Es difícil concebir mayor absurdo que reunir en el Vaticano a medio millar de hombres que han renunciado a una vida sexual normal y natural: que han renunciado a la relación sexual de macho con hembra para que solucionen el problema de la pederastia en el seno del clero católico.
Una asamblea de prelados convocados para que descubran un remedio a la epidemia de pederastia que parece azotar preferentemente la _Iglesia Católica.Una iglesia muy antigua cuyo mayor encanto es una huella pagana. La causa del mal que aqueja a la iglesia es haber olvidado que la base esencial del paganismo europeo sigue siendo la unión carnal de macho con hembra como base y razón de ser de la atracción sexual, aquel momento embriagador del que la Madre Naturaleza se vale para la reproducción de las especies, La comunión carnal entre el macho yla hembraue es el momento creador y culminante de la Naturaleza. El cruce sin el cual no hay ni fauna ni flora.Para ese momento existe la admiración por labelleza, como pregonera deunos genes que invitan a conjugarse con los genes ajenos. De ese impulsonacen el Amor ylas nuevas vidas. Es una percepción general de la Naturaleza que inspira una sensación eteria que llamamos poesia. Que vida tan prosaica e inexperta de lo humano la de esos señoresclérigos comprometidos conla tristeza de un celibato que parece la causa mas evidente de la peste que el Papa Francisco quisiera curar.
El periodista y sociólogo francés Fredéric Martel, es un experto en conductas homosexuales que estudia desde el 1968, la evolución de las comunidades homosexuales en Francia. Martel acaba de publicar un libro cuyo título inagural aparece en inglés y no en francés, como sería de esperar: El que haya escogido presentarel libro en ingléspuede deberse a que el mundo anglosajón alimenta animosidad contra la Iglesia Católica y un menosprecio de los católicos, apodados papistas. Esa animosidad se remonta al siglo XVI, cuando Enrique VIII, después de un rollo matrimonial complicado estaba casado con la infanta española Catalina de Aragón, hija de los reyes católicos, tia de CarlosV. Y quería que el Papa autorizase el divorcio, para casarse con Ana Bolena, ese asuntodesenboca en la ruptura de Inglaterra con la Iglesia Católica, algo que tuvo episodios violentos, que enconaron la relación del mundo anglosajón con la Iglesia Católica. Un encono que aún perdura en las relaciones entre Inglaterra y la católica Irlanda donde continúan los enfrentamientos por motivos religiosos, tanto que definen las fronteras y repercute en la negociación el Brexit entre el Reino Unido y la Unión Europea El libro de Frederic Martel Es producto de una investigación de varios años, sobre la conducta sexual de los clérigos pertenecientes a la Iglesia Católica. En su libro afirma que el 80% de los clérigos católicos son homosexuales de armario (Coset Homosexuals), que es como decir en secreto. Eso resulta casi inevitable por la norma del celibato obligatorio para el clero católico. Esa exigenciao filtra eficientemente a todos los hombres y mujeres eterosexuales, que disfrutan una relación sexual con el sexo opuesto y quieren n tener hijos y una familia propia, como la mayoría de las personas que hacen de guías espirituales en otras religiones. El celibato no es una exigencia para el clero católico del rito oriental. (países de Europa del este( Rumania,etc.) y en efecto, no se conocen escándalos de pederastia del clero católico en esas regiones. El celibato es una norma posterior del catolicismo y que resulta compatible con la vocación solo para los homosexualesa quienes pororientación sexual no interesan las mujeres. Para los eterosexuales significa un enorme sacrificio contrario a la naturaleza humana y a la orden inicial de la Naturaleza:: Creced y Multiplicaos .
Sería buena hora que un Papa de tanta sensibilidad social como Papa Francisco, acabara conel celibato obligatorio, una norma antisocial y contraria a la naturaleza humana o animal que en la práctica debiera ser solo una opción electiva, para no exigir una renuncia muy dificil sólo para los eterosexuales que sientan la vocación de servir a la sociedad como guias espirituales
