Esa es una pregunta muy difícil de responder, hay muchos factores a considerar, y como sabemos las elecciones a veces son impredecibles, por ejemplo nadie contaba con que un hombre gay ganaría la primera primaria y Buttiegeg sorprendió a todos en Iowa, Sanders quedó de segundo y Warren de tercera. Luego Sanders gana en New Hampshire y en segundo llega Buttiegeg, Warren de tercera y Biden queda en quinto lugar, así que hasta allí muchos pensaron que la carrera por la nominación demócrata sería entre Sanders, Buttiegeg y Warren.

Algunos analistas decían que Iowa y New Hampshire eran muy blancos y no representaban la demografía más diversa de EE:UU, y que en Nevada, un estado más diverso, se indicaría cual candidato podría tendría más apoyo a nivel nacional, bueno en Nevada gana Sanders donde se esperaba que ganara Biden, que llega en segundo lugar, una de las razones es que Sanders organizó mucho a los sindicatos de los hoteles en las Vegas que son el principal motor económico del estado, y la fuerza de la clase trabajadora, y tenía una muy buena organización de base, especialmente entre los latinos y jóvenes, sin embargo Biden llega en segundo, Buttiegeg en tercero, y Warren en cuarto lugar. Muchos analistas entonces descartaron a Biden y lo presentaban como un cadáver político, incluso ya algunos le pedían públicamente que renunciara. Y llegó la primaria de Carolina del Sur Sur y allí Biden gana con 48% del voto y Sanders queda en segundo con el 20%*, Buttiegeg cuarto con el 8% y Warren quinta con el 7%, en ese estado se empieza a desplomar la candidatura de la senadora Warren, y Biden agarra un segundo aire.

Al retirarse todos los demás candidatos, los votos de los moderados que se dividían entre los otros candidatos, lo más probable es que ahora irán a Biden y los de los progresistas que apoyaban a Warren irán a Sanders. El senador de Vermont ha logrado el apoyo de los blancos más liberales, de los latinos y los jóvenes milenio, el reto para Sanders es ampliar su base electoral, ya que estos dos segmentos del electorado no votan de acuerdo a sus números, me explico, los latinos y los jóvenes son menos propensos a votar, mientras que los negros por su historia de la conquista de los derechos civiles, entre ellos el voto, si lo hacen en bloque y su base electoral es más efectiva, también los blancos mayores de 60, un segmento de la población que tiende a ser más moderado y conservador, también votan religiosamente.

Las próximas primarias importantes son el 10 de Marzo en: Idaho, Michigan, Mississippi, Missouri, North Dakota, Washington. En este grupo Michigan es el estado más importante con 125 delegados, seguido por Washington con 89 delegados y Missouri con 68. Luego las siguientes en importancia son el 17 de Marzo en: Arizona, Illinois, Ohio y Florida. El estado más importante en esta ronda es Florida con 219 delegados, seguido de Illinois con 155 y Ohio con 136. Hay que considerar que las primarias son como una pelea de boxeo olímpica, en la cual se van acumulando puntos, es decir delegados, son 3979 delgados los que votaran en la convención en Milwaukee en el mes de Julio, para obtener la nominación el candidato debe acumular al menos 1991 delegados comprometidos. Hasta ahora Biden tiene 613, Sanders 543, Warren 72, Bloomberg 60, Buttigieg 26, Klobuchar 7, Gabbard 2, ya sabemos los candidatos que se retiraron y anunciaron su apoyo a Biden, de seguro les pedirán a sus delegados que voten por el vicepresidente de Obama.

La senadora Warren con sus 72 delegados, y millones de seguidores, será un factor importante en la convención y de seguro tendrá un lugar prominente entre los oradores principales, y aunque en su anuncio de retiro, declinó apoyar a algún candidato específico, muchos esperan que haga algún anuncio al respecto pronto, si quiere influir de alguna manera. Su influencia política se puede desvanecer en esta primaria en la medida que uno u otro candidato obtenga una ventaja más clara. Aunque la senadora puede repetir lo del 2016 donde decidió mantenerse al margen y no apoyo ni a Sanders ni a Clinton, algo que a la larga, la ayudó a aumentar su prestigio como una pensadora independiente del liderato tradicional demócrata.

