¡Fraude o Golpe!... «Tradicional, y hoy extraña, noche de Halloween»

«¡Cuándo todo se fraguó!: Allá; en las entrañas de un sórdido y malvado reino. ¡Quién podría pensarlo! A decir verdad; solo el cuestionado emperador… dijo al mundo cómo y cuándo se llevaría a cabo toda una conspiración... la continuidad de su reinado estaba en peligro desde un sistema que daba lecciones al resto del mundo… La noche de brujas, tan arraigada tradición en la cultura popular esparcida por el mundo, en la que tras la consigna, ‘dulce o truco’, niños, jóvenes y no tan jóvenes, recorren las calles reclamando obsequios –desde otra vida–, como pago en chucherías o caramelos, bajo coacción o amenaza de no recibir un susto aterrador…»

A pocas horas de terminada la más tradicional de las celebraciones ‘populares’, de mayor arraigo y extensión en la cultura estadounidense, este 3 de noviembre, muy particularmente, hacia la media noche –y días subsiguientes–, en clara y contundente lección de ‘Estado Opresor’–entiéndase sistema–, parece haberse ejecutado toda una obra teatral –¡macabra!–, contra el más sórdido y gansteril de todos los administradores, jefes, gobernantes, que por la Casa Blanca –símbolo visible del poder– haya pasado.

Consumada la obra –‘a todas luces sin extrañeza y aparente resultado’–, debidamente orquestada contra el no tan novel mandatario en funciones, en camino a la reelección, quedaba en franca evidencia la fragilidad, vulnerabilidad y decadencia del sistema electoral de la nación más poderosa y desarrollada del mundo.

De los resultados, hoy cuestionados, muchas son las interpretaciones y análisis, tanto como los desamores y traiciones, amigos hipócritas, reacomodos ante la derrota. También, a falta de un diáfano resultado, las reservas de pronunciamientos y reconocimientos, no sea cosa que… ¡el hombre tenga razón! tras el cuestionado resultado, conteo y reconteo de votos entre la noche del 3 de noviembre, días subsiguientes y vericuetos legales que definen y condicionan al sistema.

Hay un extraño sabor, con olor a derrota, ¡no de un candidato! Sí de todo un sistema que se cataloga como el mejor del mundo y se atribuye poder decisorio ante otras naciones. Ante el ‘dulce o truco’, de una infantil y muy arraigada tradición, está puesto, en evidencia y cuestionamiento de la opinión pública mundial, por nada más ni menos, que uno de sus más resaltantes protagonistas:

¿Cómo este anacrónico y enmarañado sistema puede seguir ofreciendo lecciones al mundo del siglo XXI?

En la misma tradición de sus viejas e infantiles noches de brujas, ¡cual parodia!; Donald, en su descontento, no acepta los resultados, exige que le muestren el truco, en lugar de entregar el caramelo y termina exponiendo todo un entramado con el que, por años, han dado lecciones al mundo. «¡Duce o truco!»

En español cultural; «¡por estas tierras la democracia es auténtica y el casquillo libre!»

 


 



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Felipe Marcano


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