1. ¿Cómo se llaman los políticos que prometen muchas cosas con el fin de ganar votos y una vez en el poder no cumplen? Piénsale porque todos los políticos en el mundo, particularmente todos los políticos mexicanos, así han engañado a sus futuras víctimas de electores. Esa política de prometer y no cumplir, acompañada de robos, desfalcos, fraudes, enriquecimiento, asesinatos, es la que ha alejado a la población de la política. En México política es sinónimo de corrupción y mentira. Por ello la TV, la radio, los periódicos, propagan ampliamente el futbol, las novelas, el alcohol, el chismorreo, y manipulan fácil, ampliamente, a la población.
2. El gobierno de México, desde hace un siglo por lo menos, dilapida miles de millones de pesos entre partidos y órganos electorales. Nunca lo han hecho para educar o capacitar a la población en sus derechos con el fin que entienda el mundo que vive. Al contrario, la política en México ha servido para atontar más al pueblo, para comprar o asegurar su voto mediante regalos, dádivas, promesas, así como otras formas de corrupción. ¿Se imaginan que sabios serían nuestros pueblos si los miles de millones que se dilapidan en campañas sirviera para educarlos en política, economía, investigación? Pero son campañas de chismorreos.
3. Con esa corrupción rampante que se ha vivido en el último siglo nadie acudiría a votar si no es obligado mediante engaños y presiones. Los partidos, sin usar la manipulación y el acarreo, no reunirían ni a 500 seguidores cada uno. Los partidos afilian a cientos de miles de seguidores pidiéndoles su credencial a cambio de un dinero. La señora Margarita Zavala –esposa de un expresidente panista y excandidata presidencial- es especialista en compra de credenciales para afiliar y todo tipo de trampas en este campo. A los partidos no les interesa lo que la gente piense o cómo se comporte; lo importante es que se afilie y pueda vender su voto.
4. El presidente López Obrador -como todos los presidente en su tiempo- sabe más que cualquier mexicano porque a él le llegan todas las informaciones y sus 50 asesores lo mantienen al día en lo que sucede en México. Sabe perfectamente que los votos se compran de mil maneras y que además del gasto autorizado (que es una farsa) intervienen más de mil multimillonarios para repartir dinero y regalos para asegurar el voto. Basta rascar un poco las campañas de Fox, Calderón, Peña y Meade –según las últimas denuncias de Emilio Zebadúa y Rosario Robles, para ver cómo se manejaban los secretarios de Hacienda.
5. Por ello nunca he votado en procesos electorales para salvar que me vean la cara de imbécil. A pesar de todo gana las elecciones el dinero, dado que estamos en el sistema capitalista. Incluso en países europeos (España, Italia, Francia, Reino Unido) –donde se supone que el nivel político de la población es mayor- gana quien tiene más apoyo empresarial para que todos los presidentes se dediquen a defender los intereses de los grandes ricos. Espero que después de las próximas elecciones López Obrador siga hablando bien del pueblo sabio que ya despertó y que no hayan lloriqueos por "traiciones" de la derecha, de los infiltrados y falta de conciencia