riqueza. Sin duda, dos tipos de acciones que van orientadas a crear las condiciones estructurales para la reducción de la no-paz y para la construcción de la paz.
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