1. Es difícil reconocer que el insulso presidente Fox, entre risas y chacotas, se burló durante seis años del pueblo de México. Permanecer un sexenio en medio de la observancia de más de 105 millones de habitantes, no hacer nada por ellos, conservar el cargo e imponer a su sucesor, denota una gran habilidad o inteligencia. Lo único que los electores le conocían era la manipulación de sus empleados en la Cocacola y la domesticación de vacas y caballos en su rancho. Sin embargo Fox, a pesar de haber profundizado el desempleo, la miseria y la corrupción durante su gobierno, no sólo no irá la cárcel junto a su esposa y entenados, sino que es posible que logre un homenaje de los empresarios, medios de información, del alto clero y de los panistas. Aquel personaje muy ignorante en lecturas, historia, política y demás, que hablaba diciendo muchas tonterías –como él mismo reconoció- impuso en la Presidencia a quien le cuidará las espaldas.
2. Duele que así haya sido –sobre todo a los luchadores sociales honestos- pero esa es la realidad. Un personaje que no creímos ni siquiera que llegara a ser candidato, porque pensamos que era un globo gigante inflado por los medios de información, llegó a ser presidente. Después creímos que un charlatán, por su extrema ignorancia política, no permanecería más de dos años en el gobierno, pero concluyó su sexenio y hasta dejó sucesor. Los presidentes priísta anteriores, por lo menos los últimos cinco -aunque muy corruptos- habían sido políticos de carrera, es decir, poseían una enorme experiencia por los cargos ocupados y los estudios económicos y políticos realizados. Esos priístas, aunque igual de corruptos que los panistas, solían basar sus actuaciones en documentos elaborados por especialistas. En general era lo mismo: se burlaban del pueblo y sólo servían a las clases dominantes, pero no se salían por la tangente con chacotas y risas.
3. El grave problema de Oaxaca, que lleva casi seis meses sin solución alguna, le ha importado un bledo a Fox y a su gabinete, y si no fuera por la toma de posesión de su sucesor, lo dejaría “hasta que se pudra o se canse”. A López Obrador lo despojó de la Presidencia con “las manos en la cintura”; le bastó con lanzar la consigna de que “no deberá llegar por ningún motivo”, para movilizar a empresarios, medios de información y alto clero que se encargaran de bloquearlo. A los campesinos de San Salvador Atenco los reprimió con brutalidad y los encarceló sin haberle importado las amenazas de Marcos, los abogados o las múltiples quejas de derechos humanos. Las leyes laborales se las pasó donde quiso y le impuso líder a los trabajadores mineros, al mismo tiempo que perseguía al dirigente de éstos y reprimía con saña a los obreros de SICARTSA. Fox actuó abiertamente contra los trabajadores, pero entre chacotas gobernó seis años.
4. Encuentro algún parecido con el presidente yanqui Bush y otros presidentes de Norteamérica que han logrado mayor cantidad de votos por ordenar más bombardeos y asesinatos contra pueblos indefensos que luchan por su liberación. Con el argumento de garantizar la seguridad y los privilegios de su nación los gobernantes gringos organizan guerras -con el pretexto de “luchar contra el terrorismo”- que son verdaderos saqueos de los países bombardeados e invadidos. A pesar de registrarse masivas protestas en las calles contra esas guerras asesinas, la realidad es que pesan menos que los votos de la gente que es manipulada por los medios de información, por la iglesia, la escuela y la familia. Puede verse que en EEUU, en México, en casi todo el mundo, los gobiernos que sirven a las clases altas, a los más poderosos, salen siempre bien librados. Los pueblos poco importan si los medios de información, la iglesia y la escuela hacen su trabajo.
5. ¿Cómo esos personajes ignorantes y cínicos como Fox y Bush pueden gobernar al mundo o a un país pensando únicamente en hacer negocios particulares y en ejercer el poder? Usando alianzas y subordinándose a poderes económicos, políticos e ideológicos superiores. Fox, a pesar de no haber logrado acuerdos de migración que le hubieran dado más fuerza, actuó siempre al servicio del gobierno yanqui golpeando a gobiernos como el de Cuba, Venezuela, Bolivia o Argentina. En vez de aplicar políticas para crear empleos y salarios justos, garantizó que los magnates del capital realizaran importantes negocios asociados a inversionistas extranjeros. En lugar de poner en la cárcel a los defraudados de Fobaproa, del Pemexgate, a los amigos de Fox y demás funcionarios que saquearon las arcas públicas del país, negoció con el PRI y cada quien se quedó con lo defraudado. Esa misma política aplicó entre partidos y personajes de “oposición”.
6. En tanto Fox saldrá de la Presidencia cantando sus triunfos, contando sus propiedades y riquezas, ensalzado por los medios e información y asegurándose que sus espaldas estén bien cubiertas por su sucesor, López Obrador tendrá que seguir inventando estrategias políticas para incrementar su movimiento de oposición; los oaxaqueños organizados en la APPO seguirán cuidándose del ejército con el disfraz de PFP que busca destruirlos; los mineros tendrán que inventar otros caminos para restaurar su organización sindical; los atenquenses seguirán apoyando débilmente a sus dirigentes presos y los electricistas defendiendo el patrimonio nacional. Fox, el llamado gobernante estúpido, reconocido por propios y extraños, tuvo la suficiente inteligencia para burlarse de los mexicanos que al mismo tiempo creyeron estarse burlando de él. A partir del 1 de diciembre vivirá placenteramente en su rancho y viajando por el extranjero.
7. Pensando que Fox era un gobernante tonto resultó mucho más inteligente que otros. Se burló durante seis años del EZLN haciendo aprobar una ley indígena diferente a los acuerdos de San Andrés; prometió que México crecería al siete por ciento anual y sólo logró un dos por ciento como promedio; dijo que se crearían un millón 300 mil empleos anuales para compensar el crecimiento de la fuerza de trabajo pero dejó a seis millones más de desempleados; reiteró de que no habría privatización del petróleo o de la electricidad, sin embargo privatizó partes de esas industrias; se comprometió a incrementar la inversión pública en servicio de salud y de educación, pero hizo exactamente lo contrario; se comprometió a combatir los monopolios, pero regaló beneficios a Televisa e hizo aprobar una ley para fortalecer su imperio televisivo. Entre risas y chacotas el presidente Fox cumplió con los empresarios.
8. Con los gobiernos de Fox y de Bush que están a punto de concluir, después de seis y ocho años, respectivamente, de someter a sus pueblos con políticas con identidad empresarial, podría reiterarse que para gobernar no se necesita haber leído libros, artículos, escuchado reflexiones o haber estudiado en alguna universidad. El ejercicio de gobierno es un problema práctico, muy concreto, que depende de la capacidad que se tiene para negociar y someterse a otros poderes económicos, políticos y de medios de información reales. Los movimientos de masas cuentan, pero muy poco por ahora, comparados con los poderes que han apuntalado a Fox y los que impulsan a Bush, a los republicanos y demócratas de los EEUU. Si los movimientos de masas y sus dirigentes no se radicalizan y siguen respetando las legalidades impuestas por las leyes de los poderosos pasarán muchas décadas más desgastándose y “pudriéndose”.