“Permítanme ser claro: Los terroristas e insurgentes en Iraq carecen de conciencia, y harán que el próximo año sea sangriento y violento. Incluso si nuestra nueva estrategia funciona exactamente como se tiene previsto, los actos de violencia homicida continuarán, y debemos estar preparados para más bajas iraquíes y estadounidenses.” George W. Bush, Presidente de los Estados Unidos, 10 enero 2007, desde la Casa Blanca, Washington, DC.
Después de una mañana de haber escuchado al Presidente Hugo Chávez hablar en su discurso ante la nación durante la juramentación del nuevo periodo presidencial 2007-2013 sobre la justicia social, el bienestar del pueblo y de la humanidad, la soberanía de los pueblos y países y la gran meta del socialismo del siglo XXI, que es erradicar la pobreza y la miseria nacional, y eventualmente, internacional, la noche del mismo día trajo tragedia, pesimiso, violencia y Guerra infinita. George W. Bush, Presidente del país económicamente y militarmente más poderoso del mundo, se dirigió a su nación para anunciar un aumento en más de 20.000 tropas en Irak y una profundización de la Guerra injusta e ilegal. Y mientras Bush decía a su nación que esto formaba parte de un plan – una estrategia nueva para intentar “ganar” la Guerra – el canal de noticias estadounidense ABC estaba reportando que ya iban llegando las nuevas tropas a Irak, o sea, el discurso fue simplemente un aviso, porque comentario ni ley ninguna iba a cambiar el destino de la Guerra. Ya las tropas andaban en camino cuando Bush estaba leyendo del ‘teleprompter’ en la biblioteca de la Casa Blanca, (donde seguramente no había leido ninguno de los libros que le sirvían como adorno en el fondo de la imagen en la pantalla). No importa si el Congreso de los Estados Unidos en su mayoría está en contra de esta “nueva” estrategia – supuestamente - no importa si la gente, el pueblo, no esta de acuerdo. Bush “W” no es el presidente del pueblo; es el presidente de la industria compleja militar, el presidente de la élite, de los multinacionales y de los intereses económicos que lo han mantenido en el poder ya durante demasiados años sangrientos. Y ellos quieren seguir con la Guerra en Irak para garantizar sus recursos energéticos, cueste lo que cueste. Y más que eso, quieren expandir la Guerra al país vecino: Irán.
En la mañana después del discurso de Bush, fuerzas del gobierno estadounidense entraron de manera ilegal a la sede diplomatica de Irán en la ciudad de Irbil, en el norte de Irak, y arrestaron a seis (6) ciudadanos iraníes, empleados de la misión diplomática de Irán y entonces protegidos por la imunidad diplomatica. También confiscaron computuadoras y documentos pertenecientes a la misión iraní, en una violación abierta del Convenio de Viena sobre las Relaciónes Diplomaticas, que protege a la propiedad, la privacidad y la soberanía de las sedes diplomáticas en los distintos países del mundo que conforman a las Naciones Unidas y que son signatorios del Convenio. Pero para el imperio de los Estados Unidos no hay ley internacional, no hay tratado ninguno que sobrepase su poder de decisión y su poder de imponer su voluntad. El allanamiento de la sede iraní vino pocas horas después de que George W. Bush había dicho en su discurso que iban a “impedir” el apoyo de Irán y de Siria a Irak, de cualquier manera, incluyendo de manera ilegal.
Más muertos, más violencia, más Guerra, más perversión. Eso es lo que se espera con la “nueva estrategia” de Bush para “ganar” la Guerra en Irak. Mientras que los estadounidenses no tomen las calles en masa a protestar estas atrocidades, no habrá fin al apetito insaciable de sangre, explotación y muerte que tiene el W. Bush.
Y que contraste en un solo día: el gigante de Chávez hablando sobre como construir una sociedad justa, próspera y feliz, y el diablo de Bush hablando sobre como destruir esa misma sociedad que luchamos tanto por obtener.
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