En toda la historia universal sucesos que ocurren en sitios muy alejados entre si tienen repercusiones que afectan a países aparentemente desvinculados. Así el historiador inglés H.G.Wells en su Breve Historia del Mundo atribuye el colapso del Imperio Romano a la construcción de la Gran Muralla China: la muralla hacía rebotar los ataques mongoles hacia el Occidente con lo que se iniciaba una cadena de ataques sucesivos que terminaba con la invasión del imperio por hunos y germanos.
Así las victorias de los huties en Arabia Saudita garantizan la tranquilidad en las fronteras venezolanas: los huties de Yemen que durante 5 años han sufrido los bombardeos genocidas de Arabia Saudita han logrado atacar con drones y mísiles la mayor refinería saudita la de Abquiq que precesa el 50% de las exportaciones de Arabia Saudita. Eso unido al bombardeo con misiles e incendio del gran campo petrolífero de Khurais ha ya provocado una disminución del 5% en el suministro petrolero proveniente del Cercano Oriente que abastece un30% del consumo petrolero mundial. Esta contracción de la oferta ha ya provocado una subida del 19% en el precio del petróleo. En esas circunstancias es bien improbable que Estados Unidos quiera aumentar la ansiedad acerca del suministro de energía petrolera, que sigue subiendo con la victoria militar de los huties en la provincia saudí de Majran, donde destruyeron o capturaron a 3 brigadas del ejercito saudí. Esas lejanas derrotas de los saudíes aseguran que Estados Unidos no atacará a Venezuela directamente o con intermediario; por lo menos hasta que se restablescan las exportaciones saudíes. Aún así; como el máximo interés de Estados Unidos, por razones de estrategia militar, es volver a obtener la autarquía energética. No puede descartarse que utilicen la crisis militar de los saudíes para hacer elevar el precio del petróleo hasta un nivel en que el petróleo obtenido con la onerosa técnica del Fracking resulte rentable.