1. Gobiernos fallidos
Con la renuncia del poderoso ministro y empresario de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de Mexico, Eduardo Medina Mora, la 4ta Transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) da un importante paso adelante para consolidarse. Pero, al mismo tiempo, revela un obstáculo fundamental para el éxito de su proyecto histórico: la incapacidad de la democracia y justicia burguesa para resolver los grandes problemas de desarrollo de América Latina. Los Estados y gobiernos fallidos se multiplican vertiginosamente, desde Brasil a Argentina, Perú, Paraguay, Venezuela, Haití y Ecuador; y a nivel global, en Italia, Gran Bretaña y Estados Unidos, donde Trump advierte sobre la "guerra civil".
2. AMLO cuál Hércules
La democracia liberal, ideada hace siglos por grandes pensadores, es un sistema obsoleto para el Siglo 21. Su principal función ahora es garantizar el saqueo nacional y global para las oligarquías dominantes, por medio de títeres ineptos, que ponen a la cabeza del Estado, como Bolsonaro, Macri, Moreno, Johnson y Trump. Y, cuando la oligarquía no los coloca directamente vía elecciones manipuladas o golpes de Estado de diferente tipo, el sistema permite que malhechores políticos como Maduro y Cabello usurpen impunemente el poder. Este es el campo de batalla, en que AMLO tiene que triunfar mediante el arte de gobernar: una tarea hercúlea, cuyo triunfo de ninguna manera está garantizado.
3. Justicia sin Moral
Eduardo Medina Mora presentó su renuncia al cargo el pasado jueves, presuntamente en relación con una denuncia de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda. Según el jefe de la UIF, Santiago Nieto Castillo, la denuncia se refiere a una "jurisprudencia para proteger a grupos y personas del gobierno anterior", en la cual se desbloquearon cuentas congeladas por la Secretaría de Hacienda por valor de unos 2 mil millones de pesos, "producto del tráfico de personas, del narcotráfico y de la corrupción". La investigación presume la triangulación de recursos y el "lavado de dinero". Catalizador de la denuncia contra el ministro y empresario fue la información proporcionada por los respectivos organismos de investigación de Estados Unidos y Gran Bretaña.
4. Justicia, cómplice del poder
El escándalo de Medina Mora aparece en el contexto de un descrédito total de la justicia y política neoliberal latinoamericana, cuya corrupción pública es más descarada que nunca. Toda justicia en sociedades clasista es, por supuesto, una justicia en beneficio de las élites. Sin embargo, en el derecho y la filosofía constitucional de la sociedad política burguesa, los poderes ejecutivos y jurídicos del Estado son conceptualizados como poderes autónomos co-iguales (coequal Powers), mientras que el parlamento es de jerarquía superior, porque representa la soberanía del pueblo: es un primus inter pares, el primero entre iguales. Tristemente, toda esta brillante interfase del ejercicio del poder en la democracia burguesa, inventada por los grandes pensadores de la bourgeoisie para sustituir la dinámica vertical del Estado monarquíco, hoy día ya sólo existe en el papel, como ilustran los gobiernos y Estados fallidos.
5. Democracia sin Espíritu
En la Patria Grande, los togados se han convertido en una rama conspirativa co-igual del ejecutivo, abandonando toda pretensión de ser un poder autónomo y controlador de las otras funciones del Estado. En lugar de un sistema de checks and balances de las tres funciones, se está estableciendo cada vez más un cártel de impunidad y negocios, lo que Platón llamaba "oligarquía", que hace trizas de la división constitucional de poderes de Montesquieu. La superestructura política de la burguesía ya no sirve para la democracia del Siglo 21, porque el capitalismo avanzado desconoce el "espíritu de las leyes" (esprit de loix) de sus fundadores, el bien común del pueblo (common good) y la ética política, que son prerrequisitos indispensables para su operatividad. The animal spirits (Keynes) del capitalismo han devorado al espíritu de las leyes de los founding fathers y la segunda ley de la termodinámica (incremento de la entropía) se encarga de darle el golpe de gracia al futuro del sistema capitalista-burgués.
6. Democracia sin Controles
La democracia actual de la burguesía opera sobre mecanismos de cooptación intra oligárquicos, sin meritocracia y sin un sistema regulador de retroalimentación negativa, para contrarrestar la corrupción sistémica. Una cultura del saqueo y de la impunidad es la consecuencia inevitable de esta situación, que observamos tanto en las universidades públicas --donde las instancias "correctivas" no corrigen nada, porque son parte del negocio y del estrato dominante-- como en la jurisprudencia, donde presuntamente nadie se dio cuenta de las inocultables actividades de Medina Mora.
La complicidad del ingroup y la ley del silencio (omertá) son el modus operativo de la practica institucional, porque los de arriba no quieren controles y los de abajo no tienen fuerza para imponerlos. Por eso, nadie plantea a los bien remunerados directores de las facultades de derecho –y sus rectores-- la interrogante que es obvia: ¿Qué tipo de abogados producen utilizando el dinero del pueblo? ¿Son abogados con ética y compromiso con el bien común, o simples procuradores del beneficio mercantil propio? Hoy día, el control de calidad y responsabilidad final del producto es un imperativo supremo en toda sociedad moderna, por ejemplo, para los medicamentos y otras mercancías de impacto delicado. Considerando el extraordinario poder social que muchos juristas ejecutarán después de la academia, ¿no es hora, de que sus fabricantes académicos empiecen a reflexionar sobre la impresión, que el pueblo tiene de sus productos letrados?
7. Elite económica, Masas, Fuerza Armada
Las batallas callejeras contra la administración fallida del inepto y traicionero Lenin Moreno en el Ecuador, pone otra vez en la agenda del día las tres variables que determinan la gobernabilidad de todo Presidente, sea neoliberal o reformista: el equilibrio dinámico entre el poder de la élite económica, de las masas y de las Fuerzas Armadas. En la batalla decisiva por el control del Estado son, en última instancia, los fusiles y las masas, que deciden la conflagración. En Ecuador, Moreno tiene el FMI, los banqueros y la derecha de Guayaquil consigo, mientras que las masas, particularmente las comunidades indígenas, están en su contra. La pregunta decisiva es, en qué dirección dispararán los militares: hacia Quito (pueblo) o hacia Guayaquil (oligarquía).
En el caso de México, AMLO tiene la mayoría de las masas consigo. Igualmente, la lealtad de las Fuerzas Armadas no está en duda. En cuanto a la élite económica, ésta se seccionó en tres grandes bloques, cuando ganó las elecciones. Los bloques siguen existiendo, pero el más violentamente anti-Amlo se ha debilitado considerablemente, desde que el magnate Carlos Slim optó por la cooperación con la 4ta Transformación y el sector del gran capital atentista siguió su ejemplo.
A raíz de esta correlación de fuerzas, si el Presidente logra avanzar su trabajo de sanación del poder judicial y, sobre todo, si consigue derogar la Ley de Amparo, tiene excelentes posibilidades de triunfar, donde la socialdemocracia criolla de centro-izquierda ha fracasado. Si falla, podríamos ver en la nación azteca repetirse las trágicas escenas, que hoy ocurren en la nación de Manuelita Sáenz, la gran compañera de lucha y pasión del Libertador Simón Bolívar.