La cristiana que jalo al papa al estilo de un paso de tango no sabe
si cortarse la mano y colocarla en un altar para que sea venerada por
los siglos de los siglos o ir a denunciar al papa ante el cuartel de la
Gendarmería para que sea juzgado por¨ maltrato a la mujer¨.
La verdad es que la sacrosanta arrechera papal dejo a mas de medio
mundo boquiabierto ,tratando de asimilar aquello. Y es que a veces
hasta la ¨santa paciencia ¨ se pierde en medio de tanta tribulación
humana .Los santos también tienen días malos.
Y es que ante la grosera actitud de la feligresa cualquiera hubiera
soltado ,además, una maldición o al menos una palabrota de esas que
se castiga con cincuenta Padres Nuestros y una treintena de Ave
Marías.
Lo cierto es que el Papa no parece necesitar de tantos guardaespaldas.
El solito se defiende muy bien. Si hubiera sido un hombre que lo
hubiera jalado por el brazo al estilo Lambada , de seguro le hubiera
soltado un derechazo o un gancho al hígado. Por abusador.
Si no le da un¨ parao ¨ a la mujercita de seguro que alguna otra loca en
una próxima vez, le hubiera querido arrancar un pedazo de sotana para
guardarlo en un cofrecito dorado y enseñárselo a sus nietos como
recuerdo de aquella vez que estuvo en el vaticano, cuando aun era una
jovencita. No que va !!! Había que darle un trancazo. Y poner además
la cara de arrechera para que no quedara la menor duda.
Es bueno que el Papa reaccione como lo que es : Un ser humano que se
sintió agredido. La hipocresía no es de santos, la honestidad, la
bondad y el arrepentimiento, si lo son. Y a nuestro Santo padre le
sobran estas tres cualidades divinas.
Creo que la señora abusadora no se va a lavar esa mano por mucho
tiempo. Y ella también debería de arrepentirse y pedir perdón …como
buena cristiana.