Otro elemento a considerar en lo que queda de primaria, es el rol de los súper delegados, que son líderes del partido que no están obligados a votar de acuerdo al resultado de las primarias en sus estados respectivos, sino que tienen la potestad de votar por el candidato de su predilección. Por ejemplo en la primaria del 2016 entre Sanders y Clinton, casi todos anunciaron muy temprano en el proceso que votarían por Clinton, y los medios sumaban esos súper delegados a la cuenta total de Clinton, sin hacer la diferencia si eran súper delegados, o delegados adjudicados como resultado de las primarias en cada estado, dando la impresión que Hilary llevaba la delantera en las primarias desde el inicio, algo que fue muy criticado y se acusó al comité nacional demócrata de ventajista y de mostrar preferencia por Clinton. Para la Convención Nacional Demócrata en esta ocasión asistirán 771 súper delegados, pero el partido cambió un poco las reglas, para no dar la impresión de ser ventajista, los súper delegados no participaran en la primera ronda de votos en la convención. Si se da el caso de que en la primera ronda de votación ninguno de los dos candidatos alcanza los 1991 votos necesarios, entonces en la segunda ronda si participan los súper delegados, solo que entonces el número mágico para alcanzar la nominación no serán 1991 sino 2375.

En Febrero se decidió el *3.9 %* de delegados, en el Súper Martes el pasado 3 de Marzo se decidió el *34.1%* del total de los delegados, en lo que resta de Marzo en las otras primarias se decidirán otro *27.4%,* en Abril *21.5%,* en Mayo 7.5% y en Junio 5.6%.* Algunos analistas anticipan que no se decidirá un claro favorito, y que existe la posibilidad de una convención dividida, y que sean los súper delegados los que decidan el nominado, de ser así, los demócratas estarían casi asegurando la reelección de Donald Trump.

Recuerdo que una alta funcionaria del ministerio de relaciones exteriores de Venezuela antes de las elecciones del 2016, me pregunto, quien yo pensaba que iba a ganar, y le conteste que muy probablemente Hillary Clinton, yo seguía casi todas las encuestas nacionales e internacionales, y leía los reportes de todos los analistas de la dirección general de América del Norte de la cancillería, en la cual en ese entonces yo me desempeñaba como director general, todos los informes y análisis estratégicos vaticinaban una victoria para Clinton, esta funcionaria me dijo con un tono de seguridad: "va a ganar Trump". La noche de la elección en Noviembre del 2106 asistí a un evento organizado por la embajada estadounidense en el Hotel Eurobuilding de Caracas, le pregunte a un funcionario diplomático de alto rango de la embajada, mientras este miraba fijamente los resultados en una pantalla, quien pensaba que iba a ganar, y su respuesta fue: "aun es muy temprano para saberlo, pero veo los números en algunos estados que me preocupan", no me quede en el evento mucho tiempo, cuando llegue a la residencia donde vivía, en la popular parroquia de La Pastora, muy cerca del palacio presidencial de Miraflores, vi las noticias del anuncio de la victoria de Trump en la cadena CNN, recordé la cara de preocupación del diplomático, lo que me indico que ni los diplomáticos de carrera estadounidenses querían que ganara Trump, algo que fue confirmado después por el alto número de renuncias y peticiones de jubilaciones tempranas, que se presentaron en el departamento de estado, durante los dos primeros años del gobierno de Trump. Lo cierto es que la alta funcionaria de la cancillería venezolana que recibía y leía los mismos informes que yo leía, estaba en lo correcto, y tenía una fuerte intuición política, u otra información que yo no manejaba en ese momento.

Al inicio de la campaña por las primarias demócratas mucho antes del primer caucus en Ohio, me atreví a vaticinar en varios grupos de WhatsApp, que los dos finalistas para la nominación serían el ex presidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders. Ahora a pesar de que Biden haya ganado en 10 estados y Sanders solo en 4, y aunque Biden lleve la ventaja en el número de delgados adjudicados, (664-573) aun es muy temprano para descartar totalmente a Sanders, de la misma forma que muchos analistas y medios de comunicación, descartaban a Biden apenas hace unas semanas. Serán los votantes demócratas, en los estado restantes, quienes decidan a quien lanzaran al ring en contra de Trump, los vientos electorales soplan a favor de Biden impulsado por el voto afroamericano, pero vienen otros estados donde ese voto no es tan influyente, y veremos cómo se comportan otros segmentos del electorado en relación a su candidatura.

Trump está esperando en su esquina a cualquiera de los dos contrincantes, aunque este prefiere que sea Sanders, piensa que es más vulnerable en la elección general, de lo contrario no hubiera arriesgado tanto al tratar de sacar a Biden del camino por medios no éticos, y arriesgarse a un proceso de destitución en el congreso, efectivamente fue censurado en la cámara baja, pero no fue destituido gracias al voto cómplice de los senadores republicanos, con la excepción de Mitt Romney de Utah. Lo cierto es que el presidente está descansado y preparado hace tiempo, con muchos recursos, y enfrentará a un contrincante que vendrá de ganar una pelea por puntos muy agotadora, y que quedara muy aporreado, con una esquina en contradicciones internas y probablemente con una base demócrata dividida, cuando suene el ring para el inicio de la contienda general, Trump llevará la ventaja.